El papel del maestro ha evolucionado mucho más allá de ser un simple transmisor de conocimientos. Enseñar ya no consiste solo en repetir datos, sino en formar mentes críticas capaces de analizar, cuestionar y construir su propio pensamiento. Por eso, muchos defienden que la misión del docente incluye también educar en valores, empatía y convivencia, preparando a los alumnos no solo para aprobar exámenes, sino para vivir en sociedad. Sin embargo, esta visión plantea un dilema: ¿hasta qué punto debe el maestro asumir responsabilidades que también pertenecen a las familias o a la comunidad?
Danny López es profesor de Educación Infantil ya reflexionado sobre ello en uno de los vídeos más recientes de su canal de TikTok: “Educar y enseñar van de la mano, y en infantil lo hacemos cada día”, empieza diciendo.
Imagen de una escuela
Doble responsabilidad
Valores. El maestro afirma que hay valores como el respeto y la convivencia que no pueden desligarse de un tipo de enseñanza formal: “Solo enseño cuando le muestro cómo tratar al resto con empatía y respeto”, señala.
Gestión de las emociones. López defiende que acompañar a un niño en la gestión de sus emociones también es tarea educativa: “Cuando se cae y llora y le enseño a identificar y gestionar sus emociones, solo enseño, no, eso también es educar”, afirma defendiendo la labor de todos los docentes.
Un grupo de alumnos atiende a su profesora en clase
No sustituyen a las familias. La idea que defiende considera que los profesores forman parte de una tribu que educa a los niños, destacando la necesidad de un esfuerzo compartido: “Porque enseñar sin educar simplemente no existe”, termina diciendo.
Reflexión. La verdadera labor docente no se mide únicamente en resultados académicos, sino en la capacidad de guiar a cada niño para que descubra su potencial y aprenda a convivir, pensar y sentir de manera consciente.

