Tiempo de miel: cómo identificar que no esté adulterada y conocer sus propiedades
Materia prima
Este edulcorante natural, muy consumido en esta época, es también uno de los productos más fáciles de alterar para lograr engañar al consumidor
¿Tiene sentido comer el chocolate a las cuatro de la tarde, cuando mejor funciona el hígado, y evitar el queso por la noche?
M
Desde la antigüedad, la miel tiene un lugar reservado en las despensas y botiquines de medio mundo: es un edulcorante natural y también un ingrediente estrella en infusiones, postres y remedios caseros. Sin embargo, justo en la época que más apetece tomarla, se ha publicado que buena parte de la miel que se vende en España, no hace honor al nombre.
Según la revista Consumer, las partidas de miel fraudulenta han crecido mucho. Pese a que en Europa se produce mucha miel, la demanda es tan alta que es necesario traer desde más lejos la sustancia que producen las abejas transformando en su estómago el néctar de las flores, y devolviéndolo por la boca para llenar con él los panales y alimentar a sus crías.
En concreto, entre el 60 y el 63% de la miel consumida en la Unión Europea es de origen comunitario, mientras que el resto se importa de otros continentes. Pues bien, según la Comisión Europea el 74% de las muestras analizadas de la miel importada desde China presentan indicios de adulteración. Lo mismo cabe decir del 93% de la miel turca y del 100% de los lotes procedentes de Gran Bretaña (esta miel no se produce en el Reino Unido sino que llega de otros países y se transforma en suelo británico).
También la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) presentó un informe en 2023, tras controlar a cientos de importaciones de miel durante los años 2021 y 2022, donde comprobó que prácticamente la mitad de la miel que llega a España desde fuera del Viejo Continente ha sido manipulada. “Los jarabes fabricados no son miel”, clamaron cientos de apicultores, convocados por el sindicato agrario COAG, cuando se manifestaron por las calles de Madrid a comienzos de año.
Mieles
Tras ser consultada al respecto, Pilar Plans, licenciada en Veterinaria por la Universidad Complutense de Madrid, en la especialidad Medicina y Sanidad, además de autora de Somos lo que comemos. 175 preguntas del consumidor alimentario (Almuzara), confirma que la miel es un alimento muy fácil de adulterar.
“Por tratarse de un producto azucarado, no es nada complicado dar el pego añadiendo siropes y jarabes azucarados”, comienza diciendo Plans. Algunos de estos siropes que se mezclan con la miel proceden del arroz o el maíz. “El etiquetado es fundamentalísimo porque tiene que especificar el origen geográfico de la miel. Y faltan inspecciones, tanto en el etiquetado como a la hora de analizar los productos”, indica esta experta que tiene una amplia actividad docente como profesora de Seguridad Alimentaria.
Las mieles de buena calidad suelen tener un aspecto granuloso, más compacto y a veces llegan a cristalizar”
“Las mieles de buena calidad suelen tener un aspecto granuloso, más compacto y a veces, incluso, llegan a cristalizar. Se podría decir que esta miel es mucho más artesanal. La miel tiende a cristalizar por si sola, solidificándose cuando la temperatura de ambiente es baja”, informa Plans.
“Pero hay otro tipo de miel a la venta –continúa diciendo– con un aspecto más licuado, al habérsele aplicado un tratamiento térmico para que conserve cierta fluidez, evite la cristalización y facilite su degustación”.
Este último tipo de miel, que en lugar de obtenerse directamente de los panales de las abejas, se somete a procesos industriales, es la que está dando más problemas, ya que se mezcla con jarabes, aditivos, incluso con agua, para simular las propiedades de la miel. “Las mieles más industriales, por decirlo de alguna manera, se someten a tratamientos térmicos para que no se produzca precisamente la cristalización”, desvela Plans.
Una forma de decantarse por las mieles realmente artesanales es elegir sellos de calidad como la Denominación de Origen Protegida (DOP) o la Indicación Geográfica Protegida (IGP). “De las dos, la primera es más estricta”, puntualiza Plans. Algunas mieles con DOP son la de la Alcarria, Granada, Liébana, Tenerife, Villuerca-Ibores o Eivissa, mientras que la miel de Galicia o la de Asturias, por su parte, cuentan con la IGP. En el caso de Catalunya, hay mieles que gozan de gran reconocimiento por su calidad, como la del Perelló, Montseny, Priorat o les Garrigues, aunque la lista es más larga.
La miel es muy calórica y aporta azúcares libres, por lo que se recomienda consumirla con moderación y no a diario
Entre las mieles que más le gustan a Plans destaca la de romero, “ya que es muy aromática y de sabor fino”, dice. “La consumo de vez en cuando, generalmente en invierno”, reconoce en línea con lo que recomiendan los dietistas-nutricionistas, ya que la miel es bastante calórica, además de suministrar azúcares libres (a diferencia de los azúcares intrínsecos presentes en frutas y verduras frescas), como también pasa con los zumos de fruta o los refrescos azucarados. Por este motivo, la recomendación es consumir miel con moderación y no a diario, sino de vez en cuando.
Pese a tener fama de ser muy nutritiva, la miel no aporta las vitaminas o minerales que permiten cubrir los requerimientos humanos. Sobre este particular, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación señala en un documento que su contenido en minerales es más bien modesto. “Aunque la miel contiene ciertas vitaminas y minerales, que no se encuentran en los azúcares refinados, las cantidades son tan pequeñas que no tienen importancia en términos de las necesidades diarias”, concluye este informe.
Por ese motivo, los dietistas-nutricionistas consideran a la miel un alimento tradicional y emocional que, por la razón que sea, parece obrar auténticos milagros en nuestro subconsciente, especialmente cuando estamos constipados, pese a que la European Food Safety Authority (la máxima autoridad europea en materia de seguridad alimentaria) no corrobore algunos de los beneficios que sus incontables admiradores le atribuyen.
Detalle de un colmenar
¿Qué es la jalea real?
La jalea real, explica Pilar Plans en “Somos lo que comemos”, es el producto elaborado por las abejas obreras jóvenes para la alimentación de las larvas destinadas a transformarse en futuras abejas reinas. La jalea real es el alimento que toma la abeja reina durante toda su vida (una abeja reina vive, de promedio, entre 5 y 6 años). En
cambio, el resto de larvas de la colmena son alimentadas con miel normal. De estas larvas, así alimentadas, nacen las futuras abejas obreras. Desde una perspectiva nutricional, la jalea real aporta una miel algo especial, en el sentido de suministrar varias proteínas que la miel común no tiene. También su sabor es algo más ácido y menos dulce.
3 tipos de miel distintos: Miel Romero, Miel Azahar y Miel de Bosque
¿Por qué la miel tiene distintos tonos de color?
La miel es el producto que elabora la abeja obrera (Apis mellifera) a partir del néctar de las flores. Las abejas al mismo tiempo que liban el néctar lo van mezclando con sus propios jugos y enzimas, indica Plans, almacenándolo en el buche durante el transporte. Al llegar a la colmena, la mezcla recogida es depositada en cada una de las celdillas con forma hexagonal del panal, las cuales, una vez están llenas, se tapan con una capa de cera para que la miel empiece a madurar. No todas las clases de mieles son iguales, ya que difieren en el color, la densidad y el sabor, algo que depende, sobre todo, del origen floral, de la época del año o el clima. El color de la miel se debe a los pigmentos colorantes del néctar de la planta de la cual procede, pudiendo variar desde un tono blanquecino pasando por toda la gama de rojizos hasta los tonos oscuros, casi negros. Por ejemplo, una miel de romero tiene un color más claro que otra de brezo. Por su parte, mientras que la miel procedente de romero es de color ámbar, la de azahar tiene un color algo más claro, a diferencia de la miel de encina, de madroño o de brezo que son de color oscuro. Según Plans, hay mieles poco conocidas como la de tilo, la de alfalfa, la de castaño o la de cantueso. Para esta experta, es importante la temporada del año en la que recolectan las abejas la miel, en el sentido de que la miel de primavera “suele ser más suave y más dulce que en verano, cuando el néctar de las flores es distinto, o que en otoño, cuando la miel suele tener un sabor más intenso”.