Comer en exceso debido a emociones es un hábito común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Psychology Today , el reconocido portal especializado en comportamiento humano y salud mental, destaca que, según la Asociación Estadounidense de Psicología, un 38 % de los adultos ha comido en exceso por estrés en el último mes. Lo más alarmante es que casi la mitad de ellos (49 %) lo hace semanalmente o más. La comida suele actuar como una distracción ante emociones difíciles, como la ansiedad o la tristeza, proporcionando alivio momentáneo, pero sin abordar la raíz del problema.
El “método de los tres bocados” ha ganado popularidad como un enfoque eficaz para gestionar la ingesta impulsiva relacionada con el estrés. Esta técnica es sencilla de aplicar y tiene como objetivo aumentar la conciencia sobre lo que se come y por qué. Es un recordatorio de que la solución no es dejar de comer, sino detenerse para evaluar el motivo que impulsa la conducta. El proceso se estructura en cuatro pasos representados por las siglas STOP y se puede practicar con cualquier alimento.
STOP
SSeleccionar: el primer bocado es la introducción a un proceso de atención plena. Se elige con cuidado, observando colores, texturas y formas. Este paso inicial prepara la mente estar más atenta y consciente.
TGustar: el segundo bocado es el momento de experimentar plenamente los sabores y sensaciones que ofrece la comida. Aquí, se mastica lentamente y se siente cada textura, permitiendo que el cerebro se conecte con la experiencia de comer. Esta acción ayuda a cortar la desconexión automática que se produce durante los episodios de atracones.
OObservar: este bocado consiste en seguir el recorrido de la comida en el cuerpo, desde la boca hasta el estómago, sin juzgar. Se visualiza el proceso, lo que invita a reconocer si la sensación de hambre persiste o si se ha disipado. Esta observación consciente es esencial para romper el ciclo de comer en piloto automático.
PPausar: es un momento de reflexión y respiración. Se toma una pausa para evaluar cómo se siente el cuerpo y qué necesidades emocionales pueden estar emergiendo. Un respiro profundo permite calmar el sistema nervioso, creando un espacio para decidir si se necesita más comida o si es hora de dejar de comer.
Este método ayuda a gestionar el comer emocional y fomenta una relación más saludable con la comida. Practicar los tres bocados en diferentes momentos, incluso cuando no se siente estrés, fortalece la habilidad de responder de manera reflexiva en lugar de reaccionar impulsivamente. Cada vez que se ejercita la atención plena, se refuerzan los “músculos” de la conciencia, promoviendo un bienestar integral. Aunque hay que recordar que esta técnica no sustituye el tratamiento o la consulta con un profesional si los atracones emocionales son frecuentes o afectan la calidad de vida.