Ni el aceite, ni la temperatura: esta es la clave para unas patatas fritas perfectas y crujientes que usan los mejores restaurantes
Truco casero
Con un ingrediente que todo el mundo tiene en su casa, las patatas conseguirán la textura deseada
El consumo de patatas fritas en España ha crecido un 150% en los últimos diez años
Ni el aceite, ni la temperatura: esta es la clave para unas patatas fritas perfectas y crujientes que usan los mejores restaurantes
Las patatas fritas son el complemento favorito de muchas personas. Las combinaciones más habituales son las que tienen algún tipo de carne y la más famosa de todas: los huevos fritos con patatas.
Un plato combinado con churrasco, pimiento, huevos y patatas fritas
El tubérculo frito perfecto es aquel que queda crujiente y dorado. No obstante, este resultado es algo complicado por un componente natural de la patata: el almidón, que además es el que impide que puedan congelarse.
Para evitar que el almidón cause estragos a la hora de cocinar, basta con un simple ingrediente que suele estar presente con facilidad en las despensas. Se trata del vinagre, el cual hay que mezclar con agua.
La mejor manera de tener patatas fritas crujientes
El proceso para tener unas patatas fritas crujientes es bastante sencillo. Se llena un recipiente con agua fría, para acto seguido echarle una buena cantidad de vinagre. Después se meten los gajos durante media hora, se secan y se añaden a la sartén con el aceite hirviendo.
Patatas fritas dentro de una freidora de aire
También hay que tener en cuenta otros factores como el tipo de tubérculo que se usa, ya que no todos valen para fritura. No solo eso, sino que la temperatura del aceite debe estar entre 160 y 180 grados para que las patatas queden perfectas.