Hablar abiertamente sobre sexualidad sigue siendo, en pleno 2025, un territorio vedado para muchos. Lo demuestran los datos —según Platanomelón, el 75% de los jóvenes entre 25 y 35 años evita tratar estos temas incluso con personas cercanas— y lo confirman iniciativas como la que acaba de lanzar Cayetana Guillén-Cuervo, que a sus 56 años irrumpe en el universo del podcast con una propuesta directa.
No te lo Cayes, así se titula el nuevo espacio sonoro donde la actriz abre la puerta a conversaciones honestas y sin filtros sobre deseo, placer, cuerpos, identidades y silencios compartidos. “Hablar de sexo es una forma de liberación”, afirma Cayetana en uno de los adelantos del proyecto. Y remata: “El silencio alimenta el tabú y nos hace creer que estamos solas en lo que sentimos”.
Pablo Alborán rompe el hielo en el primer episodio
El primer capítulo, disponible a partir del 20 de julio en YouTube, Spotify y otras plataformas, arranca con Pablo Alborán como invitado. Un diálogo íntimo donde, según Cayetana, el artista “llega con una verdad desarmante” y “abre su mundo emocional con una delicadeza enorme”.

Cayetana Guillén-Cuervo escuchando a uno de sus invitados
A lo largo de los episodios, el sofá de No te lo Cayes recibirá a otras voces conocidas como Hiba Abouk, Gemma Cuervo o Juana Acosta. No se trata de entrevistas convencionales, sino de confesiones en voz alta, de reflexiones compartidas sobre aquello que tantas veces se prefiere callar.

Hiba Abouk
Una conversación sin corsés sobre lo que aún cuesta decir. Este podcast no pretende dar lecciones, pero sí plantea preguntas incómodas, abre heridas y ofrece palabras donde hasta ahora solo había silencios. “Yo necesitaba un espacio donde poder hablar como quiera, hacer lo que quiera y compartir desde el alma”, confiesa Cayetana Guillén-Cuervo. Un ejercicio de honestidad que también se les exige a sus invitados: dejar la imagen pública a un lado para contar lo que hay detrás de los focos.

Imagen promocional del programa
“Solo hablando podemos empezar a vivir la sexualidad con más libertad y menos presión”, resume. Esa es, tal vez, la clave del podcast: convertir lo íntimo en algo compartido, no por exhibicionismo, sino por necesidad.