En un mundo obsesionado con los resultados rápidos, las dietas extremas suelen presentarse como soluciones milagrosas. Sin embargo, la evidencia científica insiste en lo contrario: no son necesarios planes restrictivos ni sacrificios desmedidos para mejorar la salud. Lo verdaderamente transformador son los pequeños cambios que, sostenidos en el tiempo, logran un impacto profundo y duradero.
Filippo Ongaro es médico especializado en longevidad. En una entrevista para Corriere della Sera ha hablado de la importancia de transformar los hábitos cotidianos hasta que resulten automáticos, dejando atrás la idea de que cuidarse supone disciplina o sacrificio.
Concepto de dieta y nutrición con alimentos saludables
El bienestar deja de ser un objetivo lejano para convertirse en parte de la normalidad
Introduce el movimiento diario. El experto recomienda empezar con algo sencillo como caminar diez minutos al día durante unas semanas. Este simple gesto genera satisfacción y permite avanzar de manera progresiva. Con el paso del tiempo el hábito se consolida y aporta beneficios en el sueño, la energía y el bienestar emocional.
Microcambios en la alimentación. Ongaro recomienda hacerlo de manera gradual porque los cambios bruscos suelen generar rechazo: “Nada de dietas drásticas, sino microcambios: empezar incluyendo verduras en cada comida”, recomienda. Por ejemplo podemos empezar sustituyendo los cereales refinados por integrales y combinar platos de verduras con proteínas.
Priorizar la proteína vegetal es básico para tener una dieta saludable en el envejecimiento
Descansa y toma buenas decisiones. Las elecciones difíciles se gestionan mejor por la mañana, cuando la menta no sufre fatiga de decisión. De este modo, resulta más sencillo cuidar lo que se come en el desayuno que en la cena, cuando el cuerpo busca energía rápida. La suma de rutinas firmes y sostenibles es clave para mejorar la salud y la calidad de vida con el paso de los años.
Colesterol y dieta
Reflexión. Este enfoque supone un cambio de paradigma: en lugar de asociar el autocuidado con la renuncia, se lo vincula con la construcción de un estilo de vida más amable y realista. En definitiva, cuando los hábitos saludables se integran en la vida diaria como algo espontáneo, el bienestar deja de ser un objetivo lejano para convertirse en parte de la normalidad.

