“Sueño con que Ibai Llanos se convierta en un referente feminista”: ​Elisa García Mingo, socióloga

Misoginia digital

​Elisa García Mingo, investigadora experta en misoginia digital, analiza la evolución de la ‘machosfera’ y cómo los grupos antifeministas que generan contenido en internet han influido en los avances del feminismo

Horizontal

Elisa García Mingo, socióloga experta en manosfera y misoginia digital.

Llibert Teixidó / Propias

Cuando Elisa García Mingo (Madrid, 1983), profesora e investigadora de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, comenzó a explorar la manosfera en 2020 junto a su compañera Silvia Díaz, casi nadie en España había oído hablar del término ni comprendía su alcance. Sin embargo, en aquel momento, este movimiento reaccionario al feminismo ya crecía y se expandía por la red, impulsado por posturas y subculturas digitales de carácter antifeminista.

Desde entonces, no ha cesado en su labor de analizar el funcionamiento de este fenómeno transversal, que trasciende ideologías, clases sociales y edades, aunque resulta “más visible entre la gente joven, ya que pasan más tiempo expuestos a estos contenidos”. La investigadora participó el mes pasado en la sexta edición del congreso Men in Movement, organizado por la UOC, donde profundizó en el análisis de la misoginia en la era digital.

¿Qué es la manosfera y de dónde proviene este término?

Es una traducción al castellano de la palabra inglesa manosphere, formada por man (hombre) y sphere (esfera). Este concepto, que también utilizamos bajo el término machosfera o androsfera, se utiliza para referirse al conglomerado de espacios en internet y cuentas de redes sociales como X, Instagram, TikTok, YouTube y Twitch. Incluye todo tipo de espacios digitales, tanto abiertos como cerrados, en los que se comparten contenidos misóginos, antifeministas y, en general, se ataca a las mujeres y a la lucha por la igualdad.

Horizontal

Elisa García Mingo es una de las autoras del estudio 'Jóvenes en la manosfera', publicado en 2022.

Llibert Teixidó / Propias

¿Quién forma parte de la manosfera?

Inicialmente, las subculturas dentro de la manosfera eran bastante claras, y surgieron a finales de los años 90 y principios de los 2000. En esa época, aparecieron los gurús de la seducción —también conocidos como artistas del ligue—, quienes se dedicaban a enseñar a ligar y a alcanzar el éxito individual. También estaban los incels, o célibes involuntarios, que expresaban rechazo y enfado hacia las mujeres debido a su incapacidad para tener pareja.

Por otro lado, estaban los hombres que siguen su propio camino (MGTOW, por sus siglas en inglés Men Going Their Own Way), quienes optaban por vivir su vida sin la presencia de mujeres. Finalmente, estaban los activistas por los derechos de los hombres, que apoyaban causas de divorcios, la custodia de los hijos y la denuncia de una “aplicación injusta” de la ley de violencia de género, a la vez que intentaban desacreditar el feminismo.

¿Ya no existen estas subculturas?

Sí, pero no están tan claras, ya que se han hibridado y ahora encontramos otro tipo de creadores de contenidos que no se identifican con una subcultura, pero que sí defienden algunas de estas ideas.

Hablan sobre lo que significa 'ser un hombre' y de la 'crisis de la masculinidad'

¿Qué tipo de contenido comparten?

Se dedican, sobre todo, a hablar de las mujeres y los hombres de hoy en día, es decir, lo que significa “ser un hombre” y de la “crisis de la masculinidad”. Algunos se enfocan en el éxito individual, otros en el entrenamiento y el culto al cuerpo, el bienestar mental, el emprendimiento o el éxito profesional. 

¿Cómo diría que ha evolucionado la manosfera española?

Cuando mi compañera Silvia Díaz y yo comenzamos la investigación de Jóvenes en la manosfera de la Fad Juventud en 2020, la manosfera era mucho más pequeña. Ahora ha crecido, se ha intensificado y diversificado. El contenido estaba muy centrado en la píldora roja, es decir, en desentrañar o destapar lo que consideran la trampa del feminismo. 

Lee también

El antifeminismo se hace fuerte en las redes

Celeste López
MADRID, 07/10/2022.- Concentración convocada por el Sindicato de Estudiantes en protesta por los gritos machistas de residentes del Colegio Mayor Elías Ahuja en la Avenida Complutense en Madrid, este viernes. EFE/ Rodrigo Jiménez

Espere, ¿a qué se refiere exactamente con la píldora roja?

Es una metáfora que proviene de la película Matrix. Representa la posibilidad de “despertar a un descubrimiento”, es decir, de la idea de que la igualdad es una trampa para los hombres, que son las verdaderas víctimas del feminismo. Según esta perspectiva, las mujeres se estarían riendo de los hombres, y se reivindica la necesidad de recuperar los espacios que, según esta visión, el feminismo les ha arrebatado.

Siga.

Sin embargo, esto ha disminuido, especialmente con la migración a TikTok, donde han surgido perfiles que reivindican la familia tradicional, como las tradwives (esposa tradicional) o las novias mantenidas, perfiles que antes no existían en España.

Por otro lado, hemos visto el surgimiento de creadores de contenido menos abiertamente misóginos, como el influencer Amadeo Llados y otras figuras similares. Aunque el antifeminismo ya no está tan presente, todavía recogen algunos elementos de las subculturas originarias de la manosfera. En este ámbito, por ejemplo, se encuentran los gymbros y el culto al cuerpo, que si bien ya existían en la cultura fitness, ahora tienen una presencia mucho más potente. Además, temas como las finanzas y las criptomonedas, que antes no estaban tan presentes, también han ganado terreno. En resumen, diría que este fenómeno ha tomado un cariz quizás menos político y antifeminista, y más banalizado y mainstream.

Lee también

En todo el tiempo que lleva investigando, ¿qué es lo que más le impacta de estos contenidos?

Creo que lo más problemático es la deshumanización tanto de mujeres como de hombres. Realizamos trabajo de campo con adolescentes de segundo de la ESO, en el que abordamos temas de violencia digital, y nos transmiten que están cada vez más expuestos a contenidos más extremos y violentos. Me impresionan, por ejemplo, todos los memes que banalizan la violación, la tortura o el asesinato. 

La deshumanización es una parte súper importante para convertirse en perpetrador. Esto no significa que todo el mundo vaya a convertirse en uno, pero es cierto que, para ser un perpetrador de cualquier tipo de violencia, tienes que haber deshumanizado a la persona que tienes delante.

¿Qué factores hacen que los jóvenes se sientan atraídos por estos discursos?

La manosfera canaliza malestares y los transforma en emociones e ideas que para ellos tienen sentido. Son discursos simples, repetitivos, autorreferenciales y, en muchos casos, muy divertidos. En contraste, el feminismo suele ser más teórico, pesado y, muchas veces, aleccionador. No se trata solo de encajar con las ideas, sino de encontrar un espacio en el que se sienten cómodos, donde no los señalan, sino que les dicen: “Sois las víctimas”. 

Además, este tipo de pensamiento tiene una matriz conspiranoica: funciona de manera similar a otras teorías de la conspiración, como las que dicen que las farmacéuticas, los políticos o el feminismo te están engañando.

La deshumanización es una parte súper importante para convertirse en perpetrador

En otro estudio abordó las percepciones de los adolescentes sobre masculinidades y violencia de género.

Después de investigar la manosfera, realizamos otro estudio titulado Culpables hasta que se demuestre lo contrario de la Fad Juventud enfocado en las posturas negacionistas sobre la violencia de género. Lo que descubrimos fue que no se trataba tanto de posturas negacionistas propiamente dichas, sino posturas más banalizadoras. Estas se manifiestan en comentarios como: “esto no pasa tanto”, “es un problema del pasado” o “se le da demasiado bombo”. 

Cuando profundizas en la conversación, contextualizas y les haces preguntas, los jóvenes tienden a desplazarse hacia posturas más banalizadoras, similares a las que encontramos también en adultos. Sin embargo, los chavales consumen con mayor frecuencia los contenidos de la manosfera, que empaqueta ideas como “te están engañando” o “es un invento”. Mientras que desde una perspectiva feminista pensamos que no se habla lo suficiente sobre violencia de género, ellos perciben que se habla demasiado.

Horizontal

Después de investigar la manosfera, trabajó en el estudio 'Culpables hasta que se demuestre lo contrario' enfocado en las posturas negacionistas de la violencia de género.

Llibert Teixidó / Propias

¿Por qué lo ven así?

He trabajado temas relacionados con la violencia sexual en el entorno familiar, que siempre han sido violencias y delitos incómodos de los que nadie quería hablar porque el silencio predominaba. Es comprensible que sean incómodas, porque afectan no solo a la víctima, sino también al perpetrador y a los entornos de ambos. Entiendo el mecanismo del silencio, pero está claro que no podemos dar marcha atrás ni volver a callar, pues hacerlo nos condenaría a perpetuar un espacio de violencia impune.

El 44% de los hombres considera que el feminismo ha llegado demasiado lejos y que ahora se les discrimina a ellos. Además, uno de cada cinco hombres jóvenes cree que la violencia machista un invento ideológico.

La manosfera ofrece una serie de mensajes que traducen el antifeminismo en ideas concretas, lo que ha envalentonado y legitimado las voces antifeministas. Por ejemplo, negarse a guardar un minuto de silencio por las víctimas de violencia de género habría sido impensable hace 15 años.

Sin embargo, creo que siempre hubo una gran parte de la sociedad que permanecía en silencio, pero que miraba con recelo los avances del feminismo. Así como nosotras hemos salido del silencio, ellos también han emergido de su suspicacia y desconfianza, algo que, en mi opinión, comparten muchas personas.

¿Existe relación entre la manosfera y la extrema derecha?

Aunque hay vínculos entre la manosfera y la extrema derecha, no toda la manosfera está conectada con ella. Algunos sectores, como los activistas por los derechos de los hombres y algunas mujeres de la manosfera, tienen relaciones claras con figuras de la extrema derecha. Sin embargo, otras partes de la manosfera no están tan vinculadas, como lo muestra un reciente estudio del gobierno británico, de 2024, que señala que muchos incels tienden a votar a la izquierda. 

Existe una retroalimentación: los partidos adoptan metáforas, ideas y lenguajes de la manosfera y, al mismo tiempo, algunos de sus miembros invitan a políticos a sus espacios, generando un intercambio constante de contenidos y discursos.

A menudo se minimiza el acoso que sufren las mujeres en las plataformas digitales y algunos hombres alegan que también las experimentan, ¿qué diferencias claves existen?

Ellos también sufren acoso y violencia en línea. De hecho, trabajamos para que internet no sea un lugar hostil para nadie. Este tipo de agresiones afectan, sobre todo, a disidentes de género, personas racializadas, diversas minorías y, de manera específica, a las mujeres, quienes enfrentan una forma particular de violencia digital.

Podemos hablar de violencia de género digital o, más concretamente, de gender trolling (troleo de género). Este término, teorizado por Karla Mantilla, describe campañas organizadas de acoso que suelen ser intensas, prolongadas en el tiempo y, en muchos casos, tecnológicamente sofisticadas. Estas agresiones a menudo tienen un correlato fuera de la red, con amenazas como acudir al domicilio de la víctima, violarla o asesinarla.

Lee también

El gender trolling es un tipo de violencia basada en el género, frecuentemente enfocada en la sexualidad o el aspecto físico de la víctima. Insultos como “gorda”, “cerda”, “puta”, “lesbiana”, “fea” o “infollable” son comunes y tienen como objetivo principal causar daño emocional, expulsarlas de los espacios digitales y enviar un mensaje aleccionador a otras mujeres.

¿Cómo desarticular este antifeminismo que campa a sus anchas? 

Educando, divulgando y abordando este tema en los medios de comunicación. Apoyando a las familias, a las educadoras y quienes trabajan con jóvenes, proporcionándoles herramientas efectivas. También debemos generar discursos, lanzar campañas en redes sociales e incidir en las empresas tecnológicas, exigiendo que no moneticen ni sean cómplices de la hostilidad en línea.

¿Cómo lo hacemos?

Se están tomando medidas importantes. En Europa, contamos con la Ley de Servicios Digitales, y en España se está trabajando en la Ley de Seguridad Digital y de Protección Digital de la Infancia. Estas normativas obligan a las empresas con más de 45 millones de usuarios en Europa a elaborar planes de evaluación y mitigación de riesgos. Además, se prevén multas millonarias para quienes incumplan estas obligaciones, lo que supone un cambio significativo en el entorno regulatorio.

Estamos en un otro contexto, que podría llamarse “patriarcado digital”, en el que el patriarcado y la sociedad digital han encontrado una sinergia, aprovechando la cultura digital para perpetuar desigualdades. Es crucial tomar conciencia del modelo de negocio de estas plataformas, no solo en cuanto a la economía de atención, sino también en cómo están monetizando la misoginia y el odio.

Las plataformas no pueden seguir lucrándose a costa del sufrimiento humano

¿Cree necesario contar con más referentes masculinos feministas? 

Sí, muchísimos más, y no solo referentes masculinos, sino también que los hombres que ya ocupan lugares de poder adopten una postura feminista. Sueño con que figuras como Ibai Llanos se conviertan en referentes feministas y promuevan mensajes de igualdad.

Hacen falta más referentes en este ámbito, ya que actualmente son escasos. Además, los algoritmos de las plataformas no suelen favorecer los contenidos positivos; al contrario, tienden a amplificar lo negativo. Sin embargo, esta dinámica debe romperse. Es fundamental hacer entender a las plataformas que no pueden seguir lucrándose a costa del sufrimiento humano.

¿Cree que hemos logrado que los discursos de nuevas masculinidades calen?

Uno de los grandes éxitos de la manosfera ha sido la construcción de la caricatura del “aliado”. Esto ha generado mucho daño, ya que ha alejado a hombres que se encontraban en posturas grises o que se declaraban feministas, haciéndoles sentir que no tienen un espacio representativo.

Creo firmemente que existen hombres feministas, igualitarios, y masculinidades alternativas, positivas y feministas. Sin embargo, estas no son tan visibles porque se encuentran fuera de las categorías más mediáticas como el “macho alfa”, el “incel” o el “aliade”.

Lee también

Por qué arrasa ‘Machos alfa’, la serie que pretende retratar el machismo

Lorena Ferro
Pedro, Luís, Raúl y Santi son los cuatro amigos cuarentones protagonistas de la exitosa 'Machos Alfa'

Un ejemplo que me viene a la mente es el caso de Dani Alves. En ese contexto, todos esos trabajadores del mundo de la noche que estaban formados y tenían claro el protocolo marcaron la diferencia. También creo que, a través de la paternidad y la corresponsabilidad, se están generando grandes cambios. Las distintas formas de ejercer la paternidad están ayudando a imaginar y construir nuevas masculinidades más equitativas.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...