Mónica de la Fuente del Rey, bióloga y médica: “Cuando uno está estresado, triste, deprimido o con ansiedad, está generando estrés oxidativo e inflamatorio, y eso acelera el envejecimiento”

Longevity

De la Fuente, catedrática de Fisiología y fundadora del grupo de Investigación “Envejecimiento, Neuroinmunología y Nutrición” de la Universidad Complutense de Madrid, lleva más de cuatro décadas dedicadas al estudio del proceso de envejecimiento

Mónica de la Fuente, catedrática de Fisiología y fundadora del grupo de Investigación «Envejecimiento, Neuroinmunología y Nutrición» de la Universidad Complutense de Madrid

Mónica de la Fuente, catedrática de Fisiología y fundadora del grupo de Investigación «Envejecimiento, Neuroinmunología y Nutrición» de la Universidad Complutense de Madrid. 

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Cuando alguien nos pregunta la edad, respondemos rápidamente en función de lo que dice nuestra partida de nacimiento. Sin embargo, esa edad cronológica puede estar muy lejos de la edad real que presenta nuestro organismo, lo que se conoce como edad biológica. Hay personas, de hecho, que a la pregunta “¿Cuántos años tienes?”, responderían, por ejemplo, “treinta”. Sin embargo, si su organismo pudiese hablar, le rectificaría exclamando “¡Sesenta!”.

De estas diferencias, que son más habituales de lo que imaginamos y que reflejan la velocidad de nuestro envejecimiento, sabe mucho Mónica de la Fuente del Rey, catedrática de Fisiología y fundadora del grupo de Investigación “Envejecimiento, Neuroinmunología y Nutrición” de la Universidad Complutense de Madrid. La investigadora, que lleva más de cuatro décadas dedicadas al estudio del proceso de envejecimiento, ha desarrollado una prueba pionera, The Immunity Clock, que permite conocer la edad biológica de una persona a través de un simple análisis de sangre. 

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¿Cómo podemos saber nuestra edad biológica más allá de lo que pone en nuestro DNI?

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“Llevamos más de mil analíticas, la mayoría en personas aparentemente sanas, y curiosamente lo que nos sale mayoritariamente es que la población tiene más edad biológica que cronológica”, explica a La Vanguardia. ¿Un dato para la esperanza? La edad biológica, a diferencia de la cronológica, se puede rejuvenecer. Y ahí juega un papel fundamental el estilo de vida.

La esperanza de vida al nacer en España se sitúa por encima de los 84 años y las proyecciones para 2035 del INE apuntan a que esa edad seguirá creciendo. Pero estas cifras, sin embargo, no reflejan el estado de salud de esas personas que llegan hasta los 84 años. ¿Vivimos muchos años, pero demasiados de ellos con achaques?

Claro, ese es el problema. A mí me gusta más el concepto de longevidad media, que hace referencia a la media de años que vive una población que ha nacido en la misma fecha. Y eso es lo que en los últimos años está aumentando mucho. De hecho, en un trabajo muy interesante que fue publicado en The Lancet en 2018, se señalaba que España sería en el 2040 el país más longevo del mundo, es decir, que íbamos a superar a todos los demás países en cuanto a años de vida media. Eso es estupendo, pero el problema es que, si vemos nuestra posición en los listados de esperanza de vida libre de dependencia, lo que se podría considerar como longevidad saludable, ahí estamos ya bastante más abajo.

El reto entonces es vivir más, sí, pero mejor.

Correcto. El reto que ahora tenemos todos los que nos dedicamos a estudiar este tema pasa no solo por aumentar los años de vida que vivimos y acercarnos lo más posible a los 120 años que podemos llegar a vivir como especie, sino también por lograr que esos años sean con salud, con calidad de vida, que tengamos una longevidad saludable. De esa forma acortaremos el tiempo en que uno tiene mayor riesgo de enfermar y los acercaremos lo más posible al final de nuestros días. Para ello es muy importante tener en cuenta la velocidad a la que cada persona envejece, esto es, ese concepto en el que nosotros en el laboratorio llevamos muchos años trabajando, que es el de la edad biológica.

La edad biológica viene condicionada por como mantengamos la salud, algo en lo que tus sistemas homeostáticos están muy implicados

Mónica de la FuenteCatedrática en Fisiología

Es decir, que uno puede tener 50 años según su partida de nacimiento, pero 70 de edad biológica si no se cuida bien.

Exactamente. O una edad biológica de 30 si se cuida bien. De hecho, esa edad biológica viene condicionada por como mantengamos la salud, algo en lo que tus sistemas homeostáticos están muy implicados, y que va a depender de los genes que se tengan, pero sobre todo del ambiente y del estilo de vida que hayas tenido a lo largo de toda tu vida y, por supuesto, en el envejecimiento.

Ha mencionado los sistemas homeostáticos. ¿Hasta qué punto es importante su correcto funcionamiento?

Para tener salud es necesario tener una buena capacidad de adaptarse a los cambios continuos que experimentamos y a los que nos enfrentamos constantemente, tanto internos como externos. De hecho, en 2009 en The Lancet intentaron contestar a la pregunta “¿qué es salud?”, y la respuesta fue la capacidad de adaptación del organismo. Y esa capacidad de adaptarse es lo que los fisiólogos llamamos homeostasis, en la que están implicados tres sistemas fisiológicos tan relevantes como son el sistema nervioso, el endocrino y el inmunitario. A medida que uno envejece va perdiendo capacidad de adaptación porque estos sistemas fisiológicos también se van deteriorando y por eso empieza a aumentar el riesgo de tener una enfermedad y de morirse. Las personas que envejecen lentamente, que mantienen una edad biológica más joven, consiguen que todos estos sistemas funcionen mejor durante más tiempo, lo que les permite vivir más y con más salud.

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Se puede conocer la velocidad a la que está envejeciendo cada persona, con una muestra de sangre, analizando cinco funciones de nuestras células inmunitarias  

Mónica de la FuenteCatedrática en Fisiología

Usted es una de las desarrolladoras de The Immunity Clock (El reloj de la Inmunidad), una prueba pionera para averiguar la velocidad a la que estamos envejeciendo. Recientemente, charlaba con la investigadora María Mittelbrunn y me comentó que la edad de nuestro sistema inmunitario importa más que la edad de nuestro DNI.

Estoy de acuerdo con ese comentario de María. De todos los “relojes biológicos” que hay en nuestro organismo, el inmunitario es el que se ajusta más a la realidad de la velocidad de envejecimiento que tiene cada persona. Tenemos mucha evidencia científica que lo respalda, como también de que el estado de nuestro sistema inmunitario tiene mucha influencia en nuestro estado de salud y en nuestra esperanza de vida. Hemos visto, de hecho, que las personas centenarias muchas veces tienen unas funciones inmunitarias propias de adultos de 30 o 40 años.

¿Cómo funciona el Immunity Clock?

Consiste simplemente en analizar, en una muestra de sangre, cinco funciones de nuestras células inmunitarias que hemos comprobado son las que tienen mayor potencia para determinar la edad biológica, aplicando el modelo matemático que generamos. Así se puede conocer la velocidad a la que está envejeciendo cada persona en ese momento.

Lo más frecuente es que la edad biológica sea mayor que la cronológica, personas con 30 años tienen 60 biológicos

Mónica de la FuenteCatedrática en Fisiología

¿Cuáles son esas cinco funciones?

La más potente es la capacidad de nuestras Natural Killers (NK), de destruir células tumorales. Le sigue la capacidad que tienen los linfocitos de proliferar frente a un antígeno, frente a algo extraño, para tener más células que lo puedan destruir. La tercera es la capacidad de los fagocitos, de nuestros neutrófilos, para llegar al foco infeccioso. La cuarta es la de como fagocitan lo extraño, y la última la capacidad de los linfocitos de alcanzar ese foco infeccioso.

¿Y? ¿Tendemos a ser más jóvenes o más viejos de lo que dice nuestro DNI?

Pues fíjate que llevamos más de mil analíticas en personas aparentemente sanas, y curiosamente hemos comprobado que lo más frecuente es que la edad biológica sea mayor que la cronológica. Hay personas que no, que les sale una edad más o menos coincidente, e incluso otras que tienen una edad biológica más joven, pero la mayoría están unos años o muchos años de edad biológica por encima de su edad cronológica. Hay incluso quien con 30 años, presenta una edad biológica de 60.

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Cada vez que uno está estresado, triste, deprimido o con ansiedad, está generando estrés oxidativo e inflamatorio, y eso acelera el envejecimiento

Mónica de la FuenteCatedrática en Fisiología

¿Han encontrado alguna causa para explicar este envejecimiento acelerado?

Por regla general son personas que siguen una buena dieta, que realizan actividad física… Pero por la experiencia que hemos ido acumulando se puede deducir que una de las cosas más importantes es cómo podamos manejar el estrés, nuestras emociones, la actitud ante la vida. Cada vez que uno está estresado, triste, deprimido, con ansiedad, etc., está generando estrés oxidativo y estrés inflamatorio, y eso está en la base de un mal funcionamiento de nuestras células inmunitarias y acelera el envejecimiento.

Me está asustando.

No, no. No es para preocuparse o asustarse, pero sí para ser conscientes del impacto del estrés y de la emocionalidad en la velocidad a la que envejecemos. Y si se puede, intentar modificar ese aspecto de nuestro estilo de vida que nos está aumentando la edad biológica. De hecho, en los casos en los que hemos podido hacer una intervención, hemos visto en una segunda valoración que la edad biológica al cabo de unos meses o un año ha rejuvenecido considerablemente. La edad cronológica siempre va hacia adelante, el año que viene tendrás un año más que este. Pero la edad biológica se puede rejuvenecer con cambios en nuestro estilo de vida.

La edad biológica se puede rejuvenecer con cambios en nuestro estilo de vida, debemos ser conscientes del impacto del estrés y la emocionalidad en la velocidad a la que envejecemos

Mónica de la FuenteCatedrática en Fisiología
El estrés y la tristeza aceleran el envejecimiento, según explica Mónica de la Fuente

El estrés y la tristeza aceleran el envejecimiento, según explica Mónica de la Fuente. 

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Queda claro que el estrés tiene un impacto enorme, ¿pero hay otros factores u hábitos de nuestra vida que también podamos cambiar para reducir nuestra edad biológica?

Sí, por supuesto. A mí me gusta poner la imagen de una mesa con cuatro patas. En una pata estaría todo aquello que puede resultar nocivo en exceso, como el tabaco, el alcohol… y aquí también podríamos añadir el estrés. En la segunda pata estarían la actividad física, la mental, y se acompaña con el descanso y el sueño adecuado. En la tercera estaría la dieta. Y en la última lo que para mí es casi más importante, la actitud ante la vida, el intentar tomarte las cosas lo mejor posible, el estar motivado y también la vida social. Es fundamental rodearte o contactar con personas positivas. Cada uno tendrá sus déficits, unas patas más largas que otras, pero esforzándose en aquello de lo que carezca más puede conseguir rejuvenecer la edad biológica clarísimamente.

Usted ha estudiado mucho el tema de la nutrición. ¿Cómo debe ser nuestra dieta para enlentecer lo máximo posible nuestro envejecimiento?

Tal y como nos diría la lógica. Una dieta lo más parecida posible a la mediterránea, que tiene muchos componentes que son antioxidantes y antiinflamatorios (verduras, frutas, legumbres, aceite de oliva…). Eso es muy relevante porque sabemos que envejecemos porque aumenta nuestro estrés oxidativo, que se asocia también a estrés inflamatorio. Es decir, siempre que hay oxidación, hay inflamación, y a medida que envejecemos, vamos teniendo más oxidación, más inflamación, y eso acelera nuestro envejecimiento. Así que todo lo que hagamos para controlar esto va a hacer que envejezcamos más lento, a todos los niveles. Y si esa comida la hacemos con un buen estado de ánimo y una estupenda compañía, el efecto para rejuvenecer nuestra edad biológica será mucho mayor.

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