Las personas con altas capacidades intelectuales suelen ser reconocidas por su agilidad mental, su habilidad para resolver problemas complejos y su razonamiento analítico afilado. Desde edades tempranas, destacan en el entorno académico y sorprenden por su rapidez de aprendizaje y su capacidad para establecer conexiones abstractas que a otros les tomarían años.
Sin embargo, ese mismo brillo intelectual puede convertirse en una barrera en su forma de relacionarse con los demás. La intensidad con la que viven el pensamiento, la necesidad de explorar en profundidad los temas que les interesan y su baja tolerancia a la superficialidad pueden generar dificultades en su entorno social. A menudo se sienten fuera de lugar, incomprendidos o etiquetados como “distintos”, lo que puede derivar en aislamiento o frustración.

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Seis características que comparten las personas superdotadas
Rasgos en común. El coach de liderazgo Siddarth S. Kumaar y la psicologa clínica Sharon Saline han publicado en la revista Your Tango una lista de hábitos recurrentes entre los que poseen un potencial intelectual elevado.
Hablar con uno mismo. Este ejercicio les ayuda a clarificar pensamientos, fomenta el pensamiento crítico y la resolución de problemas sin la necesidad de acudir a terceras personas.
Prefieren la comunicación escrita. La escritura les permite ordenar ideas, seleccionar palabras con precisión y transmitir mensajes con exactitud. Por este motivo prefieren utilizar canales como correos electrónicos, textos o diarios personales.

Engranajes de un cerebro
Intuición y curiosidad espiritual. Aunque no sigan un religión, buscan respuestas en la meditación, la filosofía o la numerología. Exploran estos campos desde un pensamiento crítico que les hace cuestionar y reflexionar sobre la existencia y el universo.
Les cuesta asumir que otros no piensan igual que ellos. Las personas con alta inteligencia tienden a creer que los demás procesan la información del mismo modo que ellos. Esto les genera frustración cuando no ocurre. Desarrollar paciencia y habilidades para la comunicación se convierte en todo un reto.

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Tienen pasión por aprender constantemente. Su capacidad de asombro ante el mundo los mantiene en un estado constante de aprendizaje, lo que a su vez los lleva a acumular una gran cantidad de intereses y pasatiempos.
Tienden a ser torpes socialmente. En muchos casos, estas personas omiten gestos de cortesía o conversaciones triviales por el mero hecho de considerarlas innecesarias. Su enfoque suele estar puesto en la resolución de problemas y descuidan la parte social.