El adorable vuelo de 8 horas protagonizado por unos gatitos que arrasa en las redes: “Están mil veces más educados que un niño”

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Viajar en avión con gatos requiere planificación, paciencia y conocer bien las normas

La familia al completo visitando París

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@louieandtodd / TikTok

El simple acto de reservar un billete de avión puede parecer el primer paso de un viaje. Sin embargo, para quienes comparten su vida con uno o varios felinos, la verdadera odisea empieza mucho antes de que se imprima la tarjeta de embarque. Preparar un vuelo con gatos se convierte en un ejercicio de logística, empatía y paciencia que revela tanto sobre nuestros miedos como sobre nuestra voluntad de cuidarlos.

Desde la elección del transportín, que debe cumplir requisitos de tamaño, ventilación y seguridad impuestos por la aerolínea, hasta la familiarización del animal con ese pequeño espacio que se convertirá en su refugio aéreo, cada detalle cuenta. Se revisa la normativa, se consulta con el veterinario, se comprueban vacunas, microchips y certificados de salud, y se investiga hasta el cansancio qué aerolíneas son más “pet friendly” y qué aeropuertos ofrecen áreas de descanso para mascotas.

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Viaje en coche con tu gato

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“Pagaría los extras que hicieran falta solo por sentarme cerca de ellos”

Viaje. Durante los últimos días se ha viralizado la experiencia de una familia que decidió experimentar un vuelo transatlántico de ocho horas hasta París con unos gatitos llamados: Louie, todd, Elvis y Apollo. 

Enchanting oasis of tranquility

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Getty Images

Comportamiento ejemplar. Los felinos estuvieron relajados y durmiendo durante la mayor parte del viaje. Este vídeo desmonta el mito que afirma que los gatos son incapaces de comportarse en los viajes largos. 

Reacciones. La mayoría de los comentarios destacan el comportamiento de los gatos, que mostraron más educación y autocontrol que algunos pasajeros humanos: “Pagaría los extras que hicieran falta solo por sentarme cerca de ellos”, escribe una usuaria en los comentarios del vídeo. Otros destacan que los gatos están más educados que un niño. Finalmente, un tercer comentarios se sincera afirmando que sus gato serían incapaces de emular un viaje tan tranquilo: “Los míos se meterían hasta en la cabina del piloto y nos estrellaríamos todos”, escribe con un toque de humor. La escena reivindica que se puede viajar con animales si se hace desde el amor, la preparación y el respeto hacia el resto de viajeros. 

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