Joselito celebra un evento de cata privado en la Casa Batlló
Materia prima
José Gómez hijo afirma: “Es el mejor jamón abierto hasta hoy”, destacando los pormenores de la producción de 2006.
“Si mañana nos dicen que hay que parar diez o veinte años, paramos”: la encrucijada de los cocineros frente a la escasísima angula

José Gómez guía la cata

Hace exactamente un año, la familia de Joselito presentó a un conjunto de expertos en gastronomía la primera degustación de Joselito Vintage, que incluía sus jamones con el mayor tiempo de curación, en una de las salas del Museo del Prado. Afirmaban que eran sus productos más antiguos y el entorno resultaba perfecto. Esta semana, José Gómez padre y dos de sus hijos admitieron que, con un estándar tan elevado, no podían organizar la segunda edición en un sitio distinto a la Casa Batlló de Barcelona, la cual se iluminó el lunes con los colores rojos de la marca.
Los asistentes habituales rememoraban que el ejercicio anterior se presentó una pieza, la de mayor expectación, con diecinueve años de curación, la cual este año tuvieron la oportunidad de degustar con un año adicional de envejecimiento. Tanto José Gómez hijo, quien presidió la degustación, como Ernesto Soriano, el consumado cortador que se conmovió al lonchear las primeras porciones, por el efecto resbaladizo de la grasa, estuvieron de acuerdo en que se trataba del jamón más sublime que habían experimentado.
Los asistentes recurrentes rememoraban que el año anterior se presentó una obra, la más anticipada, con un proceso de maduración de 19 años.
“Es el mejor jamón que se ha abierto hasta la fecha”, aseguró Gómez, quien explicó las características de la añada del 2006, de temperaturas suaves y lluvias moderadas, y la de otros jamones que se degustaron, como el 2019 -lluvias moderadas y abundante bellota y temperaturas suaves, el 2013, también de temperaturas suaves y lluvias moderadas en la dehesa y predominio frutal en la encina, el 2009, de montanera tardía y precipitaciones irregulares, con mucha hierba). Orgullosos de sus 157 años de historia y de su presencia en 56 países, la familia de Joselito recordó en la Casa Batlló que cuentan con un “pig data” que les permite controlar la evolución de cada una de las piezas.