Arquitectura del odio virtual contra la AEMET: el 25% de los mensajes son insultos o amenazas

Campañas de odio

Uno de cada cuatro mensajes dirigidos a la Agencia Estatal de Meteorología en X emana odio: una investigación revela un acoso coordinado y planificado que busca socavar la confianza en la ciencia del clima

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El estudio sobre las campañas de odio contra la AEMET se centra en X por su “elevada penetración en España”

EFE / EPA / Etienne Laurent

José Ángel Núñez Mora es jefe de Climatología de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en la Comunidad Valenciana. Su nombre y su cargo circulan desde hace cuatro meses en las redes sociales. Está acusado, sin pruebas ni fundamentos, de actuar con negligencia el día de la DANA. Recibe insultos, agravios y amenazas. Tuvo que abandonar su domicilio por miedo. Pidió una baja laboral y necesitó atención psiquiátrica para superar una parálisis emocional que le ha dejado cicatrices. “El desgaste está siendo tremendo”, reconoce en una carta que ha publicado en estos días para defender su honorabilidad.

José Ángel Núñez (@joseangelnunez.bsky.social) 2025-02-23T09:51:27.689Z

La campaña de odio contra este trabajador de la AEMET no es puntual ni aislada. Es parte de un arquitectura global de desinformación que, en España, tiene a la agencia de meteorología en su diana. Así lo revela una investigación académica que ha puesto la lupa en los mensajes -medio millón en un lapso de 15 meses- dirigidos a esta institución en la red social X, anteriormente Twitter. “Hay una industria dedicada a desinformar y propagar odio que busca socavar la democracia y sus instituciones. Quienes estudian el clima son un blanco predilecto”, explica Sergio Arce García, profesor de la Universidad Internacional de La Rioja, uno de los autores del estudio.

Hay una industria dedicada a propagar odio y desinformar para socavar la democracia. Quienes estudian el clima son un blanco predilecto

Sergio Arce GarcíaAutor de la investigación

Arce y dos colegas, las investigadoras Virginia Martín Jiménez (Universidad de Valladolid) y Leticia Rodríguez Fernández (Universidad de Cádiz), se propusieron analizar la “magnitud” del ataque virtual contra la AEMET, visible al scrollear (deslizar texto, imágenes o vídeo por un monitor o pantalla) en las redes sociales, sobre todo en X, la plataforma del empresario Elon Musk, mano derecha del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

El estudio se centró en esta red por su “elevada penetración en España”. El 43% de sus ciudadanos busca información o contenidos de interés en esta red social. El equipo de trabajo examinó un total de casi medio millón de tuits (480.559) publicados entre el 31 de diciembre de 2021 y el 19 de abril de 2023 con menciones a las cuentas oficiales del organismo. A nivel metodológico, se utilizaron algoritmos de detección de discurso de odio, técnicas de minería de texto y análisis cualitativos para identificar patrones.

El resultado obtenido revela una “realidad preocupante”: el 25% de los mensajes recopilados contiene algún tipo de hostilidad hacia la AEMET, su personal y su trabajo científico. “Nos sorprendió la cantidad tan grande de odio. Aparece en una cuarta parte de los mensajes. Pudimos comprobar que estas publicaciones parten de grupos específicos, muy interconectados, que lanzan de manera continua y sistemática estos ataques”, explica Arce.

El algoritmo de detección de odio identificó un total de 119.084 mensajes agraviantes publicados por 36.599 cuentas. Un 21% fueron posteos directos y casi un 80%, retuits (la republicación de los mensajes). La mayoría de los textos tenían origen en un grupo identificado como “teóricos de la conspiración”, cuentas vinculadas a difundir teorías falsas en las comunidad en línea, como las estelas químicas de los aviones (“chemtrails”) que “modifican el clima de forma artificial”.

Por lo general, estos grupos intentan camuflarse en “ciudadanos comunes”. Buscan que sus campañas de acoso sean percibidas como simples mensajes de usuarios indignados. “Se trata de una técnica muy usada, la de aparentar que los emisores son gente cercana, vecinos, alguien de tu misma ciudad, de tu equipo de fútbol”, desmenuza Arce.

El nivel de odio es lo suficientemente alto como para generar emociones en el oyente, pero no es tan alto como para que pueda constituir un delito

Sergio Arce GarcíaAutor de la investigación

Los mensajes de odio dirigidos contra la AEMET tienen una media de siete retuits. Las cuentas que difunden estos contenidos son muy activas, con siete publicaciones de media al día. “El nivel de odio es lo suficientemente alto como para generar emociones en el oyente, pero no es tan alto como para que pueda constituir un delito”, se detalla en la investigación.

Arce lo define como una “lluvia fina” que mezcla el desprestigio a la institución con la difusión de las teorías conspirativas. Según estos mensajes, la AEMET “manipula el clima”, “provoca sequías” y busca el “control de la población” a través de la “fumigación y esterilización”. Los ataques, revela este experto en comunicación y redes sociales, han aumentado de forma considerable tras la pandemia. El último gran salto: la DANA de Valencia.

La investigación no abarca la “catarata de odio virtual” que se generó tras este fenómeno meteorológico extremo. Pero se menciona en un párrafo que los autores lograron agregar mientras el trabajo estaba siendo revisado por pares. “La AEMET fue una de las instituciones más afectadas, blanco de numerosos contenidos falsos. Lo paradójico es que en el análisis de los mensajes encontramos muchos ataques por esta idea de la “alerta infundada”, por avisos que no terminaban en nada grave. Tras la DANA, muchas de estas cuentas vertieron su odio acusando de que no hubo avisos, cuando sí los hubo”, señala Arce.

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Los investigadores lamentan que, detrás de estos mensajes, “hay narrativas que influyen en las creencias populares sobre cuestiones de verdadera importancia para la sociedad, como el cambio climático”. Una de las conclusiones del estudio es que los impactos trascienden al “mero daño emocional o personal hacia la AEMET y sus profesionales”. El discurso de odio crea un “clima de desinformación que contribuye a erosionar la confianza pública, generando un escepticismo hacia la ciencia en general”.

“Este tipo de desconfianza puede tener graves consecuencias, como la falta de preparación ante emergencias climáticas o la indiferencia ante alertas meteorológicas críticas, poniendo en riesgo tanto la seguridad pública como la sostenibilidad medioambiental”, resumen los autores. “Estamos ante una enorme industria de odio y desinformación. Es gravísimo”, alerta Arce.

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