Poveda y Serrat rinden homenaje a García Lorca en el hotel Majestic

Homenaje

Una placa recuerda el paso del poeta y dramaturgo por el establecimiento barcelonés en 1935

Las fotos inéditas de Federico García Lorca en el homenaje en el hotel Majestic en 1935

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Víctor Fernández, Alberto Conejero, Joan Manuel Serrat y Miguel Poveda, junto a la placa que ya cuelga en el hotel, en diálogo con la que se dedicó a Machado

Àlex Garcia

Desde hoy mismo, una placa recuerda la estancia de Federico García Lorca entre septiembre y diciembre de 1935, en el hotel Majestic de Barcelona, donde entre otras cosas la intelectualidad catalana de la época le rindió un homenaje con intervenciones de Joaquim Ventalló, Cipriano Rivas Cherif y Carles Soldevila, pero al que hubo adhesiones como la de la peña Borralleras del Ateneu Barcelonès, pues la figura del poeta y dramaturgo granadino tuvo en la ciudad mucho predicamento –el también poeta y dramaturgo y entonces jovencísimo Josep Palau i Fabre lo entrevistó ese mismo año, aunque en Badalona, en casa de Margarida Xirgu–.

Ha sido una iniciativa del cantante Miguel Poveda, que desde su Centro Cultural Federico en Granada promueve el conocimiento de Federico García Lorca y los lugares importantes por donde pasó. Poveda recordó que este año se cumplen 100 desde la primera visita de Lorca a Catalunya, pasando por la capital catalana para ir a Figueres y Cadaqués con Dalí, y volvió aquí en 1927, primero, y luego ya en 1935, cuando se hospedó en el hotel, y echada en falta alguna señal que lo recordara.

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Joan Manuel Serrat y Miguel Poveda, cómplices lorquianos

Alejandro Garcia / EFE

El periodista Víctor Fernández –contento de que la placa lorquiana dialogue con la que homenajea el paso de Machado por el establecimiento en 1938–, lo ha definido como “un acto de justicia poética, porque aquí vivió, escribió y amó”, y ha recordado también la proximidad en el paseo de Gràcia de las Galeries Dalmau, donde el verano de 1927 Lorca hizo la primera y única exposición de sus dibujos, con el apoyo de entre otros de Dalí, J. V. Foix, Rafael Barradas o Sebastià Gasch. Fernández también ha contado que en el hotel escribió con total seguridad el poema epitafio que más tarde leería ante la tumba de Isaac Albéniz en Montjuïc, pues se ha descubierto un borrador con el membrete del Majestic.

El dramaturgo Alberto Conejero ha asegurado que Barcelona es capital lorquiana junto a Madrid y Buenos Aires, pues está en el origen y el final del teatro lorquiano, pues aquí se estrenaron Mariana Pineda, que inició su auge dramático, y Doña Rosita la soltera, su última obra, pero también estrenó Bodas de sangre tal como la había concebido, con tal éxito que en alguna ocasión tenía que salir a saludar entre acto y acto, e incluso dedicó una de las representaciones de Doña Rosita a las floristas de la Rambla, “la única calle de la Tierra que yo desearía que no se acabara nunca, rica en sonidos, abundante de brisas, hermosa de encuentros, antigua de sangre: Rambla de Barcelona”. Además, Conejero está convencido de que Lorca también trabajó en La casa de Bernarda Alba y escribió alguno de sus Sonetos del amor oscuro, pues tuvo sus más y sus menos con su pareja, Rafael Rodríguez Rapún.

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Por su parte, Joan Manuel Serrat se ha declarado “padrino y amigo del novio”, y ha insitido en que lo mejor que podía hacer era cantar, pero “estoy semijubilado y me he dejado los músicos en casa”, ha dicho socarrón, así que ha cantado a cappella, bajo la atenta mirada del maestro Joan Albert Amargós –entre el público también estaba Marina Rossell–, los versos del poeta en Herido de amor, tras la cual se ha fundido en un abrazo con Poveda.

Poveda ha cerrado esta tarde lorquiana citando a Joan Brossa: “Una abraçada, amor, i alcem la copa!”, tras lo cual, efectivamente, han llegado las conversaciones informales, algunas de tanto interés como la que ha fructificado en la propuesta de instalar otra placa para recordar el paso del poeta por la Rambla el próximo septiembre. 

Esta iniciativa de Poveda nace tras darse cuenta de cómo todavía hoy faltan muchas indicaciones de los lugares por los que pasó el poeta granadino y que fueron importantes en su vida. De hecho, el cantante ha alquilado un local en la casa de la Acera del Darro de Granada donde Lorca vivió durante siete años, de los 11 a los 18, para convertirlo en “un centro cultural vivo”: allí se instalará otra placa el 13 de mayo, y se inaugurará el 5 de junio, el día que el poeta cumpliría 127 años.

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