Jeff Koons confronta su arte al de Picasso en plena Alhambra

Exposición

El Museo Picasso Málaga lleva dos obras del malagueño y tres del artista estadounidense al patio y al Museo de Bellas Artes del palacio de Carlos V

Horizontal

Bernard Ruiz Picasso en el centro y pegado a él, a la izquierda, Jeff Koons, frente a su escultura de 'Las tres gracias' en el Palacio de Carlos V de la Alhambra 

Miguel Ángel Molina / EFE

Las tres gracias. Y una blanca mujer romana sin brazos. También un metálico guerrero hoplita. Y las raptadas sabinas, que en Roma intentan parar la guerra entre sabinos, de los que son hijas y hermanas, y romanos, de los que son esposas y madres. Una mirada al mundo clásico, pero reinterpretado por el arte de dos grandes maestros que compartían la pasión por la Antigüedad. Y todo en un contexto espectacular: la Alhambra, en concreto la fuerza renacentista del palacio de Carlos V y de su telúrico patio interior circular y columnado.  Es Reflejos. Picasso/Koons en la Alhambra, una propuesta que podrá visitarse en Granada hasta el próximo 16 de marzo y que reúne tres obras de Jeff Koons frente a dos de Picasso y también frente a obras maestras del Museo de Bellas Artes de Granada, situado dentro del palacio de Carlos V. 

Bernard Ruiz-Picasso y Jeff Koons junto a su escultura 'Gazing ball (Mujer de pie)', de 2014, dentro del Museo de Bellas Artes de Granada, sitiado en la planta superior del Palacio de Carlos V

Bernard Ruiz-Picasso y Jeff Koons junto a su escultura 'Gazing ball (Mujer de pie)', de 2014, dentro del Museo de Bellas Artes de Granada, situado en la planta superior del Palacio de Carlos V 

Museo Picasso Málaga

Un proyecto del Museo Picasso Málaga que dirige Miguel López-Remiro, la Consejería de Cultura andaluza y la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso que quiere llevar el arte de Picasso por las ciudades de Andalucía y que ha sido presentado por todo lo alto en el palacio de Carlos V con la presencia de un Jeff Koons (York, Pensilvania, 1955) fascinado por el edificio y algo místico.

 “La semilla de la idea -ha contado- viene de una conversación con Almine y Bernard. Y es tan especial poder estar aquí en la Alhambra y estar en diálogo con el trabajo de Picasso, poder tener mis Tres gracias más las de Picasso... Y además mi obra con la mujer romana de pie parte de una escultura que estaba en el estudio de Picasso. Y esas obras unidas a la cabeza de guerrero hecha por Pablo y a mi intervención en el cuadro de Las sabinas que creó Jacques-Louis David, y todo en diálogo con las obras del museo, lo contemplas sumado y da todo lo que podamos imaginar sobre lo que la historia del arte significa, lo que este momento significa y lo que nuestro futuro puede ser. Es pura metafísica”, ha subrayado Koons, el autor del popular Puppy del Guggenheim de Bilbao y que hace décadas protagonizó titulares también por su relación con la porno star y diputada Cicciolina.

Horizontal

Jeff Koons frente a “Gazing Ball (Mujer de pie)” y con 'Las tres gracias' de Picasso detrás 

JORGE GUERRERO / AFP

En la muestra de la Alhambra hay tres obras del mundo pop y minimalista de Koons: bajo las columnas del impactante patio del palacio de Carlos V están sus Tres gracias, en acero pulido brillante y coloreado, festivas, llenas de vida y por las que escala la naturaleza. Tres mujeres que contrastan con el gris y más melancólico cuadro de Las tres gracias de Picasso que está dentro del Museo de Bellas Artes en la planta superior. Y en esa espectacular sala inicial del museo, que traslada inmediatamente al mundo del Renacimiento,  hay una pieza de Koons que une al estadounidense y a Picasso: Gazing ball (Mujer de pie). Picasso arrastró toda su vida de estudio en estudio la copia en yeso de una escultura grecorromana del siglo II, una blanca Mujer de pie sin brazos que probablemente representaba a una de las Tres Gracias, una presencia espiritual para el malagueño que Koons ha reproducido añadiendo una de sus gazing balls, bolas que contemplan. Una bola azul de vidrio soplado a mano que es capaz de reflejar en ella toda la sala dentro, de incluir al espectador, mirándole, controlándolo todo como un Dios o una cámara de seguridad, reintegrando al visitante en la esfera del mundo, en el contexto en el que vive. 

Horizontal

Jeff Koons junto a la consejera de Cultura de Andalucía, Patricia del Pozo, observa su obra 'Gazing ball ('La intervención de las sabinas' de David)' 

Miguel Ángel Molina / EFE

Por último, más adelante y entre las bellísimas vírgenes y santos de Sánchez Cotán está la Cabeza con casco de Picasso de 1933, una escultura con un rostro con ojos de pelota de tenis y un enorme casco de guerrero hoplita de la Grecia clásica. Un guerrero de bronce, un metal útil para el arte y también para la guerra, situado justo frente a otra intervención de Koons en otra obra clásica repleta también de guerreros: Gazing ball ('La intervención de las sabinas' de David), en la que las mujeres sabinas, raptadas hace tiempo por los romanos, intentan parar la guerra de éstos con su pueblo de origen. Un cuadro de Jacques-Louis David de 1799 al que Koons ha clavado en la zona central otra de sus bolas que reflejan y concentran toda la sala dentro de ellas.

Horizontal

Jeff Koons observa 'Cabeza con casco' de Picasso en el interior del Museo de Bellas Artes de Granada 

miguel angel molina / EFE

“Picasso es un artista muy inspirador porque tiene tanta vitalidad y energía. Y a través del ejercicio de su propio potencial hay una generosidad que hace que todos podemos sentir el potencial de nuestras propias vidas. No creo que ningún artista en mi vida haya comunicado así la posibilidad de transcendernos, de que podemos continuar cambiando. Mi esposa está aquí y nuestra familia ha podido vivir en la intimidad con algunos de los trabajos de Picasso. Y ningún artista ha afectado a nuestra familia más. Las posibilidades que perciben nuestros hijos en su propia vida vienen de estar en la vecindad de su trabajo. Todavía cuando tenía 80 y 90 años Picasso era capaz aún de mostrarnos que podemos continuar cambiando y trascender”, ha señalado Koons. 

Y ha hablado de su fascinación por la Alhambra y por el palacio de Carlos V. “Si miras el palacio en el que estamos, si miras la Alhambra, fue el centro del poder del mundo. La belleza y el cambio son parte de la vida. Y es una de las cosas que estamos celebrando. Nunca he tenido un momento de mayor alegría que entrar al patio y experimentar esta arquitectura, porque nunca he sentido otra arquitectura antes que pudiera canalizar toda la energía del universo y poder ver mi trabajo artístico dentro de ese contexto. Ayer por la noche hicimos una pequeña visita, y fue muy conmovedor, celestial en todos los sentidos. Estoy muy agradecido a todo el mundo que se ha involucrado en este proyecto”.

Horizontal

El artista estadounidense Jeff Koons, a su llegada a la exposición 'Reflejos. Picasso/Koons en la Alhambra' 

Miguel Ángel Molina / EFE

Bernard Ruiz-Picasso, nieto del pintor, quiso leer un texto de su abuelo: “Con frecuencia, me piden que explique la evolución de mi pintura. Para mí, no hay en el arte ni pasado ni futuro. Si una obra de arte no puede vivir siempre en el presente, no se la debe tomar en consideración. El arte de los griegos, de los egipcios, de los grandes pintores que vivieron en otros tiempos, no es arte del pasado. Quizá esté hoy más vivo que en ninguna otra época”. 

Y también leyó otro texto del propio Jeff Koons: “Las esculturas romanas representan para mí la información más vital que como seres humanos necesitamos para vivir nuestra vida en plenitud. En esas esculturas el ser humano es más que humano, los dioses encarnan ideas grandes y mirándolos siento dentro de tu cuerpo lo que es ser Hércules. A mi me encanta ese empuje y esa fantasía de ser todo lo que podemos ser como individuos y como sociedad. Es muy estimulante y amplia los parámetros de lo que nuestras vidas pueden ser. Yo quiero que mi vida sea tan vasta como era su percepción de lo que podía ser la vida”.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...