En la frenética y superpoblada Hong Kong, la vivienda es un lujo que pocos se pueden permitir en grandes dimensiones. Guillem Hugué, un joven de Barcelona, es la prueba viviente de ello. Su experiencia, que ha compartido a través de un vídeo en TikTok, no deja indiferente a nadie: reside en una habitación de apenas 5 metros cuadrados con la particularidad de que él mide 2 metros de altura.
Su relato, narrado con naturalidad y una actitud positiva, se ha viralizado por mostrar la cruda realidad de muchos habitantes de megaciudades y, sobre todo, por la inspiradora lección de adaptabilidad que transmite. “Al final, simplemente, hay que saber adaptarse a lo que hay”, sentencia Guillem al final de su tour virtual.

Edificio de apartamentos en Hong Kong
La entrada: primeros obstáculos y espacios compartidos
El tour por su microespacio antes de entrar en su habitación. Guillem muestra la residencia de 20 plantas en la que vive y, acto seguido, se topa con el “primer obstáculo”: el tendedero para la ropa, ubicado en el pasillo. Una de las claves para sobrevivir en esta experiencia es la convivencia. Explica que tiene la suerte de compartir piso con un compañero también catalán, con quien se lleva bien y con quien organiza el uso de las zonas comunes, como dos cajones y estanterías que dividen de forma equitativa (“yo tengo la de arriba”).

La entrada al apartamento
El cuarto de baño. Guillem lo muestra con pragmatismo: “La ducha es un poco pequeña, pero nos vamos acostumbrando”. En unas pocas tomas, se puede apreciar la compactibilidad del lugar, donde todo está al alcance de la mano y el aprovechamiento del espacio es máximo.

Guillem en el lavabo
El corazón del apartamento: la habitación de 5m²
Al acceder a su habitación, admite de inmediato que “no se cierra”. El desafío de vivir en 5 metros cuadrados se multiplica para alguien de su estatura. En este único ambiente, debe concentrar todas las facetas de su vida diaria:
- Zona de estudio y almacenaje: Una mesa, un armario con espejo y algo de espacio extra para guardar sus pertenencias.
- La “mininevera”: Un detalle que no pasó desapercibido. Su nevera miniaturizada tiene capacidad para “dos botellas de agua y un plátano”, un ejemplo perfecto de la escala a la que se vive.
- El gran desafío: la cama: Este es el punto crítico. La cama mide 1,85 metros de largo, 15 centímetros menos que su altura. Su solución es ingeniosa: duerme en diagonal, “así, y así”, para evitar topar con la ventana y unos cajones. Además, la cama es un canapé, lo que le proporciona un preciado espacio de almacenaje para prácticamente toda su ropa.
La filosofía de vida: adaptación y organización
Más allá de la anécdota y la curiosidad, el mensaje de Guillem Hugué es profundamente vitalista. Su vídeo no es una queja, sino una guía de supervivencia urbana. Él mismo enumera las claves para vivir en un espacio tan reducido:
- Saber adaptarse a lo que hay: Aceptar las circunstancias sin dramatismo.
- Ser extremadamente organizado: El orden no es una opción, es una necesidad para no saturar el espacio vital.
- Mantener una actitud positiva: La convivencia con su compañero y su tono desenfadado son prueba de ello.
Guillem Hugué ha demostrado que, incluso en las condiciones más limitadas, es posible encontrar un modo de vida funcional. Su historia en Hong Kong es un ejemplo de cómo los jóvenes españoles en el extranjero se enfrentan a retos diarios con ingenio y optimismo, una lección que resuena en una generación acostumbrada a maximizar los recursos allá donde va.