“Adoptamos a mis nietas y criarlas ha sido precioso, pero cuando sean mayores queremos vivir nuestra vida, ya tendremos casi 70”: ejercer de madre por segunda vez, a los 63 años

‘Después de los 60’

A sus casi 64 años, Sylvia Taudien combina la maternidad tardía de sus nietas con el liderazgo de su propia empresa internacional, en la que promueve un programa para acompañar en la etapa de la jubilación 

Sylvia Taudien, emprsaria de éxito, adoptó a sus nietas pasada la cincuentena.

Sylvia Taudien, empresaria de éxito, adoptó a sus nietas pasada la cincuentena. 

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La historia de Sylvia Taudien es disruptiva, como ella misma explica. No solo porque se haya forjado una carrera profesional de éxito que continúa engrosando a sus 63 años, sino porque pasada la cincuentena se convirtió en “madre” en segunda vuelta tras adoptar a sus nietas junto a su segundo marido. Ahora, en esta etapa sénior, se enfrenta otra vez a los vaivenes de la juventud criando a dos adolescentes, además de continuar al pie del cañón en su propia empresa, Advantage Consultores, donde se encargan de la búsqueda de directivos y también se han certificado en acompañar a las personas sénior en su jubilación.  

Alemana de nacimiento, Sylvia se casó con un catalán, se trasladó a Barcelona y tuvo un par de hijos. Más tarde se divorció y se casó en segundas nupcias con Wolfgang, un Project Director alemán que llegó a la capital catalana para construir el AVE entre Barcelona y Madrid, y se acabó quedando. Pero la vida familiar de Sylvia dio un vuelco hace casi una década, cuando una serie de casuísticas personales y familiares la llevaron a volver a enfrentarse a la maternidad.

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“Fue un tiempo muy duro para toda la familia, porque mis nietas estuvieron un par de años en una familia de acogida, hasta que mi segundo marido hizo un gran acto de amor y dijo que las adoptáramos, y nos las trajimos a Barcelona”, explica. Así, las niñas, que por entonces tenían 3 y 4 años y vivían en Alemania, aprendieron catalán y castellano y se adaptaron a una nueva vida. “Fue una etapa muy emocional, porque mis hijos ya estaban mayores, y tener a las pequeñas fue una ilusión enorme”, dice, y recalca que también fue otra manera de ver a su esposo, con quien no había tenido descendencia.

“Fue muy emocionante verle como padre-abuelo y verme a mí en esa tesitura, criándolas juntos”, afirma. Sin embargo, también reconoce que fue duro volver a pasar por esa etapa. “Los primeros años fueron preciosos, pero muy agotadores, porque yo siempre he viajado por trabajo”, cuenta, aunque pudieron seguir desarrollando sus carreras gracias a ayuda externa. Actualmente, la familia vive en Alemania, donde se desplazó justo al inicio de la pandemia; una transición que para Sylvia fue tremenda, después de 36 años viviendo en Barcelona.

La adolescencia es agotadora, mi marido tiene 60 y yo casi 64, y el cuerpo y la mente lo notan

Sylvia Taudien63 años
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Además, con los años han accedido a formarse para poder acompañarlas adecuadamente, ahora que sus nietas tienen 12 y 14 años. “Vamos a seminarios o workshops para padres de acogida con adolescentes, aprendemos cómo tratar a los jóvenes, cómo manejar los medios o hasta cómo tratar la sexualidad con ellos, es muy interesante”, explica Sylvia. Sin embargo, también confiesa que atravesar la adolescencia por segunda vez como tutores les está costando mucho. “Mi marido tiene 60 y yo casi 64, el cuerpo y la mente lo notan, y aunque estamos agradecidos y felices, nos está costando, también necesitamos intimidad en la pareja”, reconoce Sylvia.

Y es que bajar revoluciones en el campo laboral también está en la cabeza de Sylvia, aunque a medio plazo y sin pensar en la retirada total. Precisamente, uno de los campos de trabajo de su empresa es acompañar a esta franja de edad en su jubilación. Se trata del retirement coaching, un concepto que en Alemania está normalizado, pero que en España no se estila demasiado. De hecho, en Estados Unidos es obligatorio. “Es un programa que pagan las empresas para cerrar el ciclo de vida del empleado, un año antes de la jubilación, para que se preparen”, matiza la alemana.

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Sylvia argumenta que se basa en trabajar toda la fase de jubilación de la persona sénior, ya sea la familiar, la mental o la física, para prepararles para esta nueva etapa. “Es muy innovador, hace que los trabajadores lleguen a la jubilación con un propósito; la gente no se va solo con la indemnización, sino con un acompañamiento de llenar con sentido los próximos 20 años de su vida de una manera responsable y con sentido”. 

En ese sentido, a Sylvia también le llama la atención que en España se hable de edadismo. “Es una palabra muy fea que no he oído en otro idioma”. Y lo argumenta: “En Alemania se intenta que la gente de más de 67 años se quede a trabajar más tiempo y ofrecen muchos incentivos, pero en España, a partir de los 55, es muy difícil que te contraten, también porque los salarios son muy bajos y estas edades se relacionan enseguida con un salario alto; es una pena”, sentencia.

A veces tengo a candidatos estupendos de 60, que les quedan 7 o 9 años de vida laboral, y en España las empresas prefieren a alguien de máximo 55

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De hecho, según Sylvia, ella misma ha notado que la sesentena es un plus para su trabajo. “No quieren a una consultora de 30 años, porque yo tengo bagaje y una red de contactos muy potente, y las empresas lo valoran”, cita, aunque insiste en que no pasa lo mismo cuando se busca directivo. “A veces tengo a candidatos estupendos de 60, que les quedan 7 o 9 años de vida laboral y lo darían todo, y en España las empresas prefieren a alguien de máximo 55”.

Su carrera todavía sigue a toda vela y la respalda mucha formación y una gran trayectoria. “Soy muy creativa y puse a Barcelona en el centro organizando seis ediciones de la International HR Conference Barcelona”, explica, para ejemplificar su carrera. A modo de ejemplo, hace 15 años fundó el Foro de Directivas de Personas que hoy engloba 400 Directivas de RR. HH. en el país. “Organizo para ellas encuentros en empresas punteras del país, hacemos eventos presenciales y virtuales y viajes de inspiración; me llaman la mujer del moonshot thinking, denominación que proviene de Kennedy cuando decía que iba a la luna”, exclama.

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Todo ello hace que, de momento, la idea de Sylvia en el futuro sea poder ir haciendo sus pinitos como freelance y replantear las oficinas que tiene alrededor del mundo con la consultora. De momento, todavía está educando a sus nietas y, atravesando la sesentena, ya se visualiza volviendo a España cuando las niñas cumplan la mayoría de edad. “Nos quedan unos años más y luego tendremos nuestra vida de pareja, que es lo que deseamos; ya hemos dejado claro que cuando sean mayores necesitamos vivir nuestra vida, ya tendremos casi 70 años, y queremos viajar, tener nuestros hobbies y estar con nuestros amigos”. 

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