El boom de las escuelas de libreros

Un negocio para profesionales apasionados

Universidades y librerías ofrecen cursos especializados para un oficio en alza

Una constante de altas y bajas en toda Catalunya

Versió en català, aquí

Archivo

Xavier Vidal, exalumno del posgrado en Librería de la UB, en la NoLlegiu Mediterrània de Palafrugell, que abrió en el 2023

Pere Duran / NORD MEDIA

Una de las librerías más espectaculares de Francia se esconde detrás de un centro comercial de Montigny le Bretonneux, una población de 35.000 habitantes a media hora en tren de París. Con sus 750 metros cuadrados iluminados por el sol que entra a través de dos estructuras cilíndricas, rosetones góticos de diseño postindustrial, Le Pavé du Canal acaba de cumplir 35 años como referente cultural de la periferia.

La visito un sábado por la tarde y está llena de clientes en busca de regalos navideños. “Hemos demostrado que se puede construir un proyecto cultural sólido fuera de la capital”, me dice su gerente, Laurent Garin.

Aunque a las estrellas de la literatura francesa les cueste salirse del circuito de librerías centrales, que monopolizan las presentaciones de los premios Goncourt o Femina por todo el país, Le Pavé du Canal alimenta una abultada agenda de eventos semanales. Y da acceso a las novedades editoriales y a los títulos de fondo a un público lector fiel, que no desea desplazarse a la capital para saciar su curiosidad u ocupar su ocio.

“Un librero es como un pulpo, debe tener muchos tentáculos”, afirma Garin, gerente de Le Pavé du Canal

“Un librero es como un pulpo, debe tener muchos tentáculos”, afirma Garin, que también es el presidente de la École de la Librairie, una institución que educa en los oficios libreros. Por eso han publicado el libro Le poulpe et l’abeille. Un abécédaire de la librairie, que habla de la profesión a partir de la metáfora de cefalópodo multitarea y de la abeja que construye en colaboración la colmena. Una librera es una lectora generosa de libros y de psicologías, una animadora cultural, una usuaria informática competente, una trabajadora tanto espiritual como técnica, que forma parte de un equipo, de un proyecto colectivo. Una pulpa y una obrera.

Son muchas las personas que quieren ser libreras. Aunque la escuela se fundó en 1971 y ya brindaba certificados oficiales de formación profesional en el 2017, el fenómeno explotó después de la pandemia, cuando mucha gente se planteó en serio cambiar de vida. “En estos últimos años, en Francia hay más librerías que abren de las que cierran”, dice Garin, “de modo que ofrecemos un curso de 70 horas teóricas y 70 prácticas para reconversión profesional, además del de 175 teóricas y 140 prácticas para asumir un traspaso o abrir un nuevo negocio”. Muchos alumnos llegan con una visión romántica. Y son fieles a ella: “Es un oficio en alza, pese a que las librerías realmente no dan beneficios, como máximo permiten alcanzar un sueldo decente”.

Lee también

La sede de la escuela también se encuentra a las afueras de París: en Maisons-Alfort no solo están las aulas, sino también La Ruche, una auténtica librería con más de 9.000 títulos en dos plantas, pero gestionada por los alumnos en prácticas, que nació en el 2020 por el empuje económico del boom de vocaciones. Como Le Pavé du Canal, su existencia es ejemplar y pedagógica: muestra a decenas o centenares de personas, cada día, que las librerías deben estar en todas partes, ser un servicio próximo y ciudadano.

La directora actual de la escuela es Caroline Meneghetti, quien afirma que La Ruche “ha dado un nuevo impulso al proyecto, por el que pasan más de mil alumnos cada año”. Si tuviera que destacar a uno solo de ellos tal vez sería Simon Payen, quien tras convertirse “en un superlibrero y en profesor de nuestro claustro” se ha decidido a abrir su propia librería, La Vie Immédiate, que se inaugura el próximo mes de marzo en Charenton-le-Pont, por supuesto a las afueras (de París).

Agustí: “De entre los casi 300 titulados, hay libreros en librerías ya existentes y otros con proyecto propio”

Como la conciencia de la importancia cultural de las librerías, las escuelas de libreros son un fenómeno del cambio del siglo XX al XXI. En el 2006 nació la Scuola Librai Italiani, con sede en Roma; pero en la cuna del humanismo ya existía la Scuola per Librai Umberto e Elisabetta Mauri, que desde 1983 reflexiona sobre “la posibilidad del libro”, es decir, sobre su historia, sus metamorfosis y la potencia de su porvenir.

En Estados Unidos, entre otras instituciones, la Professional Booksellers School ofrece también sistemáticamente cursos. Es sabido que Jeff Bezos hizo uno de cuatro días de la American Bookseller Association antes de fundar Amazon.

La UNED ofrece un curso de creación y gestión, y el Ministerio de Cultura, formación digital a través de Parix

En Catalunya las iniciativas son más recientes. Hace doce años que se creó en la Universitat de Barcelona el diploma de posgrado en Librería, con apoyo de Indústries Culturals y del Gremi de Llibreters. Nació con la voluntad de formar libreros catalanes, pero –como dice su director, el profesor Lluís Agustí– “entre los casi 300 titulados, la mitad de los cuales trabajan en librerías, no hay solo libreros que se incorporaron a librerías ya existentes, también hay quienes iniciaron un proyecto propio, de nosotros nacieron Nollegiu, Pebre Negre o Sendak, por citar tres librerías de gran calidad, además de otras en el resto del Estado español, e incluso de Italia”. Así, su magisterio se ha ido volviendo nacional e internacional.

El programa de la UB no está solo en España ni en Iberoamérica. La Universidad Nacional de Educación a Distancia ofrece el curso Creación y Gestión de Librerías, y el Ministerio de Cultura y Deporte impulsó en el 2023 la formación digital para libreros a través de su propia escuela, llamada Parix.

Escuela Nacional de Librerías es el nombre del proyecto de formación del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes colombiano, en colaboración con la Biblioteca Nacional de Colombia y la Asociación Colombiana de Libreros Independientes. También la Cámara Argentina del Libro potencia los cursos en línea, para que accedan a las herramientas y las capacitaciones necesarias los profesionales de todos los puntos del país, y no solo los de Buenos Aires. Porque las librerías pertenecen naturalmente tanto al centro como a todas las orillas.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...