Jarrod Nobbe, entrenador personal: “Estos son los errores que cometemos al intentar perder peso después de los 50 años”

SALUD

Mantener un estilo de vida saludable puede volverse más desafiante con el paso del tiempo

Gente de edad avanzada en el gimnasio

Gente de edad avanzada en el gimnasio

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Pasar la barrera de los 50 años no solo marca un cambio en la forma de ver la vida, sino también en cómo responde el cuerpo. Uno de los desafíos más comunes a esta edad es la pérdida de peso, un objetivo que, aunque no imposible, se vuelve sensiblemente más complejo. Los expertos coinciden: la combinación de factores hormonales, la pérdida de masa muscular y la disminución del metabolismo basal convierten la quema de grasa en un proceso más lento y menos eficiente.

Jarrod Nobbe es un destacado entrenador de rendimiento deportivo y especialista en halterofilia olímpica, con sede en Carolina del Norte, Estados Unidos. En uno de sus artículos para la revista Eat This Not That ha hablado de los errores más comunes que comete la gente que quiere perder peso, pasados los cincuenta. 

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Pareja de ancianos en ropa deportiva haciendo ejercicio con mancuernas en el gimnasio

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Errores a la hora de perder peso después de cumplir 50 años

Poco entrenamiento de resistencia. Ignorar el entrenamiento de fuerza.  Muchas personas en sus 50 tienden a centrarse exclusivamente en el cardio, pensando que es la mejor forma de quemar calorías, pero descuidar el entrenamiento de fuerza puede frenar su progreso. Incorpora ejercicios de resistencia en tu rutina al menos dos veces por semana. Enfócate en movimientos que trabajen los principales grupos musculares, como sentadillas, remo y press. Si eres principiante en el entrenamiento de fuerza, considera unirte a una clase o trabajar con un entrenador para recibir orientación.

Consumo insuficiente de proteínas. Muchas personas reducen su consumo al envejecer, sustituyéndolo por carbohidratos procesados. Distribuir adecuadamente la ingesta de proteína a lo largo del día favorece la síntesis muscular y ayuda a controlar el apetito.

Overweight man running on a treadmill in the gym, focused on his workout.

Overweight man running on a treadmill in the gym, focused on his workout.

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Dietas extremas y restricción calórica excesiva. Los expertos recomiendan realizar cambios graduales y sostenibles en la alimentación, priorizando alimentos integrales y equilibrados.

Olvidarse de la calidad del sueño. La falta de sueño altera hormonas clave como la leptina y la grelina, que regulan el hambre y la saciedad.

Subestimar el impacto del estrés. El estrés crónico eleva los niveles de cortisol, una hormona vinculada al aumento de grasa abdominal.

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Entrenamiento en el gimnasio 

Àlex Garcia / Propias

Vida demasiado sedentaria. Permanecer sentado durante muchas horas al día disminuye el gasto calórico y afecta negativamente la movilidad.

No ajustar las porciones a las necesidades del cuerpo. Practicar la alimentación consciente y escuchar las señales de hambre y saciedad es clave para mantener un peso saludable.

Ignorar la importancia de los días de descanso. Alternar días de actividad intensa con días de recuperación activa, como caminatas suaves o estiramientos, favorece el equilibrio en el entrenamiento.

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