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“Me encuentro con compañeras del colegio y me sorprende lo viejas que están; tienen mi edad, pero yo no me veo así”: ¿estamos mejor que los demás, o nos engaña la autopercepción?

Longevity

La edad subjetiva puede convertirse en un factor de bienestar y salud a largo plazo; ¿qué influye en ella y cómo se conforma? 

“La edad subjetiva está moldeada por las creencias metacognitivas y por el funcionamiento social y físico”, dice la doctora en neuropsicología Esther Sierra

La autopercepción de la edad juega un papel importante en la salud, pero… ¿Qué influye en ella? 

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El año de tu nacimiento determina qué edad tienes, y cada año esta cifra aumenta un dígito. Sin embargo, el número que te corresponde según tu certificado de nacimiento no siempre coincide con la edad que sientes. “Cuando me encuentro con antiguas compañeras del colegio a las que no he visto en un tiempo, me sorprende lo viejas que están, y luego me doy cuenta de que tienen mi misma edad, así que yo también debo parecerles vieja”, reconoce Mercedes, de 64 años, quien concluye: “pero yo no me siento así de mayor”.

Este desfase entre la edad biológica y la edad en la que nos percibimos a nosotros mismos —lo que los psicólogos llaman la edad subjetiva— es una sensación que se hace evidente, sobre todo, cuando nos reencontramos o conocemos a gente de nuestra misma edad. Pero incluso puede —y a menudo ocurre— aparecer cuando nos encontramos frente a nuestra propia imagen de forma imprevista. “Yo en alguna ocasión me he sorprendido mucho al verme reflejada en un escaparate paseando por la calle”, señala Pilar. La imagen de una mujer de 60 años que refleja su persona produce a Pilar, sobre todo, sorpresa.

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Pilar60 años
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Más allá de ser un tema de conversación y filón de anécdotas, la autopercepción del envejecimiento es un factor psicosocial importante que puede influir en la calidad de vida, según asegura la doctora en neuropsicología Esther Sierra a La Vanguardia.

De acuerdo con las investigaciones realizadas sobre este tema, cada vez es más amplia la brecha entre la edad cronológica y la edad subjetiva de los mayores, según se desprende del informe publicado por la revista Psychological Science. En este informe, donde se analizaron y actualizaron los datos obtenidos en un estudio a largo plazo realizado en Alemania en la década de los noventa entre sujetos con una edad media de 61 años, se constata que es habitual que las personas se sientan, a partir de la madurez, como promedio, un 11 % más jóvenes que su edad real. Y que existe una tendencia gradual a que la brecha entre la edad cronológica y la edad subjetiva aumente entre los nacidos después de 1952.

La edad subjetiva está moldeada por las creencias metacognitivas y por el funcionamiento social y físico

Esther SierraDoctora en Neuropsicología

Aunque este estudio no entra en detalles sobre por qué se está registrando esta tendencia, la doctora Sierra apunta a que “la salud mental, los recursos sociales y la satisfacción propia con la vida son elementos fundamentales que modulan la percepción de nosotros mismos a medida que envejecemos e impactan sobre la llamada edad subjetiva”.

“La actitud sobre el envejecimiento se va construyendo a lo largo de la vida, a medida que vamos acumulando e internalizando puntos de vista sociales y estereotipos sobre el envejecimiento. Y esto tiene amplias implicaciones para la vida cotidiana y el funcionamiento de una persona. La edad subjetiva está moldeada por las creencias metacognitivas y por el funcionamiento social y físico”, asegura la neuropsicóloga. Aunque también influyen ciertos momentos contextuales, como acercarse a la fecha del cumpleaños o convertirse en abuelos antes de lo esperado, circunstancias que, según apunta la experta, hacen que las personas se perciban más mayores.

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Es evidente que la mejoría en las condiciones de vida en la sociedad actual, unida al aumento de la esperanza de vida, un mayor acceso a la información y una mayor oferta de ocio, favorece un mejor mantenimiento del estado físico de los mayores y permite que alcancemos la madurez en mejores condiciones que nuestros abuelos. Y si a esto le añadimos que cada vez hay una mayor aceptación social y cultural para que las personas mayores participen en actividades tradicionalmente asociadas a los más jóvenes, el resultado es la propensión a señalar hoy en día que los 60 de ahora son los 40 de entonces.

Percepción que puede tener efectos positivos en nuestra salud, ya que, como señala la doctora Sierra, “hay diversos estudios que apoyan que una autopercepción más positiva del envejecimiento deriva en comportamientos de salud más preventivos, como hacer ejercicio físico de forma regular, seguir una dieta saludable o mantener una red social activa. El modo en que nos percibimos a nosotros mismos puede influir en el ritmo biológico del envejecimiento”.

Si la vejez no tuviera esa connotación de fragilidad y pérdida no existiría esa necesidad de distanciamiento

Esther SierraDoctora en Neuropsicología

Una explicación aceptada para este fenómeno sugiere que pueda tratarse de un mecanismo de protección según aumentan los años. 

Getty Images/iStockphoto

Todo ello puede repercutir, según la experta, en la tendencia que tienen las personas de edad avanzada de disociarse de las identidades de la tercera edad. “Una explicación aceptada para este fenómeno sugiere que pueda tratarse de un mecanismo de protección que se desarrolla más según aumentan los años; uno puede pensar que al negar su estatus como adulto mayor no será presa de los estereotipos de la vejez. Trabajo con personas mayores a nivel grupal —explica la doctora— y es curioso oírlos catalogar a otros del grupo como ‘el de los abuelos’ cuando se refieren a personas de su misma edad. Tal vez”, especula la doctora Sierra, “si la vejez no tuviera esa connotación de fragilidad y pérdida, no existiría esa necesidad de distanciamiento”.

Sin embargo, la edad que una persona siente no está solo relacionada con los aspectos psicosociales que le rodean. Se ha comprobado que la edad subjetiva también está enlazada a biomarcadores del envejecimiento. “Se ha demostrado que una edad subjetiva más avanzada está ligada a medidas neurológicas: un menor volumen de materia gris en el giro frontal inferior y en el giro temporal superior se ha asociado a una percepción de sentirse de mayor edad. La degradación en estas áreas puede afectar la forma en que las personas perciben los cambios relacionados con la edad”, concluye la doctora.

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