James Mishreki, empresario: “Una vez que aprendes a ver el rechazo como la meta, no como un fracaso personal, te quitas un peso de encima”

Lecciones de emprendedor

El emprendedor cuenta cómo transformar esa experiencia de algo que evitar en una herramienta para superarse 

El emprendedor James Mishreki, fundador de Skin + Me, atribuye gran parte de su éxito a lo que él denomina

El emprendedor James Mishreki, fundador de Skin + Me, atribuye gran parte de su éxito a buscar deliberadamente el rechazo para desarrollar resiliencia, evitar el agotamiento y aspirar a más.

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A nadie le gusta sentirse rechazado. Un sentimiento que para cada persona es diferente, pero que muchos gestionan de manera similar a la hora de presentar proyectos en los que han puesto toda su ilusión, trabajo y esfuerzo.

Entender el rechazo es muy importante, pues de ello depende comprender la experiencia subjetiva que le acompaña. Sentir rechazo no quiere decir que no te acepten como persona o que no tienes un lugar en ese espacio concreto en general, sino que en ese preciso momento, nuestra idea no encajaba en ese momento o lugar.

Cada “no” que recibimos puede ser una oportunidad para aprender, crecer y redirigirnos hacia algo mejor

El rechazo puede darse en cualquier ámbito de la vida y con cualquier persona, pero sentirlo puede llegar a modificar nuestra manera de ver el mundo; de nosotros y nuestro diálogo interno depende si de una manera constructiva y positiva.

James Mishreki, fundador de la marca de salud de mayor crecimiento en el Reino Unido, Skin+Me, es de la opinión que las nuevas generaciones no son capaces de gestionar el rechazo. Él mismo cree que es algo esencial para triunfar a día de hoy, por lo que sugiere que todos deberían pasar lo que él llama “entrenamiento para el rechazo”, o lo que es lo mismo, buscar las formas de ser rechazado a propósito para desarrollar resiliencia y aprender a aceptarlo, clave en el éxito a largo plazo.

La mayoría daría lo que fuese por no ser rechazado, pero Mishreki asegura que es una gran oportunidad. Es más, según el emprendedor, “buscar activamente la negación de los demás” es la mentalidad detrás de su éxito, pues es de la opinión que el crecimiento se produce en la “incomodidad”.

“Cuando el éxito llega con demasiada facilidad, ya sea heredado o ganado, te roba el crecimiento que proviene del esfuerzo”, afirma Mishreki. Puede doler en el momento, pero el rechazo te fortalece. Es una oportunidad para aprender y crecer. Para el empresario, ese “no” se convirtió en un punto de inflexión que impulsó su negocio.

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Mishreki entendió que “fue lo mejor que me pudo haber pasado”.

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Un proyecto que al principio le valió tantos noes que se planteó tirar la toalla -llegó a ponerse como meta visitar hasta a un centenar de posibles inversores-, pero finalmente entendió que “fue lo mejor que me pudo haber pasado”.

Dicho y hecho: formó un mejor equipo, mejoró su marca y recaudó más de nueve millones de euros antes del lanzamiento. La experiencia transformó su relación con el rechazo: en lugar de algo que evitar, se convirtió en una herramienta para superarse. “El ‘burnout’ se produce cuando tomas cada ‘no’ como un fracaso personal”, dice Mishreki. “Una vez que aprendes a ver el rechazo como la meta, no como la amenaza, te quitas un peso de encima; eso es lo que te hace inmune al agotamiento”.

Mujeres presentan un 12% más de síntomas de burnout (45% frente a 33%) y sigue siendo habitual que se encarguen mayoritariamente de las tareas del hogar.

Aunque el rechazo pueda parecer algo de lo que huir, Mishreki argumenta que aprender a aceptarlo podría ser el arma secreta para el éxito a largo plazo.

No ver el rechazo como un fracaso es fundamental porque cada “no” que recibimos puede ser una oportunidad para aprender, crecer y redirigirnos hacia algo mejor. Cuando lo entendemos así, dejamos de tomarlo como una ofensa personal y empezamos a verlo como parte natural del proceso de avanzar y mejorar.

Además, el rechazo fortalece la resiliencia y la autoconfianza. Muchas veces, detrás de un rechazo se esconde una redirección hacia algo más alineado con lo que realmente necesitamos o deseamos. En lugar de rendirse, quien acepta el rechazo con una actitud positiva se vuelve más sabio, más fuerte y más preparado para los desafíos futuros.

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