Manuel Sans Segarra, médico y exjefe del Servicio de Cirugía Digestiva en el Hospital Universitario de Bellvitge, ha dedicado buena parte de su carrera a la salud del cuerpo. Pero en los últimos años, su voz también se ha vuelto una referencia en temas tan profundos como la conciencia, la educación y los vínculos humanos.
En uno de sus vídeos virales en TikTok, el doctor lanza una pregunta que cala hondo: “¿Qué hemos hecho con nuestra juventud?”, apoyándose en una célebre frase del emperador filósofo Marco Aurelio para analizar el estado actual de la educación.
“Los defectos de nuestros hijos son deficiencias de los padres y la sociedad”
Con estas palabras, Sans Segarra invita a hacer autocrítica a una generación de padres y abuelos que, con la mejor de las intenciones, ha podido caer en el error de darlo todo sin medida. “Vivimos una posguerra con una gran miseria”, explica, “y quizá nosotros compensamos las deficiencias que tuvimos dando a nuestros hijos y nietos todo lo que nos fue posible”. Sin embargo, advierte que este exceso de entrega material y falta de límites ha desembocado en una juventud poco preparada para los desafíos de la vida adulta.

Marco Aurelio, una de las principales figuras de la filosofía estoica
Educar no es vencer, es convencer. Para el doctor, educar no es imponer, sino acompañar. “Educar es ayudar a desarrollar la autoestima del niño”, afirma, y esto no se consigue a través de la autoridad, sino del diálogo. “Es más fácil vencer, pero hay que hablar mucho con los hijos, convencerles, explicarles todo”, subraya. La clave, en sus palabras, está en “el amor como arma”, un enfoque que dista de métodos autoritarios o sobreprotectores y que apuesta por construir relaciones sólidas y basadas en la confianza.

Un padre jugando con su hijo.
¿Demasiado confort, poca resiliencia? En su reflexión, Sans Segarra no oculta su preocupación por una juventud que ha crecido con abundancia, pero sin los recursos emocionales para enfrentar el malestar, el esfuerzo o la frustración.

Captura de vídeo
No se trata de juzgar, sino de repensar la manera en la que estamos educando. ¿Les damos herramientas para crecer como adultos autónomos o les sobreprotegemos de todo dolor, quitándoles la oportunidad de fortalecerse?
Un mensaje para las familias y la sociedad
A través de esta intervención, el doctor Sans Segarra lanza un mensaje claro: la educación no puede reducirse a proveer comodidades, sino que debe estar orientada a construir seres humanos seguros, empáticos y resilientes. Y para ello, hay que mirar más allá de lo material y apostar por una comunicación honesta y constante desde la infancia.