Los españoles del cómic explican por qué publican en Francia para vivir de la historieta

La gran cita del mundo de las viñetas

'La Vanguardia' habla con algunos de los autores que estos días visitan el festival de Angulema

Visitors look at children's books during the 52nd Angouleme International Comics Festival in Angouleme, on January 31, 2025. (Photo by ROMAIN PERROCHEAU / AFP)

Visitantes del festival en la sección de cómic infantil

ROMAIN PERROCHEAU / AFP

Las cifras dibujan el panorama, pero los detalles acaban perfilando la realidad. El sector del cómic publica más de 4.600 novedades al año y factura 130 millones de euros. Esto representa un 7% de la edición en España. Se entiende pues que se use la palabra auge para hablar del cómic español, especialmente estos días en los que España es el país invitado al festival del cómic de Angulema, el más importante del mundo. En efecto, hay un auge creativo, pero más allá de eso, también son muchos los dibujantes y guionistas que optan por publicar sus obras primero en el mercado francés y luego, si acaso, llegan al mercado español como si de una obra extranjera se tratara. La Vanguardia ha hablado con algunos de los autores que estos días visitan Angulema.

Borja González se dio a conocer con The Black Holes, editado en Francia por la editorial Dargaud, y tiene claros los motivos que llevan a un autor español a publicar fuera: “Es una cuestión netamente económica; normalmente, con una editorial trabajas con adelantos y en Francia los adelantos son mucho más altos y te permiten dedicarte al cómic”. Estos adelantos son un pago por los derechos de autor y se calculan en base a la previsión de ventas.

“Si quieres dedicarte solo al cómic, hay que venir aquí, a Francia”, explica el guionista Salva Rubio

El guionista Salva Rubio, autor de Monet, nómada de la luz, con dibujos de Ricard Efa, lo confirma: “Publicar antes en Francia te permite profesionalizarte. Los precios que se pagan en España no te permiten vivir. Si tienes otros trabajos además del cómic, es una opción laboral factible, pero si quieres dedicarte solo al cómic, hay que venir aquí, a Francia. Incluso puedes hacer una carrera en géneros que en nuestro país no venden tanto. Es un mundo aparte”.

Sobre la imagen idealizada del mercado francés, González puntualiza: “También hay que decir que son contratos mucho más enrevesados e incluso draconianos”. El dibujante explica que, con el tiempo, puede que ya no sea necesario publicar primero en Francia, como le ha ocurrido a él: “Publiqué varios cómics allí pero ahora, con los libros que ya he hecho y tras ganar el premio Nacional de Cómic, he podido volver a trabajar para España con unos adelantos más justos”.

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Pedestrians walk past the bronze bust of Belgian cartoonist Herge made by the Chinese sculptor Tchang Tchong-Jen during the 52nd Angouleme International Comics Festival in Angouleme, on January 30, 2025. (Photo by ROMAIN PERROCHEAU / AFP) / RESTRICTED TO EDITORIAL USE - MANDATORY MENTION OF THE ARTIST UPON PUBLICATION - TO ILLUSTRATE THE EVENT AS SPECIFIED IN THE CAPTION

Una variante de esta situación es la que explica Antonio Altarriba, guionista y también premio Nacional de Cómic, que trabaja con dibujantes como Keko o Sergio García en álbumes como Contrition o El cielo en la cabeza: “Nosotros firmamos un contrato con Denoël, que es nuestra editorial francesa y a la que cedemos los derechos de todo el mundo salvo los del territorio hispano; entonces, los derechos de España y países latinoamericanos los cedemos, en otro contrato, a una editorial española. En estos casos, las editoriales suelen trabajar conjuntamente ideas como el diseño de la portada o el formato del libro, y eso ayuda a reducir costes. Pero son dos contratos.”

Altarriba lamenta que esta situación no siempre se entienda: “A veces te dan un premio en España por una de esas obras y alguien se queja porque lo considera un libro francés. Pues no, si miran el contrato verán que no es así. Además, hay que recordar que una obra es propiedad irrenunciable del autor, no del editor. O sea que para mí, esta polémica con los premios a obras de autores españoles publicadas primero en Francia es absurda”.

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