Los días de calor intenso aceleran el envejecimiento en personas mayores

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Los marcadores biológicos de envejecimiento indican que las altas temperaturas causan daños en el organismo que se acumulan a largo plazo

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AEMET

Las personas mayores que viven en lugares con episodios recurrentes de calor intenso envejecen más rápido que las que disfrutan climas más benignos, según el mayor estudio que ha analizado marcadores de envejecimiento biológico en función de datos meteorológicos.

Las autoras de la investigación, de la Universidad de California del Sur en Los Ángeles, recomiendan que urbanistas y arquitectos adopten más medidas para mitigar el calor teniendo en cuenta el cambio climático y el envejecimiento de la población.

El estudio se ha basado en análisis de muestras de sangre de 3.686 personas de Estados Unidos que tenían una media de edad de 69 años. Se han analizado los cambios epigenéticos asociados a la edad en células sanguíneas. Estos cambios, que afectan a la actividad de los genes en las células, se acumulan de manera predecible con el tiempo, lo que permite hacer una estimación de la edad biológica de una persona independiente de su edad cronológica.

“Si vives en un área con más días de calor, biológicamente envejeces más rápido”, declara la investigadora Eung Young Choi

Las estimaciones de edad biológica se han cotejado con datos meteorológicos de los seis años anteriores en los lugares de residencia de los participantes en el estudio.

Según los resultados presentados hoy en la revista Science Advances, cuantos más días de calor intenso ha experimentado una persona en los últimos seis años, más envejecidas tiene las células sanguíneas que se han analizado.

Por ejemplo, los residentes en áreas donde la mitad de los días del año se superan los 32,2 grados, como en Phoenix, Arizona, experimentan 14 meses de envejecimiento biológico adicional en comparación con los que viven en áreas con menos de 10 días de calor al año, informa Eun Young Choi, primera autora de la investigación. “Si vives en un área con más días de calor, biológicamente envejeces más rápido”, declara Choi en un comunicado.

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Las investigadoras han analizado el número de días que la temperatura máxima ha analizado niveles de alerta (de 26,7 a 32,2 grados), de alerta extrema (de 32,2 a 39,7 grados) y de peligro (más de 39,7 grados), siguiendo la clasificación del Servicio Meteorológico Nacional de EE.UU. Además, han tenido en cuenta datos de humedad, pues también influyen en la vulnerabilidad de las personas mayores al calor.

Aunque estudios anteriores han demostrado que las olas de calor comportan un aumento de hospitalizaciones y de mortalidad a corto plazo, todavía hay pocos datos sobre la posible acumulación de daños debidos al calor a largo plazo.

Cabría la posibilidad de que, una vez superado un episodio de calor intenso, el organismo vuelva a un estado de normalidad sin ninguna secuela. Pero dos estudios realizados en Alemania y en Taiwán ya habían sugerido que las altas temperaturas pueden acelerar los marcadores epigenéticos de envejecimiento. La nueva investigación, con una muestra representativa de personas mayores de todo Estados Unidos, lo confirma.

Las autoras del estudio reclaman que urbanistas y arquitectos apliquen más medidas para mitigar el calor

Dado que la capacidad de adaptación al calor se degrada con la edad, en parte porque se pierde capacidad de disipar calor con la transpiración, los resultados de la investigación no se pueden extrapolar a otros colectivos. Aun así, “es biológicamente plausible que el calor acelere el envejecimiento también en personas más jóvenes”, ya que “el estrés por calor provoca cambios epigenéticos a todas las edades”, declara Choi en un correo a La Vanguardia

Sobre el mecanismo por el que el calor acelera el envejecimiento, las autoras de la investigación proponen que las altas temperaturas pueden afectar al sistema inmune, posiblemente provocando una reacción inflamatoria. Además pueden tener efectos indirectos como causar estrés psicológico, perturbar el sueño o reducir la actividad física, factores todos ellos que pueden contribuir al envejecimiento.

Independientemente de cuál sea el mecanismo, “nuestros resultados sugieren que la exposición al calor agudo puede inducir respuestas epigenéticas inadecuadas que afectan a procesos biológicos y aceleran el envejecimiento”, concluyen las investigadoras en Science Advances.

Reclaman que urbanistas y arquitectos prioricen la mitigación del calor para proteger a las personas mayores, velando por que las ciudades tengan zonas verdes y sombras abundantes. “A nivel individual, son esenciales estrategias como usar aire acondicionado, hidratarse bien y vigilar que las personas mayores estén bien“, declara Choi. Pero advierte que ”no todo el mundo se lo puede permitir y las acciones individuales a menudo son insuficientes para proteger a colectivos vulnerables”. Por ello, considera que “son necesarias intervenciones a nivel comunitario; las ciudades deben rediseñar los espacios urbanos para ser más resilientes al calor”.

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