Las lombrices intestinales, también llamadas oxiuros, representan un motivo de visita frecuente en las consultas de los pediatras. De hecho, estas afectan aproximadamente al 40-50% de los niños en edad escolar, según datos de la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (SEGHNP). El síntoma más característico, y que suele alertar acerca de la presencia de este parásito, tiene que ver con el picor anal, sobre todo durante la noche. Esto puede interferir en el descanso y provocar que los niños se sientan irritados o no sean capaces de conciliar el sueño adecuadamente. Además, el rascado, estimulado por esa sensación de picor, en algunos casos ocasiona que la zona anal padezca infecciones.
Precisamente debido a esa necesidad de rascarse es cómo se produce el contagio. El proceso comienza al entrar en contacto con una superficie contaminada con los huevos de estas lombrices intestinales. Una vez ingeridos, eclosionan en el estómago y las larvas pasan hacia el colon, donde madurarán y, en el caso de las hembras, se desplazarán hasta la zona perianal, en la que pondrán nuevos huevos. Lo que sucede es que, mediante el rascado de esta región, los niños acaban portándolos en sus dedos, bajo las uñas, y así contaminan toda clase de objetos. Cuando los huevos quedan adheridos a estos, pueden terminar en otras personas, no así en animales, dado que el ser humano es el único huésped de estas lombrices intestinales. “Aunque es un bulo muy extendido, no existe ninguna relación causal entre la toma de golosinas y la aparición de lombrices”, aclara la pediatra María Escorial Briso-Montiano, a través de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP).
¿Cómo se tratan las lombrices intestinales en niños?
Si el profesional médico ha confirmado el diagnóstico de lombrices intestinales, habrá que comenzar con el tratamiento. Los especialistas sanitarios del Hospital Sant Joan de Déu explican que este consiste en la administración de un medicamento por vía oral. Aunque se trata de una dosis única, cabe destacar que se deberá repetir el tratamiento una vez hayan pasado dos semanas. El motivo es que estos medicamentos acaban con las lombrices adultas, pero no con los huevos, por lo que es importante erradicar esas larvas una vez hayan eclosionado los huevos, apuntan los expertos.
Debido a lo sencillo que resulta su transmisión, desde Hospital Sant Joan de Déu destacan la importancia de que los diferentes miembros de la familia se sometan también a este tratamiento, a pesar de que no tengan síntomas. “Las mujeres embarazadas deberán consultar con su médico de referencia antes de recibir el tratamiento”, puntualizan los especialistas. Una correcta higiene, sobre todo de manos y junto a duchas diarias, será fundamental para evitar este tipo de parásitos. Así como un lavado regular de sábanas, pijamas y ropa interior.
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