En una sociedad que premia la productividad constante, Luis Muiño, psicoterapeuta y divulgador en el podcast Entiende tu mente, lanza un mensaje disruptivo: reservar tiempo en la agenda para no hacer absolutamente nada.
“La gente me mira con cara rara, dicen: 'Jo, Luis, eres un friki, no me puedo creer que programas también no hacer nada'. Pero sí, lo hago. Me pongo ahí una hora, una hora y media, dos horas de vez en cuando, de no hacer nada”, explica Muiño.
El valor del “vacío fértil”
El experto señala que estos espacios de pausa, lejos de ser una pérdida de tiempo, son fundamentales para que la mente se recargue y florezca la creatividad. “Si poner no hacer nada, que es lo que yo hago, eso te asusta, llámale ‘vacío fértil’”, propone con humor.
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Incluso Molo Cebríán, el creador del podcast, bromea con normalizar esta práctica en el día a día: “No puedo ir al pádel esta noche, me encantaría, pero es que fíjate, tengo vacío fértil. Me toca”.
Descansando en el sofá
No hacer nada también es hacer algo. Muiño insiste en que estos momentos de desconexión consciente son tan necesarios como trabajar, socializar o hacer deporte. Permiten ordenar ideas, recuperar energía y abrir espacio a la creatividad: “Necesitamos esos momentos de no hacer nada para ser creativos, por ponernos un ejemplo”.
El psicólogo Luis Muíño, con Álex Fidalgo en 'Lo que tú digas'
Un antídoto contra la hiperproductividad. En un mundo en el que siempre hay algo pendiente, el psicoterapeuta invita a repensar la relación con el tiempo y aprender a detenerse. Para él, programar la pausa es tan importante como programar el trabajo.
