¿A partir de qué edad pueden tomar refrescos y cafeína los niños?

Alimentación

Un mayor riesgo a sufrir enfermedades cardiovasculares y problemas de conducta son algunas de las consecuencias de su consumo 

Los adolescentes que toman bebidas energéticas sacan peores notas y consumen más alcohol y drogas

Vaso de refresco repleto de cubitos de hielo

Vaso de refresco repleto de cubitos de hielo

Getty Images/iStockphoto

El consumo de bebidas refrescantes, deportivas y energéticas, no deja de aumentar entre niños y adolescentes de todo el mundo. De hecho, en los últimos diez años ha pasado de un 10% hasta un 20-50%, según los datos recogidos en el estudio ‘Patrones de consumo de bebidas energéticas y sus efectos adversos en la salud de adolescentes’, publicado en la Revista Española de Salud Pública, del Ministerio de Sanidad. Los investigadores alertan de que estas bebidas, que contienen cafeína y otros estimulantes, conllevan efectos perjudiciales para la salud de los jóvenes. Algunos de los síntomas físicos más comunes que se han identificado son los temblores y dolores en el pecho. Mientras que, en lo que a los efectos psicológicos se refiere, los especialistas destacan la fatiga, el insomnio, la sensación de falta de descanso y la micción excesiva.

Estas consecuencias en la salud de los menores provocan que el consumo de los refrescos deportivos y energéticos esté desaconsejado por los pediatras. De hecho, la Asociación Americana de Pediatría (AAP) advierte de que los refrescos deportivos poseen una composición en carbohidratos que aumenta el riesgo de sobrepeso y obesidad infantil, además de promover la aparición de caries. Por tanto, la AAP aconseja restringir o directamente evitar su consumo. Su recomendación es que el agua represente la principal fuente de hidratación para niños y adolescentes. En lo que se refiere a las bebidas energéticas, la AAP se muestra más estricta.

Todo lo que los padres deben saber sobre el consumo de bebidas energéticas en niños

Todavía hay muchas personas que no creen que estas bebidas impliquen efectos negativos en los menores. Por ello, la pediatra Lucía Galán se muestra decidida a romper el mito: “Las bebidas energéticas no son inocuas”. La especialista recuerda que el consumo de cafeína y, por extensión, cualquier bebida que contenga cafeína, no está recomendado en menores de doce años. Mientras que, entre los 12 y los 18 años, se desaconseja superar los 100 miligramos. En este punto es donde reside uno de los mayores problemas de las bebidas energéticas.

Esto se debe a que este tipo de refrescos poseen entre 150 y 200 miligramos. “Además de una serie de compuestos que ya se ha demostrado que repercuten en su salud a corto, medio y largo plazo”, explica Lucía Galán a través de su perfil de Instagram. Algunas de estas consecuencias son enfermedades cardiovasculares, trastornos mentales, palpitaciones, problemas de concentración o trastornos de conducta, entre otras mencionadas por la pediatra. 

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La Asociación Americana de Pediatría se posiciona totalmente en contra del consumo de estas bebidas energéticas por parte de niños o adolescentes, ni siquiera de forma ocasional. Por otro lado, Lucía Galán señala varias problemáticas relacionadas. Una de ellas tiene que ver con los refrescos que exceden, y por mucho, la cantidad máxima recomendada al presentar formatos de mayor tamaño. Otro aspecto a considerar tiene que ver con que buena parte de los jóvenes que beben estos refrescos tienden a mantener una vida sedentaria. Pero también está el caso contrario, es decir, el de aquellos que ingieren estas bebidas energéticas para “aumentar” su rendimiento. “Cosa que no es verdad y encima es peligroso”, advierte la pediatra.

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