Rosa Rabbani, psicóloga: “Aunque tengas 50 parejas diferentes, la monotonía aparecerá”

Relaciones

La doctora y terapeuta de pareja revela qué hace que algunas relaciones sean exitosas mientras que otras fracasen en el intento

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Rosa Rabbani, doctora en Psicologia Social y terapeuta familiar y de pareja.

Xavi Jurio / Propias

A la consulta de Rosa Rabbani (Irán, 1971) suelen llegar parejas cuya crisis se ha prolongado en el tiempo, lo que dificulta revertir la situación. “¿Y si pudiéramos enseñar a las personas a gestionar los conflictos antes de llegar a ese punto?”, se preguntó esta doctora en Psicología Social y terapeuta familiar y de pareja. Así nació El enigma de las parejas duraderas (Plataforma Editorial), un libro en el que revela qué hace que algunas relaciones sean exitosas mientras que otras fracasen en el intento.

Con más de 25 años de trayectoria y galardonada por al Generalitat de Catalunya por sus estudios de género, Rabbani reúne en estas páginas el conocimiento que ha ido extrayendo de las parejas que han pasado por su consulta, combinado con los hallazgos más recientes de la ciencia sobre el amor y las relaciones. 

El sentido del compromiso se ha relativizado

Rosa RabbaniDoctora en Psicologia Social y terapeuta familiar y de pareja.

¿Las parejas duran menos que antes?

Sin duda. Las estadísticas hablan por sí solas. El 50% de las parejas que se formalizan en España (se casan, son pareja de hecho…) acaban en ruptura. Y hasta un 70% de parejas, en general, que se forman, aunque no se hayan formalizado, acaba en alguna forma de ruptura.

¿Nos esforzamos menos en mantener esas relaciones?

Creo que esa puede ser una de las reflexiones al respecto, pero no es la única. 

Siga.

Uno de los hallazgos más importantes y transversales en los estudios actuales sobre las relaciones de pareja es el sentido del compromiso. Como decía el sociólogo Zygmunt Bauman, el amor se ha vuelto líquido, ha perdido solidez. El amor se ha convertido en un tipo de relación de pareja en el que “todo vale” mientras haya respeto, pero en ese proceso el compromiso se ha relativizado. 

Siempre utilizo un ejemplo que me parece aplastante: cuando tienes un hijo, no piensas “mientras todo vaya bien, genial, pero si surgen problemas, lo doy en adopción”. Desde el momento en que decides ser padre o madre, sabes que afrontarás tanto los buenos momentos como las dificultades. Ese es el mismo sentido de compromiso que deberíamos aplicar a la pareja. Pero insisto, no es la única variable.

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Rosa Rabbani, autora del libro 'El enigma de las parejas duraderas'.

Xavi Jurio / Propias

Hoy, las relaciones ya no dependen de la necesidad económica, sino de la voluntad de estar juntos

Rosa RabbaniDoctora en Psicologia Social y terapeuta familiar y de pareja.

¿Qué otras variables influyen?

Hasta hace relativamente poco, muchas mujeres no trabajaban ni tenían independencia económica, lo que hacía que, en caso de separación, no tuvieran cómo sostenerse por sí mismas. Hoy, las relaciones ya no dependen de la necesidad económica, sino de la voluntad de estar juntos. Esto hace que, si no trabajamos activamente en consolidar y fortalecer ese compromiso, sea más difícil mantener una relación a largo plazo.

Muchas veces me preguntan: “¿Entonces hay que aguantar?” No, no se trata de aguantar. Aguantar era lo que se hacía cuando no había opciones. Hoy, en cambio, se trata de ser resolutivos y construir una relación en la que ambos estén satisfechos. Si logramos eso, no estaremos “aguantando”, aunque, como en cualquier relación, haya momentos en los que tengamos que ceder.

En su libro menciona que vivimos en una sociedad de poligamia sucesiva.

Este término ha sido acuñado por expertos para describir la forma en que han evolucionado las relaciones de pareja en las sociedades occidentales. En esencia, tenemos una pareja, luego otra, después otra… No es poligamia en el sentido estricto, porque no convivimos con varias parejas al mismo tiempo, pero acabas enlazando una tras otra o, a veces, de manera simultanea. 

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¿Qué implica ir de relación en relación, como quien se aferra de una liana a otra?

Muchísimo sufrimiento. Nadie se embarca en una relación pensando en su ruptura, pero cuando ésta llega, el dolor es enorme, especialmente si hay hijos de por medio. Si realmente conociéramos cómo funcionan las relaciones, qué debemos hacer para fortalecerlas y cómo ser resolutivos ante los conflictos, podríamos ahorrarnos una gran parte de ese sufrimiento.

¿La gente cae en ciertas relaciones porque siente un miedo atroz a la soledad?

Creo que es un tema importantísimo: aprender a estar solo y estar bien. Y cuando digo “solo”, no me refiero simplemente a estar soltero, sino a tener un proyecto propio, intereses personales, actividades que nos llenen, amigos, familia y un entorno que nos satisfaga, sin la obsesión de necesitar siempre acompañado. 

Pero el problema es que “buscar simplemente compañía” es un listón tan bajo, que terminas conformándote con cualquiera. Y ahí está el peligro: cuando el miedo a la soledad pesa más que la calidad de la relación, se aceptan dinámicas que no enriquecen. Cuando realmente disfrutas tu vida en solitario, no eliges pareja por necesidad, sino porque realmente aporta valor a tu vida. 

¿Cuáles son los principales motivos por los que las parejas se separan?

Una de las causas más comunes es el ego y el foco puesto en lo que hace el otro. Los seres humanos no tenemos autoridad ni control sobre las acciones de los demás, aunque sean nuestra pareja. Lo que realmente podemos controlar es cómo reflexionamos sobre nuestra propia contribución al “desastre” y qué decisiones tomamos al respecto.

Por otro lado, las personas formamos parte de sistemas. La psicología sistémica nos ayuda a entender cómo los seres humanos no actuamos de manera aislada, sino dentro de un contexto. Esta teoría, que es la base de la terapia familiar, nos dice que cada persona es una pieza dentro de un engranaje. Si una pieza cambia de dirección, con el tiempo, las demás piezas también cambian su movimiento.

Necesitamos un mínimo de 20 minutos para poder regresar a nuestro estado emocional de base

Rosa RabbaniDoctora en Psicologia Social y terapeuta familiar y de pareja.

¿Y cómo se aplica esto a las relaciones?

Significa que el cambio que puedas generar en ti mismo puede provocar un cambio en la otra persona. Por ejemplo, si discutes con tu pareja y le dices: “No sé qué me ha pasado, perdona, no te he tratado bien”. Inmediatamente, hace que el otro sea capaz de decir: “La verdad es que yo tampoco te he hablado bien”. Sin embargo, si no das ese primer paso, el otro probablemente tampoco lo dará.

La razón por la que nos emparejamos es precisamente para trascender nuestros egos y aprender que no somos el centro del universo. En la práctica, cuando uno decide generar cambios y evolucionar personalmente, esos esfuerzos acaban afectando positivamente a la relación.

¿Es cierto que ahora las parejas no se separan por desavenencias graves, sino porque la relación se vuelve monótona?

Sí, es cierto. Si el problema es la monotonía, tarde o temprano, aunque estés con 50 personas diferentes, la monotonía aparecerá. Muchas personas lo viven como un “lo que dure, ha durado”. De hecho, una de las principales razones de ruptura en muchas parejas hoy en día es precisamente esa. 

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Rosa Rabbani es también consultora​ y formadora de empresas ​y organizaciones.

Xavi Jurio / Propias

¿Cuál es el error más común que cometen las parejas al intentar resolver un conflicto?

Los estudios dicen que, después del momento más intenso de una discusión, las personas necesitamos un mínimo de 20 minutos para poder regresar a nuestro estado emocional de base. No pueden pasar 15 días, pero tampoco es recomendable abordar el conflicto de inmediato sin haber bajado la tensión. El problema es que hay quienes necesitan hablar de inmediato y acusan al otro de evitar la conversación. Por eso, una estrategia efectiva es pedir un “tiempo muerto” en plena discusión. Sin embargo, pocas parejas lo hacen.

Cuando empiezas a discutir tienes tantos reproches que hacer que acaba saliendo todo. Lo más conveniente es permitir que la tensión baje, tomarse un momento para reflexionar sobre qué se quiere expresar, qué se está pidiendo realmente y cómo se puede argumentar de manera clara. Tener argumentos sólidos ayuda a que la otra persona comprenda que lo que se dice tiene sentido y no se perciba solo como un ataque.

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¿Por qué algunas parejas son exitosas y otras están destinadas al fracaso?

Si tuviera que resaltar una, mencionaría una que es crucial tanto en la elección de pareja como en la convivencia diaria: la capacidad de cambio. Si no la tenemos, debemos trabajar en ella, porque sin cambio no hay evolución, y sin evolución, es imposible superar los desafíos que surgen en una relación.

Otro factor esencial, aunque a menudo pasa desapercibido, es la reciprocidad. No podemos exigir lo que no somos capaces de dar. También es importante entender bien qué es la intimidad. Muchas personas la reducen al sexo, pero es mucho más que eso. Generar intimidad es ser capaces de abrir nuestro mundo interior al otro y dejarlo entrar.

Vivimos en un estado de comparación permanente

Rosa RabbaniDoctora en Psicologia Social y terapeuta familiar y de pareja.

¿Cómo podemos aprender a gestionar la sobreabundancia de opciones en la era digital?

Una de las cosas que los estudios están identificando es el hedonismo de la sobreabundancia. Consiste en que, debido a nuestra constante exposición a redes sociales e Internet, vivimos en un estado de comparación permanente. Aunque hayamos tomado la mejor decisión posible, seguimos cuestionándola: “¿Y si hubiera elegido a otra persona?”, “¿Y si hay alguien mejor?”. 

Este pensamiento continuo es muy dañino porque nos impide centrarnos en construir nuestra vida y nuestro proyecto con la persona que hemos elegido. 

¿Cree que el amor dura para siempre?

El amor puede durar para siempre, pero debemos entender cómo hacerlo posible. El amor no es gratuito ni eterno por naturaleza. Dura mientras la relación se mantenga fuerte y los problemas se manejen con inteligencia y claridad. Cuando surgen dificultades, lo que determina la continuidad de la pareja no es la ausencia de conflictos, sino la capacidad de enfrentarlos de manera constructiva. Prueba de ello son aquellas parejas que han permanecido juntas hasta la vejez, demostrando que seguían juntos y seguían bien.

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