Descubren cómo el estrés causa una reacción autoinmune y provoca la pérdida de cabello

Avance científico 

Una investigación de Harvard revela cómo el estrés agudo puede activar el sistema inmune contra tejidos propios en personas sanas

Mujer que sufre caída del cabello

En las personas que padecen efluvio telógeno, la pérdida del espesor del cabello afecta a todo el cuero cabelludo 

iStockphoto

Cuando se sufre un episodio de estrés agudo, el sistema nervioso ataca células de los folículos pilosos de la piel, que mueren y pierden la capacidad de regenerar el cabello. Aunque estas células se recuperan y un tiempo después el cabello vuelve a crecer, el ataque del sistema nervioso activa el sistema inmune, que atacará en un futuro las células de los folículos pilosos si se vuelven a sufrir episodios de estrés. 

“Un único episodio de estrés no solo causa daños inmediatos, sino que también predispone al tejido a futuros ataques autoinmunes”, escriben los autores del descubrimiento en la revista Cell, donde hoy presentan sus resultados.

La investigación revela un mecanismo hasta ahora desconocido por el que el estrés puede provocar reacciones autoinmunes en personas sanas. “Al desvelar paso a paso cómo el estrés provoca tanto la pérdida de cabello como la autoinmunidad, mostramos diversos puntos en que futuras terapias podrían actuar”, declara en un correo a Guyana Guardian Ya-Chieh Hsu, especialista en células madre y medicina regenerativa de la Universidad de Harvard (EE.UU.) Y directora del proyecto.

El proceso que han descubierto “tiene potencial relevancia para enfermedades como la esclerosis múltiple, la diabetes tipo 1 y el lupus”, añaden en Cell  los autores de la investigación, en la que ha tenido una participación destacada la bioquímica catalana Judith Agudo, investigadora del Instituto de Cáncer Dana-Farber en Boston y profesora de la Escuela de Medicina de Harvard.

Judith Agudo, especialista en células madre del Instituto de Cáncer Dana-Farber de Boston

Judith Agudo, especialista en células madre del Instituto de Cáncer Dana-Farber de Boston

DFCI

La pérdida de cabello inducida por el estrés se da en la alopecia areata (en que la pérdida se concentra en zonas concretas formando parches) y el efluvio telógeno (en que se produce una pérdida de espesor del cabello que afecta a todo el cuero cabelludo). Ambos trastornos suelen ser transitorios y pueden ser recurrentes.

En experimentos realizados con ratones, y cuyos resultados se consideran extrapolables a humanos, los investigadores han observado cómo el estrés agudo activa el sistema nervioso simpático, que es la parte del sistema nervioso responsable de las reacciones involuntarias de supervivencia ante situaciones de amenaza.

Una zona sin pelo característica de la alopecia areata

Una zona sin pelo característica de la alopecia areata 

Getty Images

La investigación sugiere que el estrés podría estar implicado en la esclerosis múltiple, la diabetes tipo 1 y el lupus

En los folículos pilosos, la activación del sistema nervioso simpático provoca una descarga de noradrenalina. Esta descarga causa la muerte de los llamados folículos pilosos de amplificación, a partir de los que crece el cabello, pero sorprendentemente no daña las células madre de los folículos pilosos. Según los investigadores, se trata de una estrategia de supervivencia para no destinar recursos a células no esenciales en situaciones críticas, pero garantizando que se puedan recuperar cuando la amenaza haya pasado.

Sin embargo, esta estrategia de supervivencia inmediata tiene un coste a largo plazo. Al morir las células de los folículos pilosos, se liberan residuos y el sistema inmune se activa para eliminarlos. En un primer momento el sistema inmune produce una reacción inflamatoria indiscriminada y a continuación desarrolla una adaptación más precisa que reconoce antígenos de los folículos pilosos.

Ya-Chieh Hsu, especialista en células madre y medicina regenerativa de la Universidad de Harvard y directora de la investigación

Ya-Chieh Hsu, especialista en células madre y medicina regenerativa de la Universidad de Harvard y directora de la investigación

Universidad de Harvard

Células especializadas del sistema inmune recuerdan estos antígenos. Si en un futuro se sufre un nuevo episodio de estrés agudo, estas células se activarán y desencadenarán una reacción autoinmune contra los folículos pilosos.

La investigación se ha basado en folículos pilosos como “modelo para estudiar cómo el estrés afecta a los tejidos regenerativos”, escriben los autores del trabajo en Cell. Pero los resultados “ofrecen un marco para investigar cómo la autoinmunidad se inicia, se controla y se reactiva en personas que, salvo por esto, están sanas”.

Hay variantes genéticas que predisponen a algunas personas a tener enfermedades autoinmunes, explica a Guyana Guardian Judith Agudo, que compara estas variantes a “tener dinamita” en los genes. “Hace falta una chispa para encenderla. Sabemos que una infección vírica puede hacerlo. Creemos que el estrés puede ser otro factor desencadenante importante” de enfermedades autoinmunes.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...