Las peticiones caprichosas de los hijos son un desafío constante para los padres, que deben equilibrar afecto, límites y educación. Responder sin reflexión inmediata puede generar hábitos de exigencia y frustración, tanto en el niño como en el adulto. Expertos en desarrollo infantil coinciden en que la clave está en establecer límites claros, coherentes y consistentes, explicando las razones de las decisiones y fomentando la empatía.
El pediatra infantil Carlos González, en uno de los vídeos de su canal de TikTok, ha reflexionado sobre cómo podemos reaccionar a las caprichosas peticiones de nuestros hijos: “Una cosa es satisfacer los deseos de nuestros hijos de vez en cuando. Otra cosa es cubrirlos de cosas, que a veces, ni siquiera han pedido”, empieza diciendo.
Niño con rabieta
“Si le has estado acostumbrando a comprarle cosas y cosas, a lo mejor te va a ser difícil echarte para atrás”
La muerte del deseo. El experto explica que los efectos que tiene en nuestros hijos aceptar todas sus peticiones. “Mata el deseo, impide que las cosas adquieran un verdadera importancia”, explica. Cuando se satisface cada capricho, se pierde la oportunidad de enseñarles a valorar lo que reciben y a desarrollar paciencia, gratitud y criterio propio. Limitar los regalos no es privación, sino una herramienta para que aprendan a distinguir entre lo imprescindible y lo superfluo, otorgando significado real a cada obsequio.
Un niño muestra su enfado
Preocupación. Muchos padres se preguntan cómo deberían actuar ante esos hijos que piden, a menudo con llantos y rabietas: “Todo dependerá del carácter del niño y de lo que tenga por costumbre. Si le has estado acostumbrando a comprarle cosas y cosas, a lo mejor te va a ser difícil echarte para atrás”, advierte.
Sociedad de consumo. El experto abordó el impacto de la sociedad de consumo en la crianza actual: “Hoy los niños tienen diez pelotas, pero no consiguen desear ninguna. Llenarlos de cosas que ni siquiera han pedido impide que aprendan a valorar. Ceder no es perder autoridad. Cuando los padres lo hacemos, les mostramos que es posible adaptarse a los demás y priorizar el respeto mutuo”, aclaró.
Recomendación. Carlos González recomienda no ceder ante todo lo que pidan nuestros hijos y optar por darles muy pocas cosas. En su lugar, aboga por darles muy pocas concesiones, aquellas que realmente sean necesarias o educativas, transformando cada “no” en una oportunidad para enseñar límites, valores y autocontrol. Este enfoque no solo protege la estabilidad emocional del niño, sino que también permite a los padres guiar con coherencia y seguridad, construyendo una relación basada en respeto y confianza mutua.

