Consumir bebidas azucaradas aumenta significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares graves, algo que no ocurre con el consumo limitado de golosinas. Esa es la conclusión principal de un estudio a gran escala realizado en Suecia y publicado este lunes en la revista Frontiers in Public Health.
Los científicos que estudian el impacto del azúcar en el riesgo de enfermedades cardiovasculares han descubierto que comer demasiada azúcar agregada incrementa el riesgo de accidente cerebrovascular o aneurisma, pero comer algunas golosinas se asocia con un menor riesgo. Mientras tanto, beber bebidas endulzadas aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y fibrilación auricular.
El hallazgo más sorprendente de nuestro estudio es la relación divergente entre las diferentes fuentes de azúcar agregada y el riesgo de enfermedad cardiovascular”
“El hallazgo más sorprendente de nuestro estudio es la relación divergente entre las diferentes fuentes de azúcar agregada y el riesgo de enfermedad cardiovascular”, explica Suzanne Janzi, doctoranda en la Universidad de Lund (Suecia). “Este sorprendente contraste resalta la importancia de considerar no solo la cantidad de azúcar consumida, sino también su fuente y contexto”.

golosinas y caramelos
Para comprender cómo el consumo de azúcar afecta el riesgo de enfermedad cardiovascular y si el consumo de diferentes tipos de azúcar cambia esos riesgos, los científicos recopilaron datos de dos estudios de cohorte en Suecia, basados en cuestionarios de dieta administrados en 1997 y 2009. Una vez que se hicieron las exclusiones para garantizar que las dos cohortes compartieran los mismos criterios de inclusión y eliminar los factores de riesgo independientes para las enfermedades cardiovasculares, los científicos se quedaron con una muestra de 69.705 participantes.
Observaron tres clases de consumo de azúcar (aderezos como la miel, golosinas como un pastel o bebidas endulzadas como las gaseosas) y siete enfermedades cardiovasculares: dos tipos diferentes de accidente cerebrovascular, ataques cardíacos, insuficiencia cardíaca, aneurismas aórticos, fibrilación auricular y estenosis aórtica.
Forma de consumo
Los azúcares líquidos proporcionan menos saciedad que las formas sólidas, lo que puede llevar a un consumo excesivo
Los participantes fueron monitoreados hasta que fallecieron, resultaron diagnosticados con una de las enfermedades cardiovasculares o llegaron al final del periodo de seguimiento en 2019. Durante esa etapa, 25.739 participantes contrajeron una enfermedad cardiovascular.
Descubrieron que el consumo de bebidas dulces era peor para la salud que cualquier otra forma de azúcar: beber más bebidas azucaradas aumentaba significativamente el riesgo de accidente cerebrovascular isquémico, insuficiencia cardíaca, fibrilación auricular y aneurisma de la aorta abdominal. “Los azúcares líquidos, que se encuentran en las bebidas endulzadas, por lo general proporcionan menos saciedad que las formas sólidas, te hacen sentir menos lleno, lo que puede llevar a un consumo excesivo”, apunta Janzi, “El contexto también importa: las golosinas a menudo se disfrutan en entornos sociales u ocasiones especiales, mientras que las bebidas endulzadas podrían consumirse con más regularidad”.
Diferentes enfermedades cardiovasculares se vieron afectadas de manera diferente por el aumento de la ingesta de azúcar, posiblemente porque el consumo de azúcar adicional afectó el perfil de riesgo individual de los participantes de manera diferente. El incremento del azúcar, en general, aumentó el riesgo de accidente cerebrovascular isquémico y aneurisma de aorta abdominal, además de elevar el riesgo de insuficiencia cardíaca en los participantes con un índice de masa corporal normal.