Educar a un hijo es, probablemente, uno de los mayores desafíos personales y emocionales que puede asumir una persona. No existen manuales infalibles ni fórmulas universales. Sin embargo, hay algo que sí se repite con inquietante frecuencia: en su deseo de formar, proteger y preparar a sus hijos, muchos padres terminan trasladando a la infancia un peso emocional que no le corresponde.
La psicopedagoga Elena Roca señala el peligro de tres preguntas comunes que, lejos de ser inofensivas, dañan la salud emocional de los más pequeños. Este consejo busca que los madres y padres sean más conscientes del impacto de sus acciones: “Deberíamos ser más conscientes del impacto que pueden tener estas preguntas en ellos o en ellas, así que la próxima vez que vayas a hacer una pregunta de este estilo piénsatelo dos veces”, empieza diciendo.
Tres preguntas que nunca deberías hacer a tus hijos
¿A quién quieres más, a mamá o a papá? La experta señala que obligares a tomar partido puede generarles culpa o confusión: ”¿Por qué hay que hacerle elegir si puede querer a los dos por igual?”, comenta. Forzar a un niño a elegir entre sus figuras parentales genera un dilema emocional de difícil resolución. En lugar de promover elecciones forzadas, la experta apuesta por reforzar el vínculo conjunto, expresando al menor que ambos progenitores le quieren y están allí para él o ella.
¿Tienes novio o novia? Elena cuenta que con esta pregunta se está introduciendo una idea de relaciones amorosas o románticas que no entienden ni necesitan procesar porque las relaciones de los niños pequeños se basan en la amistad y en la familia.
¿Qué quieres ser de mayor? Hay adultos que todavía no saben qué quieren ser de mayores. ¿Por qué lo iba a saber un niño que todavía está de descubrir quién es? La experta lanza un mensaje que invita a la reflexión: “No les corresponde a ellos decidir su futuro. Les toca jugar, conocer, cambiar de idea mil veces y, sobre todo, vivir sin etiquetas”, termina diciendo.

            