Funcionaria y estudiante, prevé hacer un Erasmus en Italia, a los 58: “Intelectualmente estoy mucho más dotada que con 28 años”

‘Después de los 60’

Susana Martín Fáundez se matriculó en Antropología, alrededor de los 45 años, coincidiendo con su segunda maternidad

A punto de llegar a los 60, hace años que se está preparando para su siguiente reto: hacer un Erasmus en Italia. “Lo voy a hacer, porque la vida me lo debe”, dice

Susana Martín Faúndez, estudiante

Susana Martín Faúndez, estudiante. 

Cedida

Susana Martín Fáundez siempre ha llevado el nervio materno dentro y cumplir años no ha sido un impedimento para continuar soñando a lo grande. Natural de Burgos, se desplazó a Madrid para estudiar el último año de Derecho y, tras aprobar unas oposiciones, consiguió plaza en Hacienda, en Madrid. “Ahora estoy en Derechos Sociales; veo que es mi sitio, donde encajo y donde quiero poner la guinda”, explica. 

Pero ese primer traslado de su ciudad a la capital ya marcó un antes y un después en su camino. “No es que hubiera una brecha, es que había una zanja, y me quedé con las ganas de hacer algo internacional”, recuerda. Y dicho y hecho; ahora, con 58 años, se está preparando para hacer un Erasmus.

Estoy pisando un poco el freno porque la niña todavía es pequeña, pero sí lo voy a hacer, porque la vida me lo debe

Susana Martín Fáunez

Esta burgalesa procedía de una familia humilde y su filosofía siempre ha sido la de buscarse la vida. “En ese momento los Erasmus no eran para todas las economías, ni muchísimo menos, pero en Madrid se me abrió el mundo”. Tanto es así que, al terminar la carrera, se embarcó en una oposición —“la segunda mejor decisión de mi vida”— durante dos años y ganó la plaza, en la que sigue desarrollando su carrera profesional. Y cuando su primer hijo hizo un Erasmus en Roma, supo que ella quería formar parte de eso.

Susana reivindica que nunca ha seguido el camino marcado y que siempre se ha guiado por sus propios ciclos vitales, contraculturalmente. Fue madre por segunda vez a los 45 años y, todavía con la niña en brazos, fue a por su “grado de madurez” y se inscribió en Antropología en la UNED. Ahora, a los 58 y tras ir asumiendo dos o tres asignaturas al año, está en cuarto curso y el Erasmus se le abre como una oportunidad real. “Estoy pisando un poco el freno porque la niña todavía es pequeña —tiene 12 años— y no puedo plantearme irme ahora, pero sí en dos o tres años; y lo voy a hacer, porque la vida me lo debe”.

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Para emprender proyectos cuando eres sénior, no puedes ir improvisando, tienes que asentar la economía y la salud

Susana Martín Fáunez

Esta perseverancia también se percibe en su filosofía de vida. “Para emprender proyectos cuando eres sénior tienes que haber sembrado mucho antes; no puedes ir improvisando, tienes que asentar la economía y la salud, y con eso puedes hacer lo que te dé la gana hasta los 100 años”. Y ella se compromete con su propósito: proyecta irse un cuatrimestre a Italia y desde hace dos años está estudiando italiano para tener el nivel. “Tienes que ir proyectando el futuro en el que te ves; y si te ves de Erasmus en Italia con 63 años, lo primero que tienes que hacer es estar estudiando un grado y manejar el idioma”.

Tener ese pensamiento crítico y retos constantes, para Susana, es culpa de la literatura y de los grandes personajes de las novelas, que lo desafían todo y a ella le abrieron los ojos desde joven. Esa libertad de pensamiento también intenta transmitírsela a sus hijos. “Que sepan que la vida tiene muchos aros por los que hay que pasar te guste o no, pero una vez pasados, extiendes las alas y vas a lo tuyo”, se reafirma. De hecho, también lleva dos clubs de lectura infantil, y dice que es de lo que más le gusta hacer.

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Intelectualmente, estoy mucho más dotada que cuando tenía 30 años menos, es que no hay punto de comparación

Susana Martín Fáunez

En relación con el edadismo, a esas personas que pueden sorprenderse cuando comenta que tiene previsto hacer un Erasmus, esta burgalesa afincada en Madrid reconoce que con los años una piensa más en los posibles estragos de la salud, pero por lo demás, alaba la madurez. “Intelectualmente, estoy mucho más dotada que cuando tenía 30 años menos, es que no hay punto de comparación; yo ahora manejo la vida con dos capotes”, afirma Susana, y explica que la Antropología le ha dado aún más herramientas para poder ver otras realidades y leer la vida de manera crítica.

También lo valora positivamente a la hora de estudiar y desarrollar exámenes, remarcando que la gente mayor de 45 años y que se ha educado en lo analógico tiene unas narrativas más desarrolladas que las generaciones venideras. “Lo digital está hecho para monos y facilita mucho el no pensar; si se presentaran los séniors a las oposiciones, los juniors no tendrían nada que hacer, y cada vez hay más séniors que dejan sus trabajos y se van al mundo de las oposiciones, porque paradójicamente lo tienen mucho más fácil”.

No hay ningún dogma; con sensatez puedes llevar una vida más libre

Susana Martín Fáunez

“No hay ningún dogma; con sensatez puedes llevar una vida mucho más libre”, añade, y se reafirma diciendo que llegar a los 100 años es una edad a la que aspirar, sobre todo para las mujeres. “Siempre hablo de mujeres porque creo que somos de otra pasta; mira Lola Herrera, es una fuerza de la naturaleza y sigue activa, interesante y enérgica”. 

Es en ese marco mental que potencia sus ganas de seguir desarrollándose y aprendiendo. “A mí no me digas que con 60 no puedo irme de Erasmus”, dice, y critica que el capitalismo neutraliza la ilusión, que se ceba todavía más con las personas sénior. “Es el rollo de que si una no produce y no es una gallina ponedora, ya no interesa; y eso es falso”.

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