“Perder la memoria de elefante y la capacidad de encontrar el nombre de las personas, nos pasa a todos a partir de los 50. Ahora, cuando una persona empieza a quejarse de que le falla la memoria, es porque tiene una experiencia subjetiva de que algo no está del todo bien. Eso se llama queja cognitiva”. Así es como el doctor Pablo Villoslada explicaba en una entrevista a La Vanguardia la situación que nos debe hacer reaccionar para acudir al médico, ante las pérdidas de memoria, a una edad más o menos avanzada.
Villoslada es Jefe del Servicio de Neurología del Hospital del Mar y Director del Programa de neurociencias del Instituto de Investigación de este hospital, además de Codirector del centro de salud cerebral del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall con el Hospital del Mar. Este especialista, además de valorar qué suponen los nuevos fármacos para tratar el alzheimer que se acaban de aprobar en Europa, repasaba también algunos consejos clave para valorar los primeros síntomas de demencia, y también los hábitos que nos pueden ayudar a prevenirlas.
La tríada del riesgo: diabetes, obesidad, hipertensión
Hábitos saludables como evitar el tabaco y el alcohol, llevar una dieta equilibrada y hacer ejercicio físico, nos los sabemos de memoria. Sabemos que son importantísimos para envejecer con la mayor calidad de vida posible. El doctor Villosalada explica que son imprescindibles para evitar los problemas cardiovasculares, que constituyen un gran factor de riesgo para sufrir alzheimer y otras demencias.
“Los problemas cardiovasculares hacen que tu cerebro esté débil y no sea capaz de eliminar estas proteínas que se acumulan, amiloide y tau. Diabetes, obesidad e hipertensión son terribles y las personas no son conscientes. Al cabo de una década, te han destrozado la circulación y empiezan los problemas, infarto de miocardio, ictus y demencias”, relata el especialista.

La hipertensión, un problema de salud pública.
Sueño reparador
El sueño cambia a partir de cierta edad, y como explican especialistas como el doctor Estivill, debemos entender que los patrones horarios pueden variar, y evitar —en la medida de lo posible— los fármacos. Ahora bien, el descanso es fundamental y tiene un papel clave en nuestra salud cerebral.
“A partir de los 50, todo el mundo empieza a despertarse a partir de las tres o cuatro de la mañana y a veces no te vuelves a dormir. Cuando duermes profundo es cuando se limpia el cerebro, si tienes poco rato para limpiarlo, se acumula más proteína amiloide, más daño cerebral”. Así pues, la calidad del sueño a partir de la madurez influye en el desarrollo de demencias.
Socialización, el mejor de los ejercicios mentales
Para mantener una buena salud cerebral y evitar el envejecimiento temprano de este órgano, es tan importante la actividad física como la mental. Ahora bien, ¿qué tipo de ejercicios cognitivos son los más efectivos? Sorprendentemente, “socializar”.
Para Villoslada, este es el principal problema que tenemos en España, “las personas mayores están muy bien cuidadas a nivel familiar, pero son muy poco activas comparándolo con otras poblaciones”. Según el doctor, lo más importante en cuanto a prevención de demencias es la socialización, “porque lo más difícil que hace nuestro cerebro es intentar entender a otra persona, mucho más que hacer matemáticas, física o escribir un libro”.
Ahora bien, para que ese contacto social sea más efectivo a nivel cerebral, debe suponer un reto. “Si socializas siempre con tu familia y tus amigos, esto no es un reto. Lo difícil es socializar en ambientes donde hay estrés. En Japón, no verás a un anciano en la calle porque está haciendo voluntariado. En Estados Unidos, la gente está haciendo voluntariado. La población mayor tiene que estar mucho más activa”, concluye el jefe de Neurología del Hospital del Mar.
Lo más difícil que hace nuestro cerebro es intentar entender a otra persona, mucho más que hacer matemáticas, física o escribir un libro"
Mayores implicados y motivados
La motivación, la contribución a la sociedad y a la comunidad y la integración social, son aspectos importantísimos para que las personas mayores tengan calidad de vida. En este aspecto, el doctor hace un llamamiento a la acción ciudadana y a las instituciones municipales para combatir el edadismo e integrar a los séniors.
“Por el hecho de cumplir 65 no te pueden apartar de la sociedad, “no molestes”. La generación del babyboom se va a negar a que esto ocurra y vamos a ver a unas personas mayores empoderadas, que como tienen capacidad de voto, finalmente los políticos realmente les tendrán que empezar a hacer caso”, apunta. “Pero tiene que ser una iniciativa ciudadana el que nos activemos a incluir a los mayores, a darles un papel para facilitarles que estén activos física y mentalmente”, añade.

Jaume y Nuria, voluntarios del Gran Recapte en el mercado de la Sagrada Família.
¿Cuándo hay que ir al médico?
Cuando la prevención no funciona, aparecen los primeros síntomas. Pero… ¿Cómo diferenciarlos de las pérdidas normales de capacidades que pueden suceder, en algunos aspectos, a una edad avanzada? “Cuando una persona empieza a quejarse de que le falla la memoria, es porque tiene una experiencia subjetiva de que algo no está del todo bien. Eso se llama queja cognitiva. Ya tiene una categoría, no es una enfermedad, pensamos que puede ser el pródromo, la fase presintomática. Los cambios de comportamiento (si una persona ya no es la que era); desorientarse; perderse —no te lo dicen, pero dejan de ir a sitios-… En esos casos hay que ir al médico de cabecera”, aconseja Villoslada.