La inquieta farmacéutica y enóloga Marta Casas, la directora técnica de la bodega Parés Baltà de la Masia Can Baltà de Pacs del Penedès, no deja de apostar por la investigación con diversas variedades de uva recuperadas, múltiples recipientes y variadas elaboraciones. La tinta moneu es una de sus decididas apuestas. Justo ahora se estrenan en el mercado su primer vino con esta variedad alóctona. La moneu es originaria del Penedès.
Familia Torres la localizó hace veinte años cerca del municipio de Querol (Alt Camp) y la reintrodujo en la región del Penedès en 2016, reinjertándola de modo experimental en cepas de hasta 40 años plantadas en vaso. Su recuperación forma parte de un ambicioso proyecto de Familia Torres, que empezó la búsqueda de variedades ancestrales a principios de los años ochenta del siglo pasado con la voluntad de contribuir a recuperar el patrimonio vitícola de Catalunya. El proceso de recuperación fue largo y metódico.
Los miembros de la familia Cusiné, propietarios de Parés Baltà
La moneu es una variedad tinta sin igual que madura lentamente, resiste bien las altas temperaturas y la sequía y mantiene niveles moderados de alcohol y una marcada acidez a pesar de ser de las últimas variedades vendimiadas en el Penedès. Muestra resiliencia, pues, ante los efectos del cambio climático.
La moneu toma el nombre del Coster del Moneu, situado cerca del lugar donde se encontró. Según Familia Torres, los vinos de moneu “desprenden un aroma intenso de fruta fresca, sobre un fondo ligeramente floral y láctico; son golosos en boca, con una marcada acidez, buena concentración y taninos equilibrados”.
Uvas de la recuperada variedad moneu
Marta Casas destaca de la moneu su baja graduación alcohólica (entorno a los 12º), su “buenísima” acidez natural y sus bajos rendimientos. Asegura que esta variedad les supone “una oportunidad” ante la crisis climática. Destacan que con este tinto pueden ofrecer un vino de baja graduación alcohólica como los que demandan hoy muchos consumidores. Plantaron esta variedad en el Penedès en 2018. Marta Casas segura que le gusta especialmente como se expresa esta variedad trabajada en recipientes cerámicos. Dice que en cerámica este vino “respira mejor”.
Marta Casas, que manifiesta que cada año le gusta más el vino que elabora con esta variedad, cree que “la moneu, junto con la garnacha tinta y la sumoll, puede ser una de las variedades identitarias y emblema del Penedès”. Su primera vinificación de moneu fue con la añada del 2021. Lo plantaron en Cal Jepet (Finca Cal Bola).
La moneu, junto con la garnacha tinta y la sumoll, puede ser una de las variedades identitarias y emblema del Penedès”
Venían en 2023 de los últimos dos años más cálidos y secos que recuerdan. Además, las cepas habían soportado un estrés hídrico acumulado entre 2015 y 2017, unos años que también fueron muy secos. Y llegó el otoño de 2022, el más cálido de todos los registrados hasta entonces, más incluso que los también muy cálidos de los años 2014, 2011 y 2006. Además, también fue el otoño más seco en el Penedès desde que hay registros, con una media de unos 40 litros de lluvia en todo el otoño.
En el invierno 2022-2023 sufrieron récords de temperatura elevada para la época del año. En la segunda quincena de diciembre se alcanzaron temperaturas máximas de 21,5º C. Sin embargo, en enero y febrero tuvieron olas de frío persistentes e intensas que contrarrestaron la elevada temperatura de diciembre en el balance estacional.
La enóloga Marta Casas y su marido Josep Cusiné en uno de sus viñedos
Entre los días 26 y 28 de febrero hubo una temperatura muy baja, con una cota de nieve que bajó hasta los 600 metros y que tiñó de blanco sus viñas de la Finca Les Torres-Les Valls, en Pontons. La primavera también dejó récords de temperatura; siendo la primavera más cálida en las series centenarias alcanzándose los 25º C el 10 de marzo. Y seguía el déficit pluviométrico generalizado, llegando a 60 días seguidos sin nada de lluvia. Siguiendo la tendencia, el verano fue de los más cálidos de los últimos 75 años, por detrás de los excepcionales 2022 y 2003.
Se registró un pico de calor el 18 julio, y una ola de calor de 5 días consecutivos, algo insólito, del 20 al 25 de agosto, con temperaturas de 37 a 39º C. Durante este ciclo de 12 meses, hasta otoño del 2023, tuvieron sólo 60 días de lluvia, de los cuales únicamente 10 superaron los 10 litros por metro cuadrado. En todas sus fincas el promedio de lluvia no llegó a los 200 litros por metro cuadrado (la mitad de lo que era normal tiempo atrás). Pese a los estragos de la sequía, el Consejo Regulador de la DO Penedès calificó como “muy buena” a la añada de 2023.
Exterior de la bodega de Parés Baltà
De esta añada del moneu Natiu de Parés Baltà, la del 2023, han llegado al mercado 3.368 botellas. Sus uvas se vendimiaron manualmente, en pequeñas cajas. Fermentó en depósitos de acero inoxidable durante 17 días, con remontados diarios. Se crio durante 10 meses. Una parte del vino realizó la crianza en barricas de roble francés de 400 y 300 litros de capacidad, de segundo y tercer año. Otra parte lo hizo en recipientes de arcilla de 160 litros, y otra en depósitos de acero inoxidable.
Es un tinto de mínima intervención elaborado, según esta bodega familiar de Pacs del Penedès, “con técnicas tradicionales y respeto por el terruño”. Se elabora utilizando bajas dosis de sulfuroso.
Jarra cerámica y barricas de la bodega Parés Baltà
Natiu Moneu 2023 es de capa medio-baja y de color rubí. Muestra notas que recuerdan a la fruta roja y a la naranja sanguina, así como toques de algarroba y plantas aromáticas de monte bajo como el romero. Es un tinto que presenta frescor y tensión gracias a su muy buena acidez. Es fino y elegante, con cierta tanicidad y algo de mineralidad.
A Marta Casas le gusta disfrutar de este tinto con carnes rojas, como el magret de pato mudo del Penedès con un toque dulce y afrutado de chutney de naranja. Su marido Josep Cusiné, que se ocupa de la codirección, de viticultura, producción, logística y del mercado nacional en Parés Baltà, lo prefiere con un fricandó de ternera con setas y picada de frutos secos.
Y el cuñado de Marta, Joan Cusiné, que es el director general y de exportación, se decanta por maridarlo con unas costillitas de cabrito. También es ideal para acompañar un rodaballo o unas mollejas a la brasa, un morro de bacalao a la vizcaína o unos canelones de rustido con bechamel y trufa.
El nuevo Natiu de Parés Baltà acompañando un buen fricandó cocinado por Maria Àngels Carol, la esposa del presidente de Parés Baltà
Parés Baltà es una bodega familiar con orígenes que se remontan al año 1790, fecha en la que se plantaron los primeros viñedos en sus fincas del Penedès. María Elena Jiménez y Marta Casas, esposas de Joan y Josep, han sido las enólogas de la bodega durante más de 20 años. Tras conocer a los que serían sus maridos, decidieron estudiar enología en la Universidad de Tarragona para incorporarse a la bodega. Su llegada aportó nuevas ideas y una auténtica revolución, dando paso a la experimentación con diferentes variedades de uva y métodos de vinificación.
Nacida en Vilanova i la Geltrú, Marta Casas es farmacéutica, sumiller, DipWSET y formadora en biodinámica. Ha sido elegida Mejor Enóloga del año 2024 por el Master of Wine británico Tim Atkin. Actualmente es quien lidera el equipo de enología de Parés Baltà.
Marta Casas en uno de sus viñedos
Para ellos la biodinámica “es un enfoque holístico de la agricultura en la cual la vitalidad de la planta es la prioridad”. En biodinámica, añaden, los cultivos se consideran como un organismo en el que las plantas, los animales y los seres humanos están integrados, formando un todo y ayudándose mutuamente a crecer más fuertes y vitales. Y añaden que “la diversidad de especies, vegetales y animales es un factor clave para determinar el nivel de salud y calidad del suelo, y del fruto que nos puede dar”.
Remarcan que sus fincas gozan de una gran biodiversidad gracias a los diferentes tipos de cultivo que tienen, como el de los olivos y los almendros. Añaden que “alimentamos la tierra y abonamos los viñedos con nuestro propio rebaño de ovejas, y tenemos panales de abejas que nos ayudan a polinizar y a transmitir la esencia mediterránea a nuestras uvas”. Elaboran vinos, cavas, miel y aceite. Además de cavas y vinos del Penedès, elaboran en el Priorat (Gratavinum) y en la Ribera del Duero (Dominio Romano). En el Penedès suman 196 hectáreas de viñedos propios plantados, 14 en el Priorat y 2 en la Ribera del Duero.
Afirman que “la filosofía de respeto por lo natural y de alejarnos de lo artificial” ha sido una constante en la manera de pensar y actuar de las tres generaciones de la familia Cusiné. Se muestran convencidos de que “cuanto menos se intervenga o manipule el fruto que nos da la naturaleza, más autenticidad obtendremos de ellos y, por consiguiente, de nuestros vinos”.
Poda en verde de la variedad moneu en Parés Baltà
Su producción total asciende a 300.000 botellas de cava y a 300.000 de vinos tranquilos. Exportan un 65% del total. Estados Unidos, Canadá y Escandinavia son sus tres principales mercados internacionales. Su última producción en la DO Calificada Priorat ha sido de 29.710 botellas, y de 15.300 en la DO Ribera del Duero.
Hace años que se han abierto al enoturismo. Aseguran que “visitar Parés Baltà es realizar un viaje a unos de los rincones más bonitos del Penedés”. El año pasado su bodega fue elegida entre los 100 Mejores Viñedos del Mundo para visitar, un reconocimiento otorgado por World’s Best Vineyards que premia a las bodegas que ofrecen “las experiencias enoturísticas más completas, excepcionales y recomendables a nivel mundial”.
En Parés Baltà, que también cuenta con una tienda online, se comprometen a “dar experiencias inolvidables, a través de una conexión profunda con el terruño y la tradición”. Ofrecen catas comentadas, maridajes con chocolates o quesos, tours en vehículos todoterreno por el Penedès, paseos por los viñedos o degustaciones a copas en el patio familiar.
Natiu Moneu 2023, de Parès Baltà
DO Penedès
Variedades de uvas: Moneu
Precio: 17,25 euros
