La hostelería es uno de los pilares fundamentales de la economía española y parte imprescindible de su identidad cultural. Este sector que engloba bares, restaurantes, cafeterías y alojamientos destaca por su dinamismo y capacidad de innovación. España es un país reconocido mundialmente por su tradición culinaria y la calidad de sus productos, por eso lo convierte en un destino atractivo para turistas tanto nacionales como internacionales. Según el informe Hostelería de España, elaborado con datos del INE (Instituto Nacional de Estadística) en 2024 había un total de 300.000 establecimientos dedicados a la hostelería.
Sin embargo, es un sector que enfrenta desafíos constantes, como la estacionalidad, la competencia global, el aumento del precio de las materias primas o la necesidad de adaptarse a nuevos hábitos de consumo. En este contexto, el dueño de Impacto Food, una conocida brasería de Zaragoza, explica cuáles son los detalles que pueden llevar a la ruina a tu negocio. El hostelero responde en sus redes sociales a unas críticas que ha recibido por cobrar las tarrinas de las salsas que ofrecen en su local a todos los clientes que las piden.
Los detalles que hacen que un negocio sea rentable
Este restaurador explica “el daño” que esto puede provocar a tu negocio. Este asador de pollos ofrece cinco tipos de salsas diferentes: la piri piri, la miel-mostaza, chimichurri, ajo y perejil y alioli. Según cuenta, todas las salsas son artesanales y están elaboradas por ellos mismos en el local.
Los envases donde ponen estas salsas tienen una capacidad de 90 mililitros “cuando normalmente son de 50 o 60 mililitros”, lo que supone que ofrece prácticamente el doble de producto. El dueño explica que cada envase con la salsa le supone un gasto de 0.25 céntimos.
Pollo asado a la parrilla
En otro vídeo publicado en sus redes sociales, este restaurador explicó que en un asador normal, la media de beneficios por cada pollo vendido es de “2 euros o 2 y pico”. Así pues, advierte que sí, un cliente quiere probar las cuatro salsas y las regala “el beneficio por pollo, baja a la mitad”. Y añade que si las 4 salsas cuestan 1 euro producirlas, “y gano 2 euros con el pollo, el beneficio del pollo baja a la mitad y eso le hace muchísimo daño a los asadores”.
En este sentido, afirma que cobrar por este producto responde solo a un beneficio económico “que te llevas a tu bolsillo, si no también a la posibilidad de invertir en el negocio, ya sean con mejores sueldos”. Y señala que regalar cualquier producto “es muy difícil hoy en día”. Elaborar estas salsas tienen un coste y afirma que pese a que le “encantaría” poder regalarlas “no nos lo podemos permitir porque... Sino ¿para qué trabajamos?”
