La inmediatez informativa ha generado la sensación de que debemos posicionarnos en todo momento: política, cultura, deportes, tendencias. No obstante, esta urgencia de opinar con rapidez muchas veces se traduce en juicios superficiales, en debates poco sólidos y en un ruido constante que eclipsa la reflexión pausada.
Laia Milanessi es una psicóloga que divulga información sobre cómo aprender a cuidar la salud mental. En uno de los vídeos más recientes de su canal de TikTok ha reflexionado sobre la necesidad de aprender que no siempre debemos tener una opinión.
discusión de pareja
“Nunca hay necesidad de alterarse o de inquietar tu alma por cosas que no puedes controlar”
No todo exige ser juzgado. La experta explica que el ser humano, por naturaleza social, busca la valoración de los demás, por ello siempre buscamos tener una opinión que apruebe el círculo social más cercano. Sin embargo se crean dificultades cuando esa necesidad se vuelve excesiva: “Existe un secreto para no enfadarte ni ofenderte: aprender a no tener siempre una opinión”, afirma.
Las personas intransigentes no respetan las opiniones ajenas y practican el conflicto, lo que puede acarrearles graves problemas en sus relaciones personales.
Paz de espíritu. Cuantos menos juicios damos, más dejamos que las cosas sean lo que son y, cuanto más dejamos de tomarnos todo como personal, más serenidad y claridad ganamos.
Estoicismo. Practicar el estoicismo puede ser algo determinante en varios de los aspectos del día a día: “Siempre tienes la opción de no tener opinión. Nunca hay necesidad de alterarse o de inquietar tu alma por cosas que no puedes controlar. Esas cosas no te piden que las juzgues. Déjalas en paz”, decía Marco Aurelio en 'Meditaciones'.
Acepta el curso natural de las cosas. No se trata de estar de acuerdo con todo, sino de elegir en qué merece la pena gastar nuestra energía. Conviene no dejarse llevare por el ritmo frenético de la corriente social y aprender a tomar un tiempo de reflexión antes de formarnos una opinión.

