Crecer en un entorno marcado por el trato y el comportamiento de unos padres narcisistas, o con tendencias narcisistas, a menudo conlleva un impacto en su desarrollo emocional, algo que les afectará incluso en su edad adulta, explica la psicóloga Mariale Sánchez a través de Psi-Confort. Pero ¿cómo identificarlos? La especialista describe cómo es el ambiente familiar en estos casos, cuyo principal rasgo viene influido por el sentimiento de grandiosidad del padre narcisista. O lo que es lo mismo, la idea de ser superior al resto, algo que necesitan mantener, irónicamente, mediante la validación externa. “Tienen una noción exagerada de su propia importancia y fantasean con la idea del poder absoluto”, asegura. A esto hay que sumar una falta de empatía y una conducta manipuladora y posesiva, lo que los lleva a victimizarse y a hacer sentir culpables a sus hijos.
Como cabría imaginar, los niños que crecen bajo estas circunstancias con frecuencia presentan diversas secuelas. Entre las consecuencias de tener padres narcisistas destaca la carencia de afecto, lo que lleva a los jóvenes a no confiar en sus emociones, a tener miedo a mostrarse tal y como son y a necesitar la validación de los demás. “El niño se sentirá emocionalmente vacío ya que sus padres no satisfacen sus necesidades afectivas. Es probable que su desarrollo emocional se atrofie”, alerta la psicóloga Jennifer Delgado en el portal especializado Rincón de la Psicología. Cuando un hijo tiene padres narcisistas será fundamental que establezca una serie de límites y ponga en práctica ciertas estrategias para lidiar con ellos.
¿Cómo actuar cuando se tiene a unos padres narcisistas?
El acto de perdonar representa una decisión totalmente personal y sujeta a diversos condicionantes, dado que el perdón no siempre es la mejor opción. No obstante, posee un vínculo con la salud mental y física de una persona, recuerda la psicóloga Akilah Reynolds, a través de ‘PsychCentral’, de acuerdo a un estudio elaborado por investigadores estadounidenses. El alivio de la ansiedad y la depresión, el aumento de la autoestima y la mejora del sueño representan algunos de los beneficios asociados.
Otra medida clave tiene que ver con fijar límites, esto ayuda a protegerse a uno mismo y también a reducir la influencia negativa de esos padres narcisistas, explica la especialista. Para lograrlo, los hijos deben aprender a identificar los comportamientos narcisistas de sus progenitores y dejar de asociarlos como un reflejo de su propio valor. Por tanto, no solo habrá que saber decir “no” cuando sea necesario, sino también expresar opiniones o preferencias personales.
La psicóloga aconseja a los hijos informarse con detenimiento acerca del narcisismo y observar patrones en sus padres, incluso acudir a ayuda profesional de ser necesario. Esto les permitirá reconocer y romper con esa toxicidad, tanto para aprender a construir relaciones saludables, ya sean de amistad o románticas, como para trabajar en su autoestima y autoconfianza.


