"En un futuro emocionalmente inteligente, nadie confundirá un duelo de más de dos semanas con un trastorno mental. Responderemos con sinceridad cuando alguien nos pregunte cómo estamos, puesto que ya no se esperará de nosotros que “pongamos buena cara” (…). Hay un montón de tonterías, variaciones del “mira el lado bueno de las cosas”— que la gente ya no dirá en un futuro emocionalmente más inteligente”.
Son interesantísimas reflexiones del libro Visión nocturna (Koan), en el que la filósofa Mariana Alessandri expone la necesidad dejar atrás la positividad tóxica para abrazar emociones tan comunes y tan válidas como la ira, el dolor o la ansiedad. Alessandri, doctora en Filosofía , profesora de la Universidad de Texas Valle del Río Grande y colaboradora de medios como The New York Times, tiene un discurso poco habitual sobre estos temas, realista y brillantemente hilado. Expone a La Vanguardia, desde el otro lado del Atlántico, la necesidad de respetar esas “emociones oscuras”, que nos persiguen más todavía cuando nos hacemos mayores.
Hay mucha presión en personas de mayor edad, todo tiene que ser positivo. Como cuando luchamos contra las enfermedades y sentimos presión, es positividad tóxica
¿Qué es practicar la visión nocturna?
Tenemos mucha práctica en las emociones positivas, cómo hablar de ellas, cómo manejarlas, cómo compartirlas. Tenemos mucha experiencia en el sol -metafóricamente-, pero con respecto a las emociones oscuras o estados de ánimo más sombríos, nos sentimos incómodos. No sabemos cómo manejarlos ni hablar de ellos, no sabemos si es enfermedad mental o si es mal humor, pecado o pereza. Somos analfabetos con respecto a las emociones negativas que nos duelen. La visión nocturna es la sugerencia de que, si podemos estar más tiempo en la oscuridad, los ojos se van abriendo y podemos estar más acostumbrados a estas emociones negativas para hablar de ellas.
Con el envejecimiento también pasa esto. Ahora nos dicen que los 60 son los nuevos 50, que todavía nos quedan muchos años por delante y que debemos estar animados y enérgicos. No se permite una emoción oscura en cuanto a la vejez.
Me acuerdo del cumpleaños de mi papá de los 70. No estaba contento, y yo le dije ‘¡Ah, papá, ¿por qué no estás feliz? ¡Feliz cumpleaños!’. Y él me contestó, ‘No envejezcas’. Me di cuenta de que no todo es positivo, no todo es tener una sonrisa, uno no tiene que actuar, no tiene que ponerse una máscara para hacer ver que todo está bien. Hay mucha presión en personas de mayor edad, todo tiene que ser positivo. Como cuando luchamos contra las enfermedades y sentimos presión, es positividad tóxica, “tienes que luchar”, “tienes que sentirte bien”, “si tu actitud no está bien, no te va a salir bien”. Parece que es tu culpa si no estás bien, porque no tienes la actitud correcta. No importa tu situación, tus enfermedades, tu edad, tus circunstancias, con una actitud positiva, tú puedes estar bien. Y yo quiero defender a los que no se sienten bien y no quieren ponerse una máscara, no quieren actuar cuando no se sienten felices.
“No digas eso”, “no estés triste”, “sé feliz”… Esto es un bullying de las emociones. Debemos aceptar que la gente es muy compleja, e incluso los de mayor edad
¿Cómo hay que afrontar esa emoción oscura de la vejez que mucha gente seguro que siente?
Hay que respetar los dos lados, que a veces sí, nos sentimos bien, podemos salir de la cama, nada nos duele, pero muchas veces nos sentimos mal. Y respetar esa parte y no poner la culpa en la persona que está sufriendo, que se siente mal, que ya despertó con un dolor nuevo. Mayores y jóvenes se sienten mal a veces, estamos perdiendo conexión y compasión en esa sensación, porque todos tenemos las máscaras puestas. Si todos a la vez bajamos la máscara y decimos, “de verdad, ¿cómo estás?”, podríamos hablar de ello, conectar sobre las quejas de la vida. Todo el mundo se siente solo de vez en cuando, más que nada cuando se siente este estado de ánimo sombrío.
Individualmente, ¿cómo deberíamos actuar ante la emoción oscura?
No puedo arreglar yo o no puedo hacerte sentir mejor si tienes depresión, pero lo que quiero hacer es sacar o quitar la vergüenza. Y la vergüenza la causa la sociedad. Debes sentir y afirmar que tú no eres el problema, el que se siente mal no es el problema. No tienes que tomar esa carga o el peso de la culpa. Es la culpa de los demás, de la sociedad que te está diciendo que no estás bien y que es tu culpa. Entonces, hay dos niveles de dolor. No puedo quitar el primer nivel de dolor, eso es la vida, es el ser humano. Pero lo que podemos cambiar y reducir es la vergüenza por parte de la gente ignorante que no está acostumbrada a sus propios estados de ánimo sombríos y que tiene miedo de la oscuridad. “No digas eso”, “no estés triste”, “sé feliz”... Esto es un bullying de las emociones. Debemos aceptar que la gente es muy compleja, e incluso los de mayor edad.
Para los de mayor edad, como el duelo es más frecuente, la sociedad cree que ya están acostumbrados (...). Los tratamos como si no fuera el mismo duelo, el mismo dolor
Los dolores físicos también hay que escucharlos…
El extra en dolor de los de mayor edad viene de una sociedad que no respeta a los ancianos, por lo menos en los Estados Unidos. Están leyendo un mundo que dice “ya no vales, ya no tienes valor para este mundo”. Y no es porque son negativos o pesimistas, es porque ven lo que está pasando, son muy sabios.
En cuanto al duelo, dice “quiero la libertad de poder zozobrar sin disculparme”. Derrumbarse en un momento de duelo es positivo, ¿es necesario, y no nos dejan?
Sí, es lo más terrible porque la gente te dice “estás llorando demasiado” o te dice “no estás llorando suficiente”. Hay personas que dicen a las otras cómo manejar sus emociones. Debemos respetar al que está sufriendo. Para los de mayor edad, como el duelo es más frecuente, la sociedad cree que ya están acostumbrados, ya todos tus amigos han muerto, ya no es nada. En esa situación tratamos a las personas mayores como si no fuera el mismo duelo, el mismo dolor. Si la sociedad pudiese cambiar, todo estaría bien; con el duelo interrumpimos un proceso agridulce que puede ser muy bonito. Se nos juzga diciendo que somos débiles, pero no somos débiles, somos seres humanos.

A menudo no se respetan las emociones negativas de las personas mayores.
Tenemos que creer a las personas mayores, y muchas veces no los creemos
Usted dice que a menudo no creemos a los mayores, o no les atendemos suficiente cuando expresan dolores, por ejemplo…
Maltrataron a mi mamá cuando estaba muriendo, diciendo que no estaba sintiendo dolor. Ella protestaba, “no lo saben, no están en mi cuerpo”. Tenemos que creer en las personas mayores, y muchas veces no les creemos.
Los infantilizamos, los tratamos como a niños pequeños, a menudo…
Sí, exacto. Se deben respetar a las personas en el lecho de muerte hasta el final. No se los debe infravalorar ni infantilizar.
Dice usted que, para la sociedad, quienes sufren depresión crónica son como zurdos emocionales, el mundo no está pensado para ellos. En las personas mayores con esta enfermedad, es peor todavía…
Es común que alguien de mayor edad esté deprimido, porque sus amigos están muriendo, porque ya están contemplando su vida… Puede ser algo lindo si podemos compartir eso. Es una época muy especial, como el duelo, en que uno puede compartir su sabiduría y sus dolores, y ser un ejemplo para los jóvenes, para mostrar que no tienen que esconderse, que pueden ser quien son y ser amados. En cambio, parece que no queremos vernos los unos a los otros porque tenemos miedo, culpa o pena. Debemos enfrentarnos a eso, y admitir que somos como somos, llorando, apenados o deprimidos. No estamos disfrutando de estos estados de ánimo sombríos, que nos pueden conectar entre nosotros, que nos conozcamos mejor unos a otros. Estamos luchando contra nosotros, rechazando una parte de nosotros que creemos que es inferior.
Este mundo exige la máscara. ¡Me encanta un anciano que está muy enojado! Eso significa que tiene vida, no se ha dado por vencido
¿Y qué diría a las personas mayores que lean la entrevista y se estén sintiendo mal por no tener una vejez activa, saludable, positiva, enérgica…?
No eres tú, la culpa no es tuya, es de la sociedad. Si hubiéramos vivido en un mundo en que todo es aceptable y toda manera de vivir tiene valor, entonces no te sentirías así. Este mundo exige la máscara. ¡Me encanta un anciano que está muy enojado! Eso significa que tiene vida, no se ha dado por vencido. Esta es una sociedad enferma que solo quiere el sol, sin la sombra, y eso no existe; cada uno tiene la sombra adentro. Quiero crear un mundo en que todos podamos disfrutar de los placeres y pero también de los momentos agridulces. El mundo se ha vuelto loco, no es tu culpa si no estás bien.