Álex Rovira, experto en desarrollo personal: “En una sociedad herida, lo que escasea no son las personas adultas por edad, sino las personas emocionalmente maduras”

Visto en TikTok 

En una intervención en el canal de 'Programa Mia', Rovira argumenta que nuestra sociedad sufre una “gran neurotización o una gran inmadurez”

Álex Rovira durante el podcast

Álex Rovira durante el podcast

@alexroviracelma / TikTok

Vivimos en una época de hiperconexión digital pero de profunda desconexión emocional. Muchas personas se quejan de la dificultad para encontrar parejas o relaciones estables y significativas. 

Álex Rovira, autor de bestsellers como La buena vida y La buena crisis, ofrece una diagnosis precisa: el problema no es la falta de adultos por edad, sino la escasez de personas emocionalmente maduras. Frente a lo que él define como una sociedad “herida” y “neurotizada”, Rovira despliega los tres atributos fundamentales que distinguen a un verdadero adulto: la capacidad de intimidad, de espontaneidad y de consciencia.

Una sociedad con una “gran neurotización o inmadurez”

La reflexión de Rovira parte de una observación contundente. En el contexto de las relaciones interpersonales, la demanda más frecuente es clara: “No hay personas adultas”. Esta afirmación no se refiere a la edad cronológica, sino a un estado de desarrollo emocional y psicológico.

Captura de vídeo

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Programa Mia / YouTube

El experto describe el panorama social con dos términos potentes: “una gran neurotización o una gran inmadurez”. Esto se traduce en dinámicas relacionales donde priman el miedo, la incapacidad para gestionar conflictos, la falta de responsabilidad afectiva y la evitación de la vulnerabilidad. La consecuencia es un panorama donde las conexiones auténticas y profundas se vuelven excepcionales.

Los tres pilares de la madurez emocional

Rovira no se limita a diagnosticar el problema; ofrece una solución clara y estructural. Define a una persona adulta emocionalmente por su capacidad en tres dimensiones esenciales:

1. La capacidad de intimidad. La intimidad para Rovira va mucho más allá de lo físico; es la capacidad de crear un espacio de vulnerabilidad y honestidad radicales. Es la habilidad de decir: “Entramos a fondo, hablemos a fondo. ¿Qué he dicho que te ha molestado?”.

Debes cuidar el lenguaje corporal para que no reste significado al mensaje que quieres trasladar.

Conversación de pareja 

Getty Images/iStockphoto

El experto ejemplifica esta capacidad con un modelo de disculpa auténtica: “‘Oye, te pido perdón de corazón. Si he hecho algo que te ha hecho daño, de verdad, no era consciente y te agradezco que me lo digas, porque es que yo no quiero hacerte daño. Es más, me duele haberte hecho daño’”.

También incluye en este pilar la confidencialidad y el acompañamiento: “Saber guardar un secreto, saber acompañar”.

2. La capacidad de espontaneidad. Frente a la represión emocional que caracteriza a la inmadurez, Rovira sitúa la espontaneidad como un signo de salud mental. Se trata de permitir que las emociones fluyan de forma natural y auténtica, sin filtros ni miedos al qué dirán.

“Me emociono y lloro. No me reprimo”, ejemplifica. O siendo capaz de expresar: “‘Oye, me emociona cuando me dices esto’”. Esta espontaneidad es la antítesis de la coraza emocional que muchas personas construyen por miedo a ser heridas.

Nagore Robles casi no pudo contener las lágrimas de la emoción.

Nagore Robles casi no puede contener las lágrimas de la emoción.

Instagram.com/nagore_robles

3. La capacidad de consciencia. El tercer pilar es quizás el más fundamental: la consciencia, que Rovira define como “el amor a la verdad”. Esta consciencia no es un conocimiento abstracto, sino un profundo autoconocimiento que se aplica a la vida práctica.

El experto lo desglosa en tres preguntas esenciales que toda persona madura debe poder responder:

  • “Qué no quieres”
  • “Qué necesitas”
  • “Qué quieres”

Este orden es crucial. Primero, saber marcar límites claros (qué no quieres). Segundo, conectar con las propias carencias y demandas genuinas (qué necesitas). Y tercero, definir aspiraciones y deseos (qué quieres). Esta claridad interior es la que, citando la famosa frase, hace libre al ser humano: “No es gratuita la frase ‘el amor os hará libres’”.

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