El psicólogo y escritor Xavi Guix, conocido por su trabajo en crecimiento personal y bienestar emocional, ha lanzado una poderosa reflexión en el programa Col·lapse de 3cat sobre un comportamiento muy habitual y, a la vez, profundamente dañino: ser demasiado bueno.
Guix se refiere a esas personas que, por complacer, acaban descuidándose a sí mismas en un intento constante de ser queridas, reconocidas o valoradas. “Cuando yo lo hago todo por los demás, perjudicándome a mí mismo, eso es la mala bondad”, explica el experto.
Ser utilizado
El precio de la complacencia. Para Guix, este tipo de conducta suele tener un trasfondo emocional: el deseo de sentirse aceptado, incluso a costa del bienestar propio. Pero este patrón, lejos de generar amor o gratitud, frecuentemente termina en decepción.
Captura de vídeo
“Te das cuenta, que, por ser demasiado bueno, no has conseguido que te quieran más, sino que te utilicen más”, afirma. Una realidad que, según él, suele llegar tarde, en edades avanzadas, cuando ya se ha recorrido gran parte de la vida actuando por y para otros.
El psicólogo alerta de que muchas personas llegan a los 60 o 70 años con un fuerte sentimiento de frustración, al darse cuenta de que han vivido “haciendo lo que los otros han querido”, renunciando a su autenticidad.
Persona mayor trabajando en una cocina
La importancia de definirse y poner límites. Frente a esta “mala bondad”, Guix propone un cambio de enfoque: aprender a definirse a uno mismo. Y esa definición, sostiene, es la clave para empezar a poner límites. “Si yo me defino claramente, el otro ya sabe qué puede y qué no puede”, señala.
No se trata de dejar de ayudar o de ser generosos, sino de no hacerlo a costa del propio equilibrio emocional. El problema no es la bondad, sino cuando esta nace de una necesidad de aprobación que nunca se ve satisfecha.
Una llamada a la autovaloración
El mensaje de Xavi Guix tiene una fuerza especial porque interpela a quienes han crecido con la creencia de que darlo todo por los demás garantiza amor y reconocimiento. La realidad, sin embargo, suele ser muy distinta.
La autovaloración y el autocuidado son, según el psicólogo, los pilares sobre los que construir relaciones más sanas, tanto con uno mismo como con los demás.
