Para Elvira Perejón (San Fernando, Cádiz, 1987), neuroeducadora y especialista en neuropsicología infantojuvenil, el concepto de neurocriar tiene que ver con criar sabiendo cómo funciona el cerebro infantil y el adulto. “Se trata de acompañar sin castigos ni premios, con firmeza, respeto mutuo y amor incondicional. Es sembrar desde el conocimiento, regar permaneciendo de un modo consciente y cosechar seguridad emocional”, sostiene.
La profesional cuenta con una formación avanzada en dificultades de aprendizaje y estimulación temprana. Su experiencia abarca la estimulación musical temprana, la literatura infantil respetuosa y el aprendizaje basado en el juego. Perejón, madre de tres hijos, es, además, directora y cofundadora de Educación Incondicional, y coautora del cuento infantil Lupita quiere ser mariachi, (Editorial Voltereta, 2024).
No es mejor cuánto más se hace, sino que hay que hacer lo importante, que es estar presentes con intención
Acaba de publicar Educar con cerebro. Hábitos y herramientas de crianza y neuroeducación para crecer con salud mental y emocional (Grijalbo, 2025), que ya va por la segunda edición por la increíble acogida entre el público, descubre a los lectores en qué consiste la neurocrianza.
“Sentía que había muchas familias criando desde el amor, pero sin una guía clara. Educar con cerebro nace para traducir la neurociencia al día a día familiar, comprensible y con herramientas reales. Es la combinación de mi experiencia como madre, como neuroeducadora y como acompañante de cientos de familias”, apunta.
Entre sus proyectos, se encuentran: seguir formando a familias y profesionales, montar un centro de atención temprana con enfoque neuroeducativo y emocional y escribir y publicar más cuentos infantiles, especialmente cuentos cantados que conecten música, vínculo y neurodesarrollo.
Habla de “educar con cerebro”, ¿cómo pueden los padres y educadores hacerlo?
Educamos con cerebro cuando respetamos las etapas de desarrollo, cuidamos el vínculo, jugamos, regulamos nuestras emociones y entendemos que el aprendizaje nace de la relación. No es mejor cuánto más se hace, sino que hay que hacer lo importante, que es estar presentes con intención.
¿Qué es lo más necesario para el cerebro de un bebé al nacer?
Seguridad, vínculo y regulación. El cerebro de un bebé necesita contacto físico, voz humana, presencia constante y un entorno tranquilo. No necesita estímulos artificiales, necesita brazos, mirada y respuesta sensible a sus necesidades.
Asimismo, precisa que le hablemos, que le cantemos, que le narremos lo que ocurre a su alrededor. El lenguaje real, desde el primer día, es un estilo de vínculo y una herramienta poderosa para su desarrollo cerebral. Desde ahí se construyen las bases del lenguaje, de la atención y de la seguridad emocional.
Es completamente normal sentir miedo o inseguridad. Dudar no significa hacerlo mal. Si te estás cuestionando si lo haces bien, es una buena señal
Muchos padres temen a la hora de criar, sobre todo, cuando son primerizos, hacer las cosas mal. ¿Qué les diría?
Es completamente normal sentir miedo o inseguridad. Dudar no significa hacerlo mal. Si te estás cuestionando si lo haces bien, es una buena señal. No se trata de tener todas las respuestas, sino de estar para los hijos y aprender por el camino.
Cuando los padres transitan la crianza desde la culpa por hacer de más o de menos, ¿en qué les afecta respecto al vínculo con sus hijos?
Cuando la culpa o el miedo dirige, se pierde la conexión. La culpa no ayuda, pero la conciencia sí. Si en vez de exigencia hay compasión, se puede reparar y reconectar. De hecho, el vínculo no necesita perfección.
¿Qué opina de esa frase tan manida de los padres: “Lo hace para molestarme”? ¿Un niño en edades tan tempranas puede pretender fastidiar al padre o la madre?
No. Un niño pequeño no tiene la madurez cerebral para manipular. Cuando no obedece o se frustra, no está queriendo molestar, sino que está mostrando una necesidad o una dificultad. Lo que habría que hacer es ver qué hay detrás del comportamiento.
¿Cuál sería su recomendación a los padres para acompañar satisfactoria y efectivamente el desarrollo de los niños en edades tempranas?
Cubrir el “ABC” del desarrollo cerebral: sueño, alimentación, juego libre de pantallas, movimiento, lenguaje verdadero vínculo seguro. A veces, lo más valioso es simplemente jugar en el suelo, compartir una comida o salir a caminar. El juego con los niños es muy positivo: es un lenguaje compartido, vínculo y desarrollo. Fortalece la atención, la regulación emocional, la empatía y la creatividad.
Eso me llevó a crear Brainyplay, un programa con juegos sencillos para estimular el cerebro infantil en casa, sin pantallas y en menos de 30 minutos al día. Criar bien es más fácil cuando priorizamos lo que de verdad importa y sin prisas.
De 0 a 6 años, ningún tiempo ni contenido de pantalla es seguro ni recomendable. Usarlas para distraer desconecta del cuerpo y de la relación
¿Cómo de importante es la música para el desarrollo cerebral?
Importantísima, porque activa al mismo tiempo el desarrollo cognitivo, emocional y físico. Activa lenguaje, memoria, atención y emoción, siendo nuestra voz el instrumento más poderoso. En mi libro y en mi cuento cantado Lupita quiere ser mariachi hablo del poder de cantar, moverse y contar cuentos cantados desde el embarazo.
¿Es acertado utilizar las pantallas para distraer a los niños, por ejemplo, al peinarlos o cuando comen? ¿A qué edades y durante cuánto tiempo sería recomendable poner al menor frente a una televisión o una tableta?
De 0 a 6 años, ningún tiempo ni contenido de pantalla es seguro ni recomendable. No están diseñadas para el cerebro infantil. Usarlas para distraer desconecta del cuerpo y de la relación. Si ya las usan, en mi libro propongo un solucionario para reducirlas con sentido y sin culpa.
Indica en el libro que a partir de la neurociencia se sabe que “el movimiento libre es crucial para el desarrollo integral”. ¿De qué manera afecta a los menores que se limite su movimiento o su deseo de investigar?
Limitar el movimiento restringe la organización del cerebro. Cuando no pueden explorar, su desarrollo motor, cognitivo y emocional se ve afectado. Necesitan trepar, girar, saltar, tocar... El movimiento construye la mente.

Elvira Perejón insiste en la importancia de la alimentación y el descanso en el desarrollo de los niños
¿Cómo calificaría una alimentación saludable y un descanso reparador en los niños?
Fundamentales. Dormir lo suficiente y alimentarse bien permiten que el sistema nervioso funcione correctamente, y eso se nota en su estado de ánimo, en su comportamiento y en su capacidad para jugar, concentrarse o relacionarse.
El intestino es lo que llamamos el “segundo cerebro”: produce neurotransmisores como la serotonina y se comunica directamente con el sistema nervioso. Por eso, la calidad de los alimentos que damos no solo afecta al cuerpo, sino también al equilibrio emocional, a la atención y a la regulación del niño.
Con el sueño pasa algo parecido: durante el descanso profundo, el cerebro consolida aprendizajes, regula emociones, limpia residuos tóxicos y fortalece el sistema inmunológico.
¿Qué instrucciones daría a los padres para educar de un modo responsable?
Educar con cerebro, corazón y conciencia, no desde el miedo ni desde la culpa, y conocer cómo funciona el cerebro infantil y el nuestro como adultos. Además, es esencial acompañar con presencia, límites claros, respeto mutuo, lenguaje real y mucho amor incondicional.
Para terminar, las madres y los padres no deben olvidarse de cuidarse, porque cuando la persona adulta está regulada, el niño puede regularse también. Educar con sentido empieza por comprometernos con nuestro propio bienestar.