El 1 de enero, la ciencia perdió a Joan Guinovart, un líder ejemplar y un mentor excepcional que deja una profunda huella en la comunidad científica y en la sociedad. Como su primer estudiante de doctorado y, más tarde, su colaborador en la creación de un instituto de investigación biomédica, presencié de cerca su destreza como líder científico y los valores que defendía como ciudadano.
Su legado es bien reconocido en el campo del metabolismo de los carbohidratos y su relación con la diabetes y enfermedades neurodegenerativas. Pero el impacto científico y social de Joan va más allá de sus logros en investigación. Revitalizó departamentos de universitarios y energizó prestigiosas sociedades científicas nacionales e internacionales. Además, impulsó iniciativas para acercar la ciencia a todos los sectores de la sociedad, desde los más jóvenes hasta el público general, y desde banqueros a parlamentarios.
Ha sido un líder ejemplar y un mentor excepcional que deja una profunda huella en la ciencia y la sociedad
¿Cómo logró Joan Guinovart todo esto? Una base fue su familia y su carácter fue otra. El apoyo incondicional de su esposa, Rosa Florensa, y de sus hijos fue su arma secreta. Dotado de un carácter extrovertido, curioso, enérgico y simpático, generaba entusiasmo. Junto a la fuerza de su carácter, poseía equilibrio en sus acciones, seny juicioso en sus decisiones, y valor imperturbable ante la adversidad. Fuerza, equilibrio, juicio y valor, siendo también lema de sus admirados castellers, acompañaron a Joan hasta el final.
Joan Guinovart creía firmemente en la ciencia como motor de avance económico y social. Uno de sus mayores logros fue el desarrollo del Institut de Recerca Biomèdica (IRB) de Barcelona, proyecto en el que tuve el privilegio de participar.
Frente a grandes desafíos, Joan y su equipo transformaron el IRB en un instituto de renombre mundial. En un abrir y cerrar de ojos, el IRB surgió como destino atractivo para investigadores de todo el mundo. Los descubrimientos básicos, avances aplicados, y creación de empresas del IRB hoy son admirados internacionalmente.
Joan fue un visionario que sentó las bases del enormemente exitoso IRB. Su enfoque era generoso, liderando con el ejemplo. A pesar de su enorme contribución, prefería que otros recibieran el crédito por hitos alcanzados bajo su liderazgo, haciendo sentir a cada miembro de la institución como parte imprescindible de la misma.
Siempre aspirando a mejorar, Joan no se contentaba con lo conseguido. A su juicio, las instituciones de la escala del IRB en Barcelona solo podrán desarrollar su potencial al máximo si se aglutinan para formar una entidad mejor, basada en la colaboración científica, la estrategia compartida, y la gobernanza conjunta. Creo que tenía razón.
Joan Guinovart comenzó su carrera como farmacéutico, se formó como bioquímico y con el tiempo se consolidó como líder al servicio de la comunidad y del país. Su impacto ha sido enorme. Sin su presencia, muchas cosas buenas ahora lo serían menos y muchas otras, mi carrera científica incluida, simplemente no existirían. Joan Guinovart ha sido un mentor ejemplar para científicos y un motor infalible para la ciencia del país. Ahora Joan ya es un mito.

