Las galletas María son, sin duda, un icono de cualquier cocina española, y su popularidad no conoce límites generacionales. Da igual si acompañan un café en una pausa tranquila, coronan unas natillas caseras hechas por la abuela o se convierten en el recurso estrella para calmar a los niños en mitad de una tarde caótica. Están siempre ahí, listas para ser el salvavidas de cualquier momento, y su versatilidad las ha mantenido en la cima durante décadas.
Pero ¿sabías que este clásico de los estantes del supermercado nació lejos de España? Lo que empezó como un homenaje a una boda real en Londres acabó convirtiéndose en un fenómeno mundial que ha resistido el paso de los siglos.
Raíces británicas
La boda real que dio origen a las galletas María
Retrocedemos al Londres de 1874. La ciudad estaba revolucionada porque el 23 de enero se celebraría la boda entre el príncipe Alfredo I, duque de Edimburgo e hijo de la reina Victoria, y la gran duquesa María Alexandrovna, hija del zar Alejandro II de Rusia.

La boda del Príncipe Alfredo del Reino Unido y la Gran Duquesa María Alexandrovna
En medio de tanto jolgorio, los reposteros James Peek y George Hender Frean, de la marca Peek, Frean & Co., tuvieron una idea brillante: crear una galleta especial para conmemorar el evento. Así nacía la Marie biscuit, diseñada para acompañar el té de las cinco, una tradición británica inamovible.
Lo curioso es que esta galleta, en principio pensada como un tributo puntual, no tardó en conquistar paladares fuera del Reino Unido. Su textura crujiente, sabor suave y capacidad para aguantar el remojo en leche o infusiones la convirtieron en un imprescindible en cualquier hogar. Y aunque hoy en día se fabrican en múltiples países y cada marca añade su toque particular, la receta original apenas ha cambiado.
Pura ficción
La leyenda española
Pero, claro, toda historia popular tiene su versión más romántica. En España, una leyenda asegura que el nombre María viene de una nieta del fundador de la empresa Fontaneda, en Aguilar de Campoo de la provincia de Palencia. Aunque esta teoría suena entrañable, no es más que un cuento que ha pasado de generación en generación. La realidad es que las galletas María tienen raíces británicas y aristocráticas.