Por duodécimo año consecutivo, organizado por la sección de Edición, la redacción de La Vanguardia ha votado la palabra del año, teniendo en cuenta posibles diferencias entre las lenguas castellana y catalana. No se trata de encontrar un neologismo atractivo, sino de escoger una palabra, nueva o vieja, que resuma desde el punto de vista informativo una de las noticias principales y más significativas del año que termina.
Sin embargo, este 2024 la palabra ganadora en las dos lenguas ha sido dana , las siglas lexicalizadas de depresión aislada en niveles altos. La tragedia que vive València a causa de la dana que afectó a una amplia zona central de un modo nunca visto aquí en los últimos decenios ha sido la razón principal para que los redactores la hayan escogido como palabra informativamente más relevante del año 2024.
Las más votadas
- dana
- genocidio
- alquiler
- sequía
- woke
Como buena sigla, habría que escribirla con mayúsculas, DANA, pero es sabido que las siglas que son de fácil lectura, es decir, que son un acrónimo, si tienen un uso general elevado entre los hablantes, acaban lexicalizándose y entrando en los diccionarios como una palabra más.
Históricamente, es el caso de otras siglas lexicalizadas como radar ( radio detecting and ranging ), ovni (objeto volador no identificado), láser ( light amplification by stimulated emissions of radiation ), pyme (pequeña y mediana empresa) o sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
En una primera fase, alguien propuso votar ‘El Ventorro’, el restaurante donde estaba Mazón
Por ello, a raíz de la popularización del nombre de este fenómeno meteorológico a causa de todo lo que ha comportado, comporta y comportará en las zonas afectadas, la Academia de la Lengua Española (RAE) ya la incluyó como nombre común en la actualización anual de su diccionario, que anunció a principios de diciembre. En catalán, fue una de las propuestas para neologismo del año (UPF y IEC) y, como también ganó la votación, pasa automáticamente a la Secció Filològica, para que estudie su inclusión en el DIEC.
En todo caso, vista la magnitud del fenómeno y sus consecuencias, la sección de Edición de La Vanguardia enseguida decidió aplicar la lexicalización en las dos lenguas, porque es evidente que de esta dana y de otras danas que vendrán se hablará mucho. La palabra es un buen ejemplo de sintetización de la tragedia valenciana. En una primera fase, algún votante propuso como palabra del año El Ventorro , el nombre del restaurante donde estaba desaparecido el presidente Carlos Mazón. Hay que reconocer que habría sido la manera de centrar los hechos en la incompetencia política, sin perder el sentido del humor.
GENOCIDIO. Consecuencias de los bombardeos israelíes en la ciudad de Gaza
Relacionado con los fenómenos meteorológicos y la emergencia climática, expresión que fue escogida en castellano en el 2019, encontramos en la cuarta posición de la lista la palabra sequía , tanto en castellano como en catalán. Este año se da la circunstancia de que las dos listas son prácticamente calcadas, no ha aparecido ninguna palabra significativamente asociada a una de las dos lenguas. Con las lluvias de verano y otoño, la posibilidad de restricciones de agua ha quedado aparcada de momento, pero la sequía es una realidad cíclica y persistente, por no decir pertinaz, que hay que abordar de cara a futuros episodios.
La segunda posición la ocupa la palabra genocidio , que sintetiza con bastante precisión lo que está sucediendo en la franja de Gaza con la población palestina por parte del ejército de Israel. Poner nombre a las cosas es un paso importante que ayuda a encontrar el remedio. Ya lo veremos, porque Ucrania fue una de las palabras del 2022, y en el país europeo se ha movido muy poca cosa.
En quinta posición entra ‘woke’, la corriente que denuncia las formas de injusticia y discriminación
En tercera posición se ha colocado la palabra alquiler. Con el lema “Un alquiler digno”, las movilizaciones para la contención del precio de los alquileres de la vivienda son cada vez más numerosas, y denotan una de las principales preocupaciones de buena parte de la población. Los jóvenes, y los no tan jóvenes, se ven obligados a destinar una parte muy elevada de sus sueldos precarios a pagar el coste de un piso, cuando se trata de un derecho que, en principio, la Constitución debería garantizar. La multitudinaria manifestación del 23 de noviembre aún no ha dado frutos significativos.
En la quinta posición de esta lista corta aparece woke , palabra inglesa que ha adquirido sentido internacional. Aún no figura en ninguno de los diccionarios de referencia, pero el Termcat la recoge con esta definición: “Relativo o perteneciente a una corriente de pensamiento que denuncia todas las formas de injusticia y de discriminación que sufren las minorías étnicas, sexuales o religiosas”.
También explica su origen: “La forma woke nació ligada al movimiento afroamericano por los derechos civiles con el eslogan ‘ Stay woke’, literalmente ‘ Mantente despierto’”. A pesar de su vinculación con Estados Unidos, es evidente que hay minorías discriminadas en todas partes, y que la palabra puede hacer fortuna en otros ámbitos de reivindicación social y cultural.
ALQUILER. Manifestación por una vivienda digna
Otras palabras que aparecen en posiciones posteriores son trumpismo , en clara referencia al ganador de las elecciones de EE.UU.; dron , ese aparato volador que ha desarrollado muchas aplicaciones bélicas; polarización , un fenómeno cada vez más presente en la política occidental, y no solo en el país de la Tia Molly, y fango , una de las palabras destacadas del discurso del presidente Pedro Sánchez cuando reapareció después de cinco días de reflexión, palabra que bien podría entroncar con la dana valenciana.
Aunque monstruo recibió algunos votos, no era una palabra suficientemente significativa para señalar el caso Pelicot, difícil de sintetizar en un solo vocablo o expresión, a pesar de ser una de las noticias más espeluznantes de este 2024, porque quizá consiga que “la vergüenza cambie de bando”.
Entre cerebros podridos y mocosos
Las palabras de otros medios y diccionarios
La dana también ha sido la palabra del año en castellano escogida por la Fundéu-RAE, que se ha impuesto holgadamente en una lista de doce palabras: alucinación, fango, gordofobia, inquiokupa, mena, micropiso, narcolancha, pellet, reduflación, turistificación, woke. Se da la circunstancia de que esta fundación de la lengua española ya propuso dana en la lista de palabras del 2019, pero aún no era una palabra muy presente en el lenguaje general.
El neologismo del año en catalán, que se propone por votación popular desde el Observatori de Neologia de la Universitat Pompeu Fabra, con la colaboración del Institut d’Estudis Catalans, también ha sido dana. Así pues, el IEC tendrá que estudiar si incluye en el Diccionari de la llengua catalana (DIEC) esta nueva palabra proveniente de unas siglas. Más de 10.000 personas han participado en esta votación, en la que no-binari no-binària es la que ha quedado segunda, y cancel·lar, la tercera. Las propuestas de la lista se completaban con otras palabras, como el fármaco fentanil, la teoría filosófica presentisme y la expresión que se utiliza en algunos comercios y locales hora tranquil·la.
En el extranjero, la dana no ha tenido la misma repercusión que en España y por ello las palabras escogidas van por otro lado. Para los diccionarios de Oxford, la expresión del año es brain rot, que literalmente significa podredumbre del cerebro o podredumbre mental, y que podríamos traducir como cerebro podrido. Hace referencia al fenómeno de consumir un exceso de contenidos de poco valor en las redes sociales. Un ejemplo ilustrativo: “Con tantas horas mirando chorradas, tengo el cerebro podrido”.
Cambridge, en cambio, ha votado el verbo to manifest (manifestarse), que se consultó 130.000 veces en su diccionario en línea. La palabra ha adquirido un nuevo significado en inglés, que ilustran así: “Cuando intérpretes famosos, atletas estrella y empresarios influyentes afirman que han conseguido algo porque lo manifestaron, están utilizando este verbo en un sentido más reciente: utilizar prácticas específicas para centrar tu mente en algo que quieres, intentar que se convierta en una realidad”. Y añaden: “En el 2024, el verbo to manifest pasó de utilizarse principalmente en la comunidad de autoayuda y en las redes sociales a ser mencionado ampliamente en los medios de comunicación convencionales”.
Para los diccionarios Collins, la palabra del año ha sido brat, que en sentido recto significa mocoso o mocosa, pero que precisamente ha adquirido un nuevo sentido. Los de Collins lo definen así: “Caracterizado por una actitud confiada, independiente y hedonista”. Esta nueva acepción se inspira en el disco homónimo de Charli XCX, que ha quedado tercero en la clasificación musical de La Vanguardia: “Más que un álbum de gran éxito, brat es un fenómeno cultural que ha resonado en todo el mundo y el brat summer se consolidó como una estética y una forma de vida”, que se podría concretar en vivir sin ataduras y desafiando las convenciones.
Y la palabra de Merriam-Webster, polarización, también aparecía entre las finalistas de otras listas, como la de La Vanguardia. Esta es la definición del diccionario estadounidense: “División en dos bandos claramente diferenciados; especialmente, cuando las opiniones, las creencias o los intereses de un grupo o sociedad ya no siguen una gradación, sino que se concentran en extremos opuestos”. El diccionario lo explica como un síntoma claro de lo acontecido en la política de Estados Unidos. Y lo ilustra con ejemplos como este: “Las elecciones presidenciales han dejado al país más polarizado que nunca”.
