El poeta Enric Casasses Figueres (Barcelona, 1951) ha ganado el 25.º premio Jaume Fuster que otorgan los socios de la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana (AELC), un galardón honorífico que este martes le han entregado en su sede, en el Ateneu Barcelonès, el presidente de la AELC, Sebastià Portell. “Estoy contento de ganar un premio sin jurado, eso me gusta mucho”, ha dicho el ganador, que ha confesado que él votó por Pep Albanell, finalista junto a Gabriel Janer Manila.
Portell ha destacado los más de cincuenta años de dedicación “de un poeta que se ha acercado a la lengua con cuidado y espíritu vivificador con entusiasmo y pasión”, autor de una obra “solidísima, divertidísima y diversísima”, y ha recordado su tarea también como rapsoda, porque “sin él no sería posible entender el giro que ha tomado la poesía catalana los últimos años hacia la oralidad y la palabra dicha”.
En la laudatio, el editor y poeta Jordi Cornudella ha recordado que fue Sergi Pàmies quien en 1991 le recomendó que leyera su debut en una editorial comercial, La cosa aquella (Empúries), y lo puso sobre la pista de un poeta que “hacía tiempo que estaba pero no lo sabíamos”. “Fue una revelación, porque era una obra que sonaba nueva pero venía de muy lejos”, como confirmaron la retahíla de libros que fue publicando los años siguientes, que lo situaron entre “los poetas jóvenes catalanes por excelencia, cuando ya no lo era”.
Cornudella también ha destacado que a partir de la poesía en vivo presente en el underground “se hizo presente el retorno de la poesía a la oralidad”, un hecho que “tenemos tan normalizado que no nos damos cuenta, pero sin él esta revivificación no habría sido tan potente, tan guapa y tan contagiosa”, ya que además de rodearse de los poetas que marcaban la pauta se acompañó de varios músicos como Manel Pugés, Pascal Comelade, Feliu Gasull, Triulet o Don Simón y Telefunken. Cornudella también ha destacado su obra a partir del cambio de milenio, desde unos Canaris fosforescents (Empúries, 2001) que sumaban “el rigor y la audacia formal”, y a partir de allí también empezó a hacer traducciones como el Milton de William Blake (Quaderns Crema, 2004) o ediciones que rescataron nombres como Juli Vallmitjana o se llevaron a escena con éxito dos obras de teatro, Do’m y El monòleg del perdó. El editor también ha dado relevancia a la obra de pensamiento de Casasses, ya sea en verso –recuerda el poema A pes de braços, 313 versos sobre la pandemia incluidos en sus Solilloquis de nyigui-nyogui (Edicions 62, 2021), el libro Assagets (Poncianes, 2020)– o, recientemente, en prosa en el libro Notícia de la poesia catalana (Empúries, 2024). Para Cornudella, de hecho, “en la poesía catalana hay un momento Verdaguer, un momento Carner, un momento Riba, un momento Ferrater y ahora estamos en el momento Casasses”.

Enric Casasses, en la sede de la AELC en el Ateneu Barcelonès
Si el editor recordaba que el galardonado “nunca ha querido tener discípulos ni ser cap de colla”, él ha recordado que, viniendo de una familia llena de maestros, tuvo claro pronto “que aquella línea no la seguiría, y siempre que me dicen maestro, pienso: ‘¡Mierda!’”. Casasses también ha retomado una de las ideas de Cornudella cuando ha asegurado: “Yo, de joven, quería ser antiguo, pero cuando hacía sonetos me sentía en la vanguardia”. Su último libro, publicado hace unas semanas, es la policia irà de bòlit (Documents Documenta), una recopilación de poemas y notas escritas los años 2018 y 2019 a raíz de los hechos posteriores al 1-O e ilustrados por Tura Sanglas.
Su último libro es ‘la policia irà de bòlit’, poemas y notas escritos de los años 2018 y 2019 ilustrados por Tura Sanglas
El galardón, que anteriormente han recibido escritores como Jaume Cabré, Carme Riera, Quim Monzó, Antònia Vicens, Jesús Moncada, Carles Hac Mor, Montserrat Abelló, Feliu Formosa, Màrius Sampere o, el año pasado, Antonina Canyelles, se suma a los que ha recibido a lo largo de su trayectoria, como el Premi d’Honor de les Lletres Catalanes (2020), el Lletra d’Or (2019), el Nacional de Cultura (2012), el Carles Riba (1995) o varios premios de la crítica (Serra d’Or en 1991, de los críticos españoles en 1993 o de la crítica catalana en el 2019).