El personaje de Leela de Futurama , la serie de dibujos animados de Matt Groening, me ha parecido siempre muy sexy. Tiene un solo ojo, porque es hija de una familia de mutantes que viven en subsuelo de la ciudad. Pero es un ojo enorme, con una pestaña rizada seductora. Como consecuencia de la contaminación nuclear luce una melena violeta. Es una chica guerrera, piloto de la agencia de transportes estelares. Y aunque está enamorada del lechuguino Fry, en uno de los episodios tiene un desliz con el chulo Zapp Branigan, a quien detesta. Groening y su equipo retratan muy bien las circunstancias imprevisibles que están en el origen de muchas parejas sexuales.

Leela, el personaje sexy de 'Futurama'
Este último año he estado trabajando en una exposición y un libro sobre la faceta de dibujante del escritor Pere Calders y uno de los descubrimientos más divertidos han sido los cíclopes que dibujó en los años treinta y que son un precedente inesperado de la Leela de Groening. Calders fue un dibujante extraordinario en una triple faceta de publicista, ilustrador y humorista gráfico. Tenía una imaginación desbordante y era muy versátil. Sus personajes adoptan diferentes apariencias. No todos los ojos de los personajes de Calders son iguales. A veces son puntitos, como los de la Olivia de Popeye de E. C. Segar que en los años treinta era un referente estrepitoso. Pero otras veces dibuja ojos como almendras o como un huevo duro partido por la mitad. Cuando esboza la caricatura de Hitler traza un gran óvalo con la pupila sin expresión, de alucinado. Franco abre los ojos bobalicones, con unas pestañas de vedette de mírame y no me toques. En uno de sus chistes de guerra, Calders dibuja a un tipo con un abrigo negro que está hablando con una pareja. Les dice que se está preparando un gran ataque contra Catalunya. El otro señor replica que es por el ataque de nervios por el fracaso del asedio de Madrid. Ella tiene un ojo enorme, que ocupa a lo largo toda la parte izquierda de la cara, con una pestaña de fantasía, sobre una boquita de piñón. Es una manera de expresar la sorpresa alucinante que provocan las cosas más tontas en una época en la que no existen valores seguros. Pero es también una soberbia demostración de libertad creativa. “¿Por qué los personajes de historieta tienen que tener dos ojos? Pues a esta señora le pongo solo uno.” Que no fue casualidad, lo demuestran los dibujos que Calders realizó a bordo del vapor Mexique que le llevó al exilio a finales de 1939. En una viñeta que representa a un grupo de refugiados en la cubierta del barco, vuelven a aparecer hombres y mujeres cíclopes. En esta ocasión los ojos ocupan la cara de lado a lado, como los del personaje de la Leela de Matt Groening. Son los psicóticos de las colas que esperan ansiosos el rancho de a bordo.
El personaje de Leela de ‘Futurama’ de Matt Groening, siempre me ha parecido muy sexy
Aunque los chistes de Calders no tratan específicamente del tema, introducen la idea de que la historia del siglo XX comporta un shock que nos convierte a todos en mutantes. Que grande.