Loading...

El error que debes evitar si añades sal al tomate

Materia prima

Si crees que el orden al sazonarlo no es relevante, te equivocas

Dime para qué vas a usar el tomate y un experto te dirá qué variedad escoger

Si salas el tomate en exceso podrías secarlo y estropear su sabor.

IStockphoto

Aunque encajen a la perfección en una amplia variedad de elaboraciones, el mejor modo de disfrutar todos los matices de un buen tomate es degustarlo solo. No en vano, al mezclarlo con otros ingredientes el gusto del tomate podría verse eclipsado. Ahora bien, aliñarlo siempre es una buena opción para ensalzar su sabor.

Pero hay un error que debes evitar cuando eches sal al tomate: salarlo demasiado. Si bien la sal contribuye a ensalzar la intensidad del sabor del tomate, también provoca que pierda agua y lo puede secar. Por eso, lo ideal es que pongas la sal en el momento de servir y consumir el tomate.

El chef Toni Romero, del restaurante barcelonés Suculent, sostiene en este reportaje que el tomate necesita esa pizca de sal, aunque admite que haya personas que lo prefieran desnudo. Pero si es bueno, no necesita de aderezos.

No cometas el error de salar en exceso el tomate.

Getty Images

Consejos para sazonar y servir el tomate

Romero sugiere “acompañar el tomate con un poco de sal gorda al lado” al servirlo, en lugar de sazonarlo antes. De este modo, “la gente se sirve al gusto”. Al fin y al cabo, el punto perfecto de sal difiere de un paladar a otro en función de las preferencias personales. Por otro lado, respecto al aceite, el cocinero se decanta por ponerle aceite de oliva virgen arbequina para darle más sabor.

Por otro lado, hay otro error común al aliñar no solo el tomate, sino cualquier otro vegetal o ensalada. Muchas personas creen que el orden de los factores en un aliño no altera el producto, pero nada más lejos de la realidad. Es importante echar primero la sal, antes del aceite. Esto es así porque si echas primero el aceite, su grasa podría impedir que los cristales de la sal se disuelvan correctamente.

Es mejor echar la sal antes que el aceite al aliñar el tomate.

Getty Images

Finalmente, está la cuestión de si hay que pelar o no el tomate. Como suele suceder en la cocina, es principalmente una cuestión de gustos. Aunque hay argumentos a favor y en contra. Toni Romero es un ferviente partidario de quitarles la piel “porque la textura resulta mucho mejor”, subraya. El cocinero pone de relieve que el tomate sin piel se funde en la boca por sí mismo, “y no has de masticar la piel, cosa que no resulta tan agradable”.

Lee también

Sin embargo, desde el punto de vista de la nutrición, las cosas cambian. La dietista Montse Folch aboga por no pelar los tomates, a no ser que tengamos problemas para digerir la piel. “La piel es la protección del tomate, que evita que se oxide su interior; por tanto, es un antioxidante muy bueno que protege nuestro organismo, además de una buena fuente de fibra para evitar el estreñimiento”, indica la especialista. A ello hay que añadir que también nos aporta minerales como el potasio y el fósforo “y vitamina C, E, pro vitamina A y vitaminas del grupo B”.

Si pelamos los tomates estamos renunciando a un gran aporte de nutrientes.

IStockphoto