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Transformó su vida radicalmente después de su ruptura matrimonial, y ahora acompaña a otras mujeres, a los 63: “La menopausia es un renacer”

‘Después de los  60’

“Nos vuelven invisibles cuando es un periodo de mucha productividad; parece que a los 60 la sociedad quiere hacernos creer que ya no hay más propósitos”, dice Mercedes Civarolo, doctora en Ciencias de la Educación y escritora que llegó a Barcelona desde su Argentina natal hace casi tres años, tras 29 años de matrimonio 

Ahora se autoproclama nómada digital y acompaña a otras mujeres a buscar su realización personal, con un libro en camino. “Me descubrí como mujer que sabe lo que quiere”, dice 

Mercedes Civarolo

Cedida

Mercedes Civarolo tenía una vida plena. Había formado una familia junto a su marido y sus hijas y tenía un trabajo que le apasionaba como profesora e investigadora docente de carrera. “Enseñaba a enseñar y a aprender, esas eran mis cátedras”, dice. Pero a los 52 años empezó a sentir que algo tenía que cambiar. “En el aburrimiento más extremo es cuando la existencia te pide un cambio, y uno empieza a preguntarse: ¿no puedo cambiar o no quiero hacerlo?”, explica esta argentina. Y ella podía y quería, así que decidió transformar su vida por completo. Se divorció, cambió de trabajo y se fue a vivir a Barcelona. Ahora, con los 63 recién cumplidos y menos cosas materiales, dice sentirse mucho más plena.

En los momentos antes de ese cambio vital, Mercedes se define como una trabajadora 24 horas. “Soy una enorme apasionada de lo mío, de la pedagogía y la psicología”, reconoce. Ahora se considera una nómada digital, una viajera de la vida, y transita otras maneras de vivir su pasión. Se convirtió en emprendedora en los albores de la menopausia, “una etapa bastante degradada socialmente para la mujer”, y se dio cuenta que su metamorfosis tenía un impacto en otras mujeres de su alrededor, por lo que está empezando a ayudar a que otras puedan alcanzar su propio bienestar.

En el aburrimiento más extremo es cuando la existencia te pide un cambio, y uno empieza a preguntarse: ¿no puedo cambiar o no quiero hacerlo?

Mercedes Civarolo63 años
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Mercedes decidió romper el matrimonio cuando llevaba 29 años casada. No fue una decisión fortuita ni impulsiva, sino que llevaba tiempo cociéndose. Cuando su relación ya estaba a la deriva, además, descubrió una infidelidad que la hizo descubrir la ira y el dolor, y eso le fue dejando cicatrices. “Necesitas tomar conciencia para generar esos cambios, lo fui madurando; llegó el momento en que me escuché diciendo que no quería vivir esa vida y dejé atrás todos esos mandatos civilizatorios que te pone la sociedad”, cuenta. Ahora, 10 años después, ve esas marcas de otra manera, porque también entiende la pareja de otra manera.

Así dejó su casa y sus rutinas, cuando ya había pasado de los 50. “Creo que la menopausia es un renacer, por muy mala prensa que tenga es una etapa de autodescubrimiento femenino, porque empiezas a descubrirte a ti misma, también en el ámbito de la sexualidad o el erotismo”, explica Mercedes, que fue también con ese cambio que descubrió el erotismo y empezó a gustarse a sí misma como mujer. “Me descubrí como mujer que sabe lo que quiere”. Además, también en ese sentido, ha escrito un libro de autoayuda acerca de los cambios y las transformaciones en la mujer, titulado Mariposa en vuelo. Dejar al capullo para transformarse y volar, una guía práctica para la metamorfosis de la mujer que actualmente está en varias editoriales a la espera de que alguna se anime a publicarlo.

Creo que la menopausia es un renacer, es una etapa de autodescubrimiento femenino, empiezas a descubrirte a ti misma, también en el ámbito de la sexualidad

Mercedes Civarolo63 años

Mercedes Civarolo es escritora y “mentora”. 

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No recuerda que le costara especialmente dar el paso, al contrario, lo describe como un momento mágico y liberador en el que prevalecía la emoción por vivir otra vida. No haber abandonado nunca la pasión por su carrera ni por el crecimiento y la realización personal la ayudó, además de ser una persona proclive a los cambios. “Hoy los disfruto más que nunca porque me sacan de la zona de confort y me abren todo un mundo de posibilidades”, dice esta argentina, nieta de inmigrantes españoles e italianos.

Se proclama totalmente en contra del edadismo y subraya la importancia de buscarle un nuevo sentido a la vida. “El edadismo es discriminatorio, es un prejuicio, son estereotipos muy negativos para los adultos mayores porque asocian la vejez a la idea de fragilidad, inutilidad o incapacidad, y es una cuestión de exclusión social”, lamenta. Y continúa. “Me parece que nos vuelven invisibles cuando es un periodo de mucha productividad; parece que a los 60 la sociedad quiere hacernos creer que ya no hay más propósitos”.

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Mercedes es un ejemplo de todo ello. Ahora, que tiene 63 años, vive en Barcelona, ciudad a la que se mudó hace un par de años y medio, y continúa volcada en su misión pedagoga y educativa, pero cultiva otra filosofía de vida. A parte de cambiar de país y trabajo, modificó sus rutinas, su alimentación y sus prácticas para darse más importancia a sí misma. 

También cambió el concepto de maternidad con sus hijas y hoy aprende mucho de ellas. Y practicó el desapego material y afectivo. “Cuando me fui de Argentina dejé de lado todo, dejé mis cosas y empecé a venderlas y regalarlas, y hoy tengo menos, pero vivo mucho más feliz”.

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