De Stanislavski, la Gran Enciclopèdia Catalana dice: “Cada pieza era leída y discutida por todos y cada escena era cuidadosamente preparada, y los ensayos se convertían en verdaderas clases de arte dramático. La obra, para él, es un conjunto orgánico formado por la voluntad estructuradora del director y nada queda desvinculado. El actor tiene que evitar la afectación no motivada. La lucha contra el divismo y la educación de los actores y del público son otros elementos de su sistema”.
El método Stanislavski hizo furor en el siglo XX en las artes escénicas, donde se aplicaban punto por punto las teorías del mítico director ruso. El actor Quim Àvila ya ha demostrado su profesionalidad en el escenario, últimamente haciendo ni más ni menos que de caballero Tirant en la adaptación teatral de Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell, que Màrius Serra ha adaptado para la escena.
Los hermanos Agüir supervisan las prácticas que el actor está haciendo este febrero en su restaurante
Pero la vida del actor es una montaña rusa de papeles y emociones, y si hoy eres un caballero cristiano, al día siguiente eres un camarero de un restaurante del Raval de Barcelona, en la serie Ravalear, que están preparando Pol Rodríguez e Isaki Lacuesta para Max. Precisamente, en el 2013, saltó la noticia de que el actor Àlex Casanovas tenía que trabajar de camarero para poder pagar las facturas: “Cuando no tienes trabajo y te sale uno, lo coges”, declaró entonces el actual presidente de la Associació de Professionals de la Interpretació i la Direcció de Catalunya ( AADPC).
Quim Àvila, en cambio, aunque como la mayoría de los actores y las actrices no tiene un trabajo continuado y se ha tenido que buscar la vida como la mayoría, no había trabajado nunca de camarero y ahora, para la serie que pasa en el restaurante Can Mosques de la calle de la Cera, el nombre antiguo de Can Lluís, ha tenido que hacer prácticas de camarero. “En la sala estaremos Francesc Orella y yo, padre e hijo”, declara el actor mientras sirve un espectacular arroz con sepia, almejas, ajos tiernos y alcachofas a Màrius Serra, que ha ido a comer expresamente al restaurante El Racó de l’Agüir para ver en acción a su Tirant.
La especulación inmobiliaria obligó a los padres de Pol Rodríguez a cerrar el establecimiento
El arroz lo ha cocinado Ferran Agüir, que está al frente de la cocina de este restaurante familiar del barrio de Sant Antoni. El jefe de sala es su hermano, Ivan, que supervisa constantemente el trabajo del estudiante en prácticas porque que el actor lo haga bien en la serie también será una cuestión familiar: los Agüir son primos hermanos de Pol Rodríguez, y sobrinos de Ferran y Julia, el matrimonio que regentaba el restaurante Can Lluís hasta que la especulación inmobiliaria los obligó a cerrar. Y de eso, pero de muchas más cosas, es de lo que va la serie.
“ Ivan es de los mejores jefes que he tenido, está controlando todo el rato la sala en 360º. Pero también de los más meticulosos, porque tiene una manera de hacer muy cuidada, que se agradece, porque realmente es lo que se supone que mi personaje tiene que ser”, explica Àvila, que considera que el trabajo es “como una coreografía”: “El segundo día que trabajé aquí, hubo un momento en el que decidí cambiar un vaso. Pasaba por detrás de Sergi, que es el que está en la barra, él se giró y el vaso fue al suelo. Todos los compañeros celebraron que rompiera el primer vaso y la gran frase de Sergi fue: ‘Tranquilo: quien trabaja con cristal, rompe cristal’, para que no sufriera. Entonces Sergi agarró la escoba, porque yo en aquel momento no sabía todavía dónde la guardaban, y después me puse a montar y desmontar mesas hasta que Nardy, otro camarero, me dijo que no hiciera tantas cosas, que le quitaría el trabajo”.
“‘Tranquilo: quien trabaja con cristal, rompe cristal’, me dijo un compañero cuando rompí el primer vaso”
Ruth añade: “ Quim es mejor como compañero que como camarero, pero lo que tiene de bueno es que se fija, está muy atento. Yo le digo que, si quiere aprender, que se fije en mí, que yo también he roto muchos vasos, pero ahora soy la máster”. El actor confiesa que lo que le cuesta más es poner bien los cubiertos. “En casa, cuando vienen amigos a tomar algo, me he comprado una plata y un juego de café y también hago prácticas sirviéndoles”. Cuando retira los platos de los postres, coge uno con la mano izquierda y el otro lo pone encima del antebrazo: “Ai si la barqueta es tomba”, dice riendo.
A pesar del ambiente distendido, Quim Àvila quiere hacer dos puntualizaciones: “Quiero decir que yo soy un privilegiado porque es verdad que estoy haciendo prácticas en un restaurante, pero es porque tengo un proyecto. Muchas veces pasa al revés: los actores tenemos que acabar haciendo muchos trabajos, como trabajar de camareros, que todos mis compañeros lo han hecho y yo debo ser el único que no, precisamente para sobrevivir, porque no siempre se tiene tanto trabajo cuando haces de actor”. Y la segunda: “También hay que decir que hacer de camarero se ve como un trabajo de paso y, en cambio, es un oficio importante que se está perdiendo. Cada vez hay menos camareros con experiencia”.
Pol Rodríguez devuelve el golpe empuñando la cámara
Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez han recibido el Goya y el Gaudí a la mejor dirección por Segundo premio, su última película, centrada en el grupo musical Los Planetas. Ahora han emprendido otro proyecto, invirtiendo el orden de sus nombres, porque Pol Rodríguez tiene mucho que decir y por ello también consta como creador. Se trata de la serie Ravalear, que rodarán para la plataforma Max, que parte del restaurante que sus padres regentaban en el Raval. Se trata ni más ni menos que del mítico Can Lluís, que tuvo que cerrar por culpa de la especulación inmobiliaria.
“Después de haber crecido en el mundo del cine y de vivir la historia personal de nuestro restaurante familiar –cuenta Rodríguez–, todo ello me hace querer explicar al mundo lo que está pasando en Barcelona, y en muchas ciudades del mundo, de la única forma que sé: a través de la cámara. Esta es mi terapia. Quiero mostrar la cara oculta de Barcelona. Una historia actual que refleja verazmente algunos de los grandes conflictos de nuestra sociedad, pero al mismo tiempo quiero que Ravalear sea una historia cercana y cálida, llena de lucha y rebeldía”.
“Pero no quiero regodearme en el drama –avisa el codirector–, quiero explicar este conflicto social a través de un thriller lleno de suspense, donde la tensión va en aumento, poco a poco, hasta llevar a los protagonistas a la asfixia. Una asfixia que les obligará a reaccionar y a devolver el golpe”.
Además de Quim Àvila, la serie ya tiene confirmado un grupo de intérpretes de primer orden, como Sergi López, María Rodríguez Soto, Enric Auquer, Francesc Orella, Alba Guilera, Lluïsa Castell y Noor Ul Huda.
En la web de la serie, Isaki Lacuesta concluye: “Como director, y como excomensal del restaurante Can Lluís, es un estímulo enorme acompañar a Pol por su Raval, en este thriller criminal que ha imaginado con tanta intensidad como si lo hubiera vivido”.