Durante mucho tiempo, la sexualidad femenina en la madurez ha estado envuelta en tabúes y estigmas. Sin embargo, en las últimas décadas, se ha producido una transformación significativa: las mujeres mayores de 60 años están redescubriendo su sexualidad, y los juguetes eróticos juegan un papel fundamental en este proceso.
Según la encuesta anual de Womanizer del año 2024, el 36% de las mujeres mayores de 60 años ha utilizado juguetes con su pareja en alguna ocasión y un 13,3% expresa su interés en probarlos en el futuro. Según datos de las tiendas Amantis, el 60% de los juguetes que se compraron en sus establecimientos en 2023 fueron adquiridos por mujeres— del doble que hace 20 años— y el 67% de las compradoras tenían entre 40 y 60 años.
“En los últimos dos o tres años he empezado a tener más clientas mujeres de más de 60 años, y por temas de goce de la sexualidad”, cuenta Alba Povedano, psicóloga y sexóloga de las tiendas Amantis. “Una mujer mayor vino a la tienda y a partir de la conversación empezamos a hacer sesiones de terapia. Llevaba toda la vida pensando que las relaciones sexuales que tenía, con dolor, eran normales. A partir de fisioterapia de suelo pélvico y juguetes con vibración mejoró mucho”.
Los beneficios delos juguetes eróticos
Adeline Aránega, propietaria de Kitsch, el primer sex shop de España— abrió en 1978— ha sido testigo de un cambio en este tema. “Muchas mujeres de más de 60 años han descubierto el placer sexual gracias a los juguetes. Conozco a una señora de 73 años que, tras probar un microsuccionador, me dijo con entusiasmo: '¡Estoy viva!'. Desde entonces, ha regresado varias veces a la tienda para probar otros productos”.
El uso de juguetes sexuales en la madurez no solo se centra en el placer, sino que también ofrece beneficios para la salud. Mireia Grossmann, fisiosexóloga y fisioterapeuta especializada en suelo pélvico, y autora de libros como Menopausia. No hay reglas, lo explica a La Vanguardia. “El primer beneficio es mental, porque ayuda a romper tabúes, usarlos implica haber superado esas ideas arraigadas que asocian la sexualidad con algo pecaminoso o sucio”. Además, la estimulación regular con juguetes eróticos mejora la circulación sanguínea en la zona genital, lo que es especialmente beneficioso después de la menopausia. Grossmann explica: “Durante la etapa fértil, los estrógenos protegen los tejidos y mantienen la libido. Tras la menopausia, esa libido cae y la zona genital puede quedar ‘dormida’. Los juguetes pueden ayudar a reactivarla”.
Tras la menopausia, la libido cae y la zona genital puede quedar 'dormida'. Los juguetes pueden ayudar a reactivarla
Povedano apunta en este mismo sentido que la vibración de algunos aparatos activan el riego sanguíneo y esto va muy bien para las atrofias. “Vascularizan, aportan sangre a la musculatura, entrena y revive. Cuanto más se vuelve a usar la musculatura, en mejor estado está”.
Lola, de 69 años, comparte su experiencia heterosexual. “Los juguetes eróticos te dan una autonomía tremenda. Con la variedad de opciones que existen hoy en día en términos de sexualidad, la presencia de un hombre no es estrictamente necesaria, en cuanto al placer. ¡Eso no quiere decir que una pareja no tenga su importancia, por el vínculo afectivo!”, relata. “Además los juguetes se pueden integrar en la relación de pareja y aportan dinamismo a la vida sexual, especialmente cuando llevas muchos años casada y quieres renovar la pasión. Hoy en día, prácticamente todas las mujeres tienen un succionador en su mesita de noche. Es algo completamente normal y tanto comadronas como ginecólogos lo recomiendan”.
Los juguetes eróticos te dan una autonomía tremenda
Aránega afirma que muchas clientas han encontrado en los juguetes un descubrimiento tardío: “Hay muchas señoras que llegan a estas edades sin haber experimentado nunca un orgasmo. El día que lo descubren, es toda una revelación, una fiesta”.
El succionador: ni tan negativo, ni la única opción
No todos los juguetes sexuales son adecuados para todas las mujeres, especialmente en la madurez. Grossmann y Aránega coinciden en que los microsuccionadores, como el popular Satisfyer, pueden ser demasiado intensos para algunas mujeres. “El clítoris es una zona hipersensible y la estimulación excesiva puede insensibilizarlo. Es mejor modular la intensidad y usar juguetes que permitan un proceso de excitación gradual”, advierte Grossmann.
Para mujeres con atrofia vaginal, Aránega recomienda vibradores de baja intensidad. “Ayudan a la vascularización y favorecen la salud vaginal a largo plazo. Mientras que el succionador proporciona placer inmediato, los vibradores permiten descubrir nuevas sensaciones” dice. Lola también comparte su preferencia: “Siempre he usado vibradores y, personalmente, me siguen gustando más. El succionador está bien, pero para mi gusto es demasiado rápido. Hay que tener cuidado porque tiene unas revoluciones altísimas. Si no lo controlas, es como si el aparato te llevase a ti en vez de al revés, es una sensación como de calambre, es raro. Prefiero los vibradores porque me permiten más control y manipulación”.
Los vibradores de baja intensidad ayudan a la vascularización y favorecen la salud vaginal a largo plazo, mientras que el succionador proporciona placer inmediato

Adeline Aránega, con algunos de los productos que vende en Kitsch.
La doctora en psicología Anna Freixas, autora de libros como Nuestra menopausia o Sin reglas. Erótica y libertad femenina en la madurez, afirma en su otra obra Yo Vieja (Capitán Swing) que “en estos tiempos el juguete que se lleva la palma es el succionador, que está haciendo estragos en las relaciones: diligente, activo y, lo que es lo mejor, sin complicaciones posteriores. Un peligro y un reto para las parejas. Ahí os quiero ver. Son también de gran interés los aparatos que facilitan los ejercicios de Kegel para fortalecer el suelo pélvico, tan necesarios y, que también contribuyen a la irrigación de la zona y la obtención de placer a la carta”.
Al margen de opiniones o gustos personales, lo cierto es que el succionador ha sido muy criticado por su supuesto efecto adictivo, dada la eficacia y rapidez que proporciona para llegar al máximo placer. “Esta lectura es muy indignante, nadie critica la masturbación rápida de los hombres, esto no es problema para nadie, solo parece que represente un problema cuando las mujeres son capaces de llegar solas a un orgasmo rápido”, apunta Povedano. “El discurso que dice que esto es como el fast-food del sexo y que las mujeres tienen que dejar estos juguetes es muy machista, muy masculino”.
Nadie critica la masturbación rápida de los hombres, solo parece que represente un problema cuando las mujeres son capaces de llegar solas a un orgasmo rápido
El tema todavía está rodeado de tabú
A pesar de la creciente aceptación de los juguetes sexuales —succionadores, vibradores u otras mil opciones para ejercitar el suelo pélvico—, hablar abiertamente sobre su uso sigue siendo un desafío. La encuesta de Womanizer citada indica que el 48% de las mujeres de más de 60 años desearía hablar con mayor libertad sobre sus fantasías y un 30,7% sobre juguetes sexuales, incluso en la consulta médica. El 46,7% de las mujeres afirma que su médico nunca les ha hablado, por ejemplo, sobre los beneficios de la masturbación.
El tabú edadista que coarta la conversación sobre el sexo de los mayores en consulta médica conlleva problemas como la incomodidad o dolor en las relaciones sexuales o el aumento de las infecciones de transmisión sexual, como explicábamos en Longevity. “El problema es que las personas mayores no hablan del tema, los profesionales de la salud tampoco les preguntan, y apenas salen reflejados en las encuestas. Las generaciones actuales de personas mayores no han recibido educación sexual en ningún momento”, explicaba en un reportaje en Longevity Vânia de la Fuente, médica y antropóloga, experta internacional en edadismo y envejecimiento saludable.
El problema es que las personas mayores no hablan del tema y los profesionales de la salud tampoco les preguntan
Aránega explica, en este sentido: “Una clienta de 73 años me sugirió organizar en la tienda reuniones con mujeres de su edad para compartir experiencias, porque proviene de una generación en la que la sexualidad era un tema tabú. En otros ámbitos, para ellas sigue siendo difícil hablar de sexualidad y juguetes eróticos”.
Lola reconoce que su entorno quizá es una excepción que confirma la regla, y cuenta que, en su círculo social, la conversación sobre juguetes es habitual: “En el gimnasio, una compañera separada comentó en grupo: ’Bueno, pero yo tengo mi Satisfyer’, como quien menciona un libro. Nadie se escandalizó ni lo vio como algo fuera de lo común. Yo, sinceramente, no percibo tanto tabú en mi entorno. Pero también es cierto que me muevo entre personas con mentalidad muy abierta”.
Lejos de ser un capítulo cerrado, la sexualidad en la madurez está cobrando una nueva dimensión. La autonomía, el placer y la salud van de la mano en esta etapa de la vida, y los juguetes eróticos pueden ser aliados valiosos en este proceso de redescubrimiento. Como dice Adeline Aránega: “Muchas mujeres de más de 60 años, al descubrir el placer, sienten que han recuperado la vitalidad. Esa sensación de ‘estar viva’ es, sin duda, el mejor testimonio de esta revolución silenciosa”.